Capitulo dos.

45 7 1
                                    

Presente

Ya ha pasado una semana desde la desaparición de las menores. Hasta este momento aún no se han encontrado sospechosos ni pruebas de tales desapariciones.

Con esto y más les informo que se mantengan a salvo en sus casas, ya que puede seguir caminando entre nosotros, la o él secuestrador de este caso.

— ¡¿Por qué?!— Lloraba desconsolada la madre de una de las desaparecidas.

—Señora por favor, pedimos que se calme— le respondía uno de los policías de aquella estación.

— Querida, cálmate— decía el esposo de la mujer acariciando espalda de su amada.

—¡No quiero calmarme! ¡Estos sujetos no quieren buscar a mi hija que seguramente ha de estar muerta!

—Señora, mis hombres están haciendo todo lo que está en sus manos. Tranquilícese, por favor.

— ¡Usted habla como si esto fuera lo más normal del mundo! — Gritaba la mujer al oficial.

—Señora, por última vez, mis hombres están buscando a su hija y a las demás menores.

— Le sugiero que lleve su esposa a casa a descansar— Habló por primera vez el otro oficial.

—Si, querida vámonos. Si ellos dicen estar buscando a nuestra hija, lo están haciendo. A sí que, por favor, vámonos a casa, no has dormido nada en estos días— Ella apenas asintió y se marchó no sin antes decirle a los oficiales que confiaba en ellos, y que buscaran a su hija.

•☆•☆•☆•☆•

— ¡Gladys! — tocaba la puerta desesperadamente el padre de Grace a su esposa.

La madre de Grace, Gladys, sube las escaleras hasta el cuarto de su hija. Cuando llega abre la puerta sin tocar y le habla a su hija quien estaba leyendo un libro.

— Grace— susurra su madre asustada.

— ¿Qué pasó? — se preocupa Grace y deja el libro aún lado de ella.

— Tu padre está allá abajo. Tenemos que salir de aq... — Gladys fue interrumpida por los gritos de su borracho esposo.

— ¡Ábreme la puerta Gladys! — tocaba cada vez más fuerte el esposo de Gladys, Víctor. — ¡Si no abres la puta puerta las consecuencias serán más grandes! ¡Ábreme la puerta!

— Que mierd... Tenemos que salir de aquí ahora— habló Grace rápidamente. Salió en busca de alguna mochila donde llevar su celular y un arma que entró escondida de su madre. Tal vez la vaya a necesitar, así que también entró unas pequeñas balas.

Ambas salieron de la habitación en dirección a las escaleras, cuando bajaron se dirigieron a la puerta de atrás de la cocina.

Antes de ellas llegar, la puerta de la casa se abrió mostrando al culpable de los gritos provenientes de la puerta ya abierta.

— Te dije que me abrieras la puerta o las consecuencias serían más grandes. Me estaba congelando y no me abriste...— hablaba con una voz seca y manipuladora. Pero antes de acercarse a ellas vio que su hija tenía una mochila al hombro — ¿A dónde iban? — entrecerró lo ojos a medida que se les acercaba.

— Víctor, íbamos a comprar algunas cosas para la cena y... —tragó saliva asustada.

— Tsh, tsh, tshh. —mando a callar a su mujer, la que es de su propiedad y podría de hacer lo que quiera con ella y nadie puede meterse. Pensamientos que según él. —¿Por qué no va una? ¿se las van a comer o qué? que vaya Grace sola. — apuntó a su hija.

Detrás De Ti/🌷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora