《INFIEL》 ▪MIN YOONGI▪

ℭ𝔞𝔡𝔞 𝔮𝔲𝔦𝔢𝔫 𝔢𝔫 𝔰𝔲 𝔩𝔞𝔡𝔬

—Hoy tengo mucho trabajo mamá, no puedo acompañarte .— Dijo YoonGi mientras tecleaba muy rápido en su computadora.

— Claro, por tu trabajo no tienes tiempo para tu pobre madre, aunque sea tu día de descanso prefieres dejarme ir con el chófer que maneja como si llevara vacas al matadero.

— Solo dile que tenga más precaución y listo.

Su madre frunció el ceño y se fue molesta del despacho del chico, toda la gente podría decir lo que quiera. Pero era su madre y si; no le parecía justo dejarla ir sola por su trabajo, cuando de pequeño ella estuvo siempre al pendiente de el. Sin pensarlo dos veces de levanto de la silla y salio detrás de ella.—¡Mamá!

Su mamá era una mujer algo mayor, tenia cincuenta y cinco, a eso de los cuarenta y uno había sufrido una embolia. Fue de un coraje muy fuerte pues se entero que su único y más preciado hijo salia con una mujer de la vida galante o al menos eso dicen los rumores solo la familia Min sabe realmente lo que paso.

—¿Que?— Contesto  molesta.

—Esta bien, yo puedo acompañarte.

—Le voy a decir que prepare el auto.

—No, solo iremos tu y yo,esta tarde te la voy a dedicar a ti.

— Bueno hijo, iré por mi bolso

 El chico asintio y espero pacientemente en la sala recibió una llamada, era del Sr. Han uno de sus mejores clientes, tenían un asunto pendiente.

—Hoy no puedo lo siento Han estoy en mi día libre.

Desde el otro lado.—En este oficio no hay días libres Min, es un trabajo.

— Mi trabajo, mis decisiones y no eres quien para controlar mis tiempos si no te parece te invito a que llames a uno de mis colegas.— El pálido colgó el teléfono, si algo tenia es que no se doblegaba ni siquiera a sus mayores.

—Hijo, estoy lista.

— Bueno mamá, vayámonos.

El chico abrió como todo una caballero la puerta del auto a su madre y luego el tomo el lugar del piloto. Y así llegaron al centro comercial, a la boutique donde a su mamá le prefería ir comprar mucha ropa de temporada ya que era un lugar con mucha variedad.

Una chica muy amable de aproximadamente dieciocho o diecinueve años los recibió desde la entrada haciendo una leve reverencia 

Yoongi decidió sentase a penas entrar al lugar en el primer sillón que vio, y esperar pacientemente a que su madre comprara todo lo que le gustara. También veía atentamente como aquella chica tan dulce colgaba y descolgaba prendas para mostrarlas a la señora. 

— Bueno creo que es suficiente por hoy — la señora sonrió — me llevo todo esto.

— Si, ahora vuelvo. — La chica entro a acomodar sus compras mientras ella sacaba el dinero de su cartera.

— Ah, mamá descuida yo pago. — Yoongi se levanto y fue al mostrador, donde ya estaban todas las compras.

— Toma, no hace falta que me devuelvas el cambio.— Este dedico su mejor sonrisa.

— Pero... Señor es mucho dinero.

— No te preocupes, y si me vuelves a ver por favor no me llames señor. El dijo con tono suave.

La joven quedo embobada con tal belleza y esa hermosa sonrisa que jamas había visto.

El y su madre salieron de la tienda y el dijo.— Que buen lugar, deberías de venir más seguido.

— Si, la chica es muy simpática, ¡uy! no creas que no me di cuenta como le coqueteabas a la chica. de pronto te pusiste de muy buen humor 

— Para ti siempre voy a estar de buen humor, no se, tal vez quieras ir a otra tienda a comprar un bolso nuevo un par de zapatos no se.

— Bueno, pero no abuses a querer pagar mis cosas.

Yoongi rió. — No, no te preocupes. Para la mujer mas importante en mi vida, lo que sea.

Iban de tienda en tienda y el seguía impresionado con aquella joven, no podía sacarla de tu mente.

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— Mamá hellegado.

— Si hija, ¿como te fue hoy?

— Muy bien, hoy fue una señora a la boutique que es muy constante, lleva ropa carisima y pues mis ganancias son más altas.

— Que bueno, vas a llegar muy alto.— Decía su madre orgullosa de su única hija.

— Si lo se.— De repente vino a su mente la imagen del chico pálido, en traje negro con su bella sonrisa.— Bueno, mamá debo preparar la cena.— La chica se levanto de la silla dejando de lado su pensamiento, pues al mismo tiempo pensó que el no era para ella y tal vez no lo vuelva a ver.

Terminando la cena le dio su parte a su madre de su sueldo y ella guardo la suya, necesitaba comprar materiales para la próxima maqueta, ya que era el proyecto final y ese profesor estaba por jubilarse, necesitaba dejar a sus alumnos en buen estado de aprendizaje para el nuevo profesor que llegara.

La chica se recostó en su cama, pues necesitaba descansar para el siguiente día.