2).La campanilla dorada

615 14 0
                                    


El día estaba bipolar, hacia un lindo y suave calor mientras que las nubes cubrían la luz del sol, era oscuro para ser tan temprano, pero me agradaba.

Pase por el parque un poco emocionada porque tendría en mis manos esa gloriosa fusión de café.

En mi travesía por el parque vi parejas sentadas una sobre otra, parecía como si ese día se les diera por hacer una orgía mundial, pero bueno, al final lo único que les di fue una mirada de repudio para continuar mi camino hacia el café.

No dude en reírme cuando vi a una de esas parejas pelear, al fin, algo bueno pasa entre esas porquerías, no lo sé, siento que lo odio pero ni siquiera sé por qué, creo que nací con ese defecto, el de no amar.
Suena como una película dramática pero es mi realidad, no lo finjo ni lo digo por experiencia, es algo que no se me da, no por un trauma ni por tratar de mostrar algo que no soy.

Aunque se notaba mi aura armoniosa, con la vida hubiera deseado atrasarme ese día, no por mi café, sino por lo que la situación que provocó una cadena de hechos, que de por si debió ser el destino, pero uno cruel y despiadado que me llevaría a cambiar mi forma de ver la vida, sumando el hecho de que no creo en el destino ni en nada relacionado con el.

Llegué al café y ví la hora, 11:00 am exactamente, grandioso, entre al establecimiento de buen humor pues no me había retrasado en mi rutina.
Me detuve un momento a oler esas deliciosas mezclas que salían de la tienda mágica, donde preparaban mi elixir de vida.

Era una tiendita roja, un poco clásica pero sencilla, me atraía que era muy común, la mezcla de sabores podría ser simple, pero para mi paladar era mágica.
Entre empujando suavemente la puerta haciendo que sonara una pequeña campanilla dorada que avisaba un nuevo cliente, al entrar lo primero que vi fue esa maravillosa máquina que producía un olor tan exquisito, que volvía agua mi boca.

-¿Lo de siempre señorita?- Me pregunta el señor que prepara el elixir.

-Si señor- le digo con un tono de desánimo para lo que de verdad siento.
- Pero está vez con un poquito más de azúcar- Necesitaba un toque extra, para soportas este día medio oscuro y mi cansancio de reírme por esos niños y esas parejas. Si! Necesitaba un poco más de energía para mantener mi oscuro ser.

-Aquí tienes- Me extiende la mano amablemente el señor, arrebató el café de sus manos con un poco de ansiedad, pero moderadamente y le extiendo el dinero.

-Adiós, y de nuevo muchas gracias.-
Acerco el café a mis fosas nasales para disfrutar de ese aroma inconfundible.

No entiendo ¿como este simple café, algo tan ordinario, para algunos algo tan insignificante, me puede volver tan loca?.

Después de oler esa maravillosa bebida, continué mi camino, hasta que alguien me llamo.

- Hey Izzie!!!- voltee ligeramente, y trate de observar por encima de mi hombro.

¿Como es posible? ¿Que ser se cree capaz de interrumpir mi momento especial?

Solo logro verlo sentado en una mesa junto a un par de amigos.

¿Para que carajos me necesita?

No quiero estar con nadie y menos tener contacto con humanos, no sé quién es ni por qué me determinaría o más bien ¿Cómo sabe mi nombre?, ¿a caso me conoce?.

Sinceramente no me voy a molestar dandole más rollo al asunto, y como no importaba quien osaba detenerme en mi momento especial continué mi camino sin importar que me siguiera llamando.

Esta vez para salir empuje con fuerza la puerta, mostrando tal vez un poco de molestia por dañarme el día, sonó la campana pero me sentí triunfante por no dejar que nada ni nadie interrumpiéra mi momento con el elixir de vida.

K&O

Cold Little Heart - Borrador, en Pausa >.<Donde viven las historias. Descúbrelo ahora