- Llegamos - Habla Mateo estacionando el auto.
- ¿Dónde estamos? - Pregunté.
Estábamos en el medio del bosque, en un claro muy lindo, había un río y una mini cascada, habíamos entrado por un camino preparado como para autos. Era muy hermoso este lugar.
- Es el lugar al que vengo de vez en cuando - Responde, me ayuda a bajarme y saca mi muletas - Cuando estoy molesto o quiero estar solo, vengo aquí -
- Es muy hermoso - Dije mirando el lugar. Nos sentamos en la orilla del río y pude observar a los peces nadando.
- Lena... ¿Es en serio lo de tu padrastro? - Preguntó luego de un buen tiempo en silencio. Yo suspiré profundamente.
- Si... por eso nadie y menos un chico, va a mi casa -
- ¿No se lo dijiste a tu madre? -
- Lo hice... pero no me creyó, le contó a mi padrastro y él... bueno... - Mis manos comenzaron a temblar al recordar aquel momento tan vividamente, Mateo apoya su mano sobre mi hombro y sorprendentemente se acerca a mi y hace que me recueste contra él apoyando mi cabeza en pecho, escondí mi rostro en su cuello y cerré los ojos con fuerza para intentar dejar de pensar en eso.
Su aroma me ayudó, era relajante y el sentirlo cerca igual, no comprendía porque lo conseguía pero... lo hacía, conseguía calmarme...
Cuando pasó un momento en el que nuevamente me calmé por completo, se lo expliqué mejor.
- Él nunca llegó más lejos de... m..manosearme o... besarme, solo eso - Respondí sin abrir los ojos ni despegarme de él.
- ¿Por qué no lo denuncias? -
- Lo intenté, pero la policía dijo que necesitan pruebas, que mi palabra no bastaba y nunca las pude conseguir, y no quiero que para conseguirlas él tenga que... - Un nudo en mi garganta aparece sin dejarme continuar, mis ojos se cristalizan y Mateo suspiró y me abrazó mejor acariciando levemente mi brazo.
- Esta bien... no tienes porqué decirlo, encontraremos una forma de que ese hijo de puta se vaya a la cárcel -
- ¿"Encontraremos"? - Pregunté confundida y esta vez si levanté la cabeza para verlo.
- Quiero ayudarte, Lena. No me importa si tú no quieres o si es peligroso según lo que me has dicho... no puedo escuchar esto y no hacer nada, no puedo estar tranquilo sabiendo que aún te ocurre esta mierda -
- Pero... no tienes porque hacerlo, es mi problema... -
- Pero que sea tu problema no significa que no te ayudaré, si te pone en riesgo... se convertirá en mi problema también -
Sus palabras me sorprendían y me hacían sentir como si una calidez extraña pero reconfortante rodeara mi corazón y se extendiera por todo mi cuerpo.
¿Por qué quiere ayudarme... ? Antes de esa fiesta no éramos más que extraños el uno para el otro...
Abrí los ojos un poco más grandes al reaccionar y darme cuenta que nos habíamos quedado viéndonos el uno al otro con nuestros rostros a centímetros, al darme cuenta sentí mi corazón acelerarse y como nuestras respiraciones se mezclaban. Nuestros labios estaban por juntarse cuando mi teléfono comenzó a sonar.
Me separé bruscamente de él apoyando una mano en su pecho y me lo quedé viendo pensando en lo que estuvo a punto de pasar, mi teléfono seguía sonando cuando reaccioné nuevamente y lo agarré y atendí la llamada.
- Hola... -
- ¡¿Lena, dónde estas?! ¡Te estuvimos buscando por todo el instituto! -
- Sarah... yo salí de allí, mi tobillo dolía mucho entonces vine a mi casa para descansar - Mentí.
- Está bien... que te mejores Lena -
- Gracias... Adiós Sarah -
Corté la llamada.
- Tengo que ir a mi casa - Dije suspirando y evitando el mirarlo al rostro.
- Te llevo - Se ofrece suspirando.
- No hace falta - Dije.
- No te irás tú sola, y menos con el tobillo así. Vamos, yo te llevaré -
Me extiende la mano, yo suspiré y la acepté, él me ayudó a levantarme, me ayudó con mis cosas y me llevó hasta su auto. Nos subimos y él me llevó a mi casa.
En el camino no dijimos nada de nada, él puso música, que extrañamente me gustó bastante y sin hablar llegamos a mi casa, bueno, unas cuadras antes... a petición mía.
Me ayudó a bajar y me pasó mis muletas.
- Gracias Mateo - Dije sujetándolas.
- Por nada, nos vemos - Dice subiéndose a su auto nuevamente, yo me despedí con la mano y comencé a caminar hasta llegar al frente de mi casa.
Lo que me espera...
Abrí la puerta y ahí estaba mi mamá preocupada caminando de un lado al otro, pero al verme corre hacia mi.
- ¡¿Cómo se te ocurre llegar a estas horas?! ¡Estábamos preocupados! - Dice señalando a Josh.
A él lo que le preocupa es perder a su diversión...
- Lo siento, me quedé en la enfermería, el tobillo me dolía horrible, y cuando se me pasó el dolor vine aquí - Respondí.
- Está bien, pero no vuelvas a llegar tarde... - Dice mi madre amenazante pero aún preocupada, yo solo asentí.
Subí a mi habitación, cerré la puerta con pestillo y al cambiarme, me tiré en mi cama. Al solo tocar la suave almohada me quede dormida.
ESTÁS LEYENDO
OPUESTOS ENAMORADOS
Ficção AdolescenteDos personas totalmente diferentes, ella bailarina que busca cumplir su más grande sueño de estudiar en una universidad de danza, pero con un problema en su familia que no sabe cómo resolver... Él, un capitán de fútbol americano. Aunque parezca desi...