Parte 45

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KHALED....

No me acostumbro a estar de vuelta, ni al hecho de que siempre sea de día...
¿porque siempre es de día?...¿y que pasa con la noche?...me gusta la noche, me gusta ver las estrellas brillando en el firmamento, son muy bonitas y relajantes.

Aquí no le interesan a nadie, no saben lo que se siente acostarse sobre el césped a media noche cuanto todos duermen y lo único que te acompaña es el manto estelar, arrullándote con los sonidos de la naturaleza mientras sientes la brisa fresca que trae el viento. Mirar las estrellas es de las pocas cosas que recuerdo de mis días entre los humanos.

Por lo regular evito pensar en lo que deje atrás. No tengo permitido mencionar esos días ni mucho menos mirar en dirección a la tierra.
Mi castigo por llevarme las llaves consiste en permanecer a tiempo completo en mi puesto bajo la supervisión de los arcángeles, tampoco se me permite tener contacto directo con las legiones o cualquier otro departamento de ángeles en ninguno de los siete cielos.

Tampoco es que me interese relacionarme con el resto de mis hermanos. Se lo que piensan de mi, lo que dicen....por eso prefiero la soledad de mi puesto a alimentar su curiosidades ya que no es un secreto para nadie que no merezco estar aquí.

No se nada sobre el asunto de los Nephilims, la ultima vez que Delma quiso decirme algo fue reprendida y le prohibieron visitarme por no se cuento tiempo.—aquí arriba el tiempo corre distinto—

Los Irins son con los únicos que hablo, y solo porque no me puedo quitar de encima a Delma, si en la tierra no me dejaba en paz, aquí en el jardín su hiperactividad se multiplica.

Salgo tratando de evitar toparme con alguien del palacete donde se me requirió por petición de Rafael. Los disturbios en una de las puertas del primer cielo tiene a los arcángeles inquietos, cosa que no me mortifica ya que mi puerta está muy lejos del alcance de cualquier ser que trate de irrumpir al jardín.

Mis puerta solo se habré para recibir a seres verdaderamente dignos, almas de mortales promedio jamás cruzarán el camino que guía del velo hacia mi.

—Khaled—apresuro el andar—espera.

Es inútil que huya si ya me vio, me detengo a esperar que la Irins termine de apilar en sus brazos los pergaminos que le entrega Esabiel.
Viene corriendo y no se da cuenta cuando se le caen unos cuantos, me cuenta creer que sea tan descuidada con asuntos tan importantes que seguramente tratan del futuro de algún evento cósmico.
Un Serafín levanta los papiros y vuela hasta posicionarse frente a ella, la muy tonta por poco se lo lleva por delante, esta más dispuesta en alcanzarme que en fijarse por donde camina.

—oye—se lo arrebata—esto es mío.
—se te cayo.

El Serafín le sonríe esperando un gracias de su parte que obviamente no llegará. Los de su rango esperan ser tratados como lo más alto en la cadena evolutiva solo por ser considerados como los de rango más alto al estar cerca del creador alabándolo y cantarle.....yo creo que son unos lame suelas.

Me hace gracia que Delma ni lo determine, simplemente avanza dejándolo atrás como si no la hubiera visto.
Aveces pienso que ella tampoco es como el resto, que se humanizo un poco más aunque sea fiel practicante de la cordialidad y empatía. Tanta amabilidad y sonrisas no debe ser bueno. No entiendo como pueden soportarlo, pero pues mis hermanos no piensan como yo.

Delma se sigue acercando y la verdad es que no tengo ganas de hablar, solo quiero volver a mi puesto—puesto donde puedo estar solo— pero lo que yo quiera a ella le vale sorbete, ya esta termina entregándome la mitad de los rollos que trae consigo.

—que milagro verte aquí—chilla como si no me hubiera visto en años—¿que cuentas?..¿todo bien con...ellos?

Cabecea en dirección al palacete, ahí es donde suelen llamar a Los Angeles que incumplen con sus obligaciones. A comparación de lo que piensan los mortales, aquí en el jardín las cosas no son como las pinto Miguel Ángel en la capilla sixtina, donde el creador se sienta sobre una nube rodeado de querubines mientras un coro de ángeles toca el arpa.

La rebelión de los Caídos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora