Las crónicas de Chester

La chica con camiseta de los Guns & Roses

Escucho en la radio a los 4 de Cuba, me hace recordar a Adri que me dice "cuando estés triste escucha salsa", supongo que también aplica si el Perú se está yendo a la mierda.

Me encuentro sentado en el sofá de la sala revisando y borrando unos mensajes de Facebook. Veo uno que dice "Descansa amor". ¿Qué será de María? Me pregunto mientras una lágrima recorre mi mejilla hasta llegar a mi rodilla. Un lagrimón.

Recuerdo la primera vez que la vi en la universidad, ella iba con su camiseta de los Guns & Roses, un jean y unos lentes medio hipsters, yo quería conocerla pero no creí que le guste los chicos que se visten ancho y usen gorrita hasta de noche. Yo estaba caminando con Renzo, mi mejor amigo en la universidad:

- ¿Chester mira a esa flaquita, está bien rica no? - ¿Cómo se llama? - María y es cachimba - Preséntamela - Ni yo la conozco.

La busqué en Facebook y la agregué porque quería conocerla, total todo el mundo se agrega a Facebook y luego se conoce. Teníamos 30 amigos en común y estudiábamos lo mismo sólo que ella era un año menor. Era de noche y la vi conectada.

- Hola María, un favor, regálame vidas para jugar Candycrush - hahaha, ¿es en serio? Yo odio ese juego - hahaha es para mi hermanita, lo que sea por los peques - Está bien...

Hablamos un par de horas y quedamos en ir a comer después clases al día siguiente. Llamé a Renzo.

- Huevona no sabes - Dímelo papu - Saldré con María - No te creo ni pincho, me estás loqueando Chester - Serio loco iremos a comer, chitón - Ok, protégete bandido.

Renzo es de los amigos en que se puede confiar y te guardan un secreto, recuerdo que una vez estaba cagando en la universidad y se me acabó el papel. No sabía a quién llamar para que me traiga papel. Llamé a Renzo y me trajo su cuaderno de Cálculo II, me dijo Arranca un par de hojas. Me reí, ni que me fuera meter el cuaderno al culo le dije. No me tomó ninguna foto que pudo terminar en Facebook, desde ese día supe que puedo confiar en él, gracias a que la cagué.

Llamé a María
- Te espero en la Biblioteca – Todavía sigo en clases – Estaré aquí, me buscas cuando salgas – Me escapo, el profe no dice nada interesante – Ok.

¿Estará interesada en mí? me pregunto mientras la espero ¿Terminaré en la friendzone? ¿Por qué aceptó ir a comer? ¿Le tendré que pagar la comida? ¿Me pasará su pack? De pronto siento una cálida mano que sujeta mi hombro, volteo y la miro.

Hola Chester, ¿te asusté? - La tenía tan cerca, se veía tan sexy con ese estilo rockero y no podía mirarla a los ojos por más de tres segundos sin ponerme como un tomate - ¿Te pasa algo? me pregunta - Todo bien María, creo que es el hambre - Vamos entonces me dice.

Pedimos un Uber con dirección a la Av. Brasil a un restobar que ella conocía. Me puse a su costado en el taxi mientras hablamos de nuestras ganas de lanzar al Alcalde de Lima al Huayco, me sentía tan cómodo hablando con ella que me dio ganas de darle un beso, toque su mano por casualidad al buscar la billetera...

Fue casual, le dije - Vamos despacio me dijo, mientras sonreía y achinaba sus ojos - Ya llegamos jóvenes dijo el Sr. Del Uber que tenía cara de saber el desenlace de cómo terminará esta historia, me pregunto qué pensarán los taxistas de las miles de historias incompletas que escuchan a diario mientas conducen... ¿Qué sentirán?