CAPÍTULO 9: ENTRE TU Y YO

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Hinata se encontraba contenta, de verdad que jamás podría haberse imaginado poder estar con el Uchiha sin que lo moliese a golpes. Cuando había aceptado el reto de la ojijade pensaba que era muy probable que dejara KO al chico antes de acabarlo, pero se había llevado una sorpresa.

Tampoco era como si hubiera tenido demasiado contacto con el chico. Sí, ambos habían asistido a la academia ninja y se conocían desde pequeños, además de haberse visto en varias cenas entre los clanes y tener todos sus amigos en común, pero jamás habían tenido un contacto directo. El chico siempre había estado rodeado de mujeres y ella no tenía otra cosa que pensar que no fuera Menma y ser una buena líder para su clan.

Por su parte, él jamás olvidaría la primera vez que la vio, cuando todos fueron al funeral de la madre de la peliazul. Ella tenía los ojos llorosos y parecía rota, su mirada no tenía luz y ningún adulto la consolaba, solo su primo se encontraba a su lado, pero él tampoco decía mucho, ya que sabía lo que era perder a un padre, a él le había ocurrido hacía un par de meses atrás y no tenía ninguna palabra de consuelo para la chica.

En ese momento no le prestó la atención que debía, pero cuando poco a poco la gente se fue disipando y solo quedó su familia y la de ella, quienes, al ser los dos clanes más importantes, a causa de sus dojutsus oculares notó como ella se escabullía entre la multitud.

La lluvia comenzó a caer, pero ella seguía caminando sin rumbo, él un tanto preocupado la siguió en silencio, notando como se acercó a la fría lápida de su progenitora y cantó una canción que jamás había oído. La dulce y envolvente voz de la chica posiblemente lo había cautivado desde ese momento, pero no era lo suficiente maduro, incluso ahora aún no lo era, aún no aceptaba que posiblemente desde ese momento ella se había vuelto su perdición.

Y no era como si se avergonzara de sus sentimientos por la chica, posiblemente era lo único que muchas veces lo hacía sentir pleno, y más cuando compartía momentos con ella, así fueran efímeros. Estaba bien con eso, sabía que Menma era quien en verdad regía su corazón.

—¿Leo la siguiente pregunte, hime? —dijo para molestarla un poco, haciendo que ella sonriera con autosuficiencia.

—Como quieras, chico emo—lo molestó haciendo que él riera, ¿emo? Él no era ningún emo. Bueno, una vez sí que se había dejado el pelo un poco largo y casi le tapaba los ojos, pero en su defensa podía decir que se veía muy sexy, además se lo había cortado bastante rápido.

—Yo no soy—pero ella lo cortó, diciéndole que leyera, haciendo que se volviera a resignar y se limitara a cumplir las órdenes de su princesa. —Como desee Hime—respondió haciendo que una dulce e imperceptible sonrisa se formara en los labios de la chica, logrando que una confortante calidez se formara en el pecho del pelinegro. —Enumera tres cosas que creas tener en común con tu interlocutor—leyó él.

—Ambos tenemos colores de cabellos oscuros, somos miembros de un clan poderoso y tenemos hermanos. Tu turno—dijo Hinata adelantándose.

—No es justo, tú te has utilizado todas las respuestas fáciles, además me tocaba a mí responder—se quejó haciendo que ella riera.

—Sé un hombre y contéstala—declaró haciendo que el morocho suspirara en señal de resignación, no podía ir en contra de sus deseos.

Meditó que más podían tener en común, ellos eran muy distintos, pero entonces se le ocurrieron las demás similitudes.

—Ambos estamos haciendo este test, ambos somos ninjas de Konoha y estamos muy orgullosos de serlo—respondió él, pero ella negó.

—Te acepto las dos primeras, pero la última es lo mismo que la segunda, no vale—dijo ella, pero él refutó haciendo que ella le volviera a decir que no valía, obteniendo al final como ganadora nuevamente a la peliazul.

En verdad Hinata lo que pretendía con todo aquello era que él, admitiera por ambos que se lo estaban pasando bien haciendo el test y que posiblemente habían hallado un amigo en el otro, ya que si no fuera por el test estaba convencida de que no habría sido posible. Pero sabía lo tonto que podía ser Sasuke, esperaba que notara lo que quería que dijera.

Sasuke no sabía que decir sin ponerse en demasiada evidencia, en verdad lo único que se le ocurría era que ambos estaban disfrutando de hacer el test y que posiblemente se había vuelto amigos. Pero claro, esa era la percepción de él, no sabía si al final la ojiperla sentía lo mismo.

Ya lo había dicho al principio, pero la chica era una contradicción entera y temía que si ella no se sentía de aquella manera lo avergonzaría por el resto de su vida, y no estaba preparado para tremenda humillación.

El silencio reinaba en la habitación, haciendo que la Hyuga se comenzara a impacientar.

—¡Oh, vamos! No es tan difícil, chico emo, puedes decir algo sobre el test—dijo ella tratando de sonar graciosa y así que no se sintiera tan avergonzado, además de también darle una indirecta que espera que pillara.

—¿Entonces porque no lo dices tú? —dijo con un puchero, haciendo que esta vez fuera el turno de ella para avergonzarse.

—Porque no es mi turno—declaró dejándolo sin ningún tipo de reclamó, pero entonces, una salida se le vino a la mente.

—Ambos somo famosos—dijo librándose de posiblemente sufrir un momento vergonzoso, pero consiguiendo que la ojiblanca se molestara, ya que al final no había dicho lo que ella esperaba, haciendo que se pusiera un poco triste, ya que temía que él no se lo estuviera pasando bien.

Por su parte el azabache se sentía liberado, creí que al final iba a casi tener que confesar sus sentimientos por la peliazul, por lo que no se daba cuenta de lo que acababa de ocasionar en la chica, haciendo que un pequeño malentendido surgiera entre ambos, por el cual tal vez volvieran al punto de partida, aunque eso ya se vería más adelante.

Notas de la autora: Ah con esta Hina, es toda una contradicción.

Ridículo Test [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora