Presente
Ya ha pasado una semana desde la desaparición de las menores. Hasta este momento aún no se han encontrado sospechosos ni pruebas de tales desapariciones.
Con esto y más les informo que se mantengan a salvo en sus casas, ya que puede seguir caminando entre nosotros, la o él secuestrador de este caso.
— ¡¿Por qué?!— Lloraba desconsolada la madre de una de las desaparecidas.
—Señora por favor, pedimos que se calme— le respondía uno de los policías de aquella estación.
— Querida, cálmate— decía el esposo de la mujer acariciando espalda de su amada.
—¡No quiero calmarme! ¡Estos sujetos no quieren buscar a mi hija que seguramente ha de estar muerta!
—Señora, mis hombres están haciendo todo lo que está en sus manos. Tranquilícese, por favor.
— ¡Usted habla como si esto fuera lo más normal del mundo! — Gritaba la mujer al oficial.
—Señora, por última vez, mis hombres están buscando a su hija y a las demás menores.
— Le sugiero que lleve su esposa a casa a descansar— Habló por primera vez el otro oficial.
—Si, querida vámonos. Si ellos dicen estar buscando a nuestra hija, lo están haciendo. A sí que, por favor, vámonos a casa, no has dormido nada en estos días— Ella apenas asintió y se marchó no sin antes decirle a los oficiales que confiaba en ellos, y que buscaran a su hija.
•☆•☆•☆•☆•
— ¡Gladys! — tocaba la puerta desesperadamente el padre de Grace a su esposa.
La madre de Grace, Gladys, sube las escaleras hasta el cuarto de su hija. Cuando llega abre la puerta sin tocar y le habla a su hija quien estaba leyendo un libro.
— Grace— susurra su madre asustada.
— ¿Qué pasó? — se preocupa Grace y deja el libro aún lado de ella.
— Tu padre está allá abajo. Tenemos que salir de aq... — Gladys fue interrumpida por los gritos de su borracho esposo.
— ¡Ábreme la puerta Gladys! — tocaba cada vez más fuerte el esposo de Gladys, Víctor. — ¡Si no abres la puta puerta las consecuencias serán más grandes! ¡Ábreme la puerta!
— Que mierd... Tenemos que salir de aquí ahora— habló Grace rápidamente. Salió en busca de alguna mochila donde llevar su celular y un arma que entró escondida de su madre. Tal vez la vaya a necesitar, así que también entró unas pequeñas balas.
Ambas salieron de la habitación en dirección a las escaleras, cuando bajaron se dirigieron a la puerta de atrás de la cocina.
Antes de ellas llegar, la puerta de la casa se abrió mostrando al culpable de los gritos provenientes de la puerta ya abierta.
— Te dije que me abrieras la puerta o las consecuencias serían más grandes. Me estaba congelando y no me abriste...— hablaba con una voz seca y manipuladora. Pero antes de acercarse a ellas vio que su hija tenía una mochila al hombro — ¿A dónde iban? — entrecerró lo ojos a medida que se les acercaba.
— Víctor, íbamos a comprar algunas cosas para la cena y... —tragó saliva asustada.
— Tsh, tsh, tshh. —mando a callar a su mujer, la que es de su propiedad y podría de hacer lo que quiera con ella y nadie puede meterse. Pensamientos que según él. —¿Por qué no va una? ¿se las van a comer o qué? que vaya Grace sola. — apuntó a su hija.
ESTÁS LEYENDO
Detrás De Ti/🌷
Roman pour Adolescents¿Qué pasaría si matara a todos por venganza, sed de sangre, celos? Quédate a descubrir la historia de Grace O'Connel Portada hecha por @Karenmaximoff y la editorial @ewonderland ❤