Narra Louis:
Un timbre
Dos timbres
Tres timbres
No podía aguantar más el insoportable sonido del despertador, con pocas ganas, me dispuse a levantarme de la cama y comenzar mi día. El cual, no tenía pinta de ser muy bueno.
Era sábado.
Eso me hizo suspirar, realmente necesitaba un descanso. Hacía casi tres semanas que eché a Harry de mi casa. Seguía pensando que era un gran imbécil, porque la única vez que me había sentido así de estúpido fue cuando Cameron me pidió matrimonio y yo le dije que no. Gracias al cielo, tres días después fui a pedirle disculpas y a decirle que lo amaba con todo mi corazón, que quería pasar el resto de mi vida con él. A Cameron le costó reaccionar, no quería escucharme, ya que estaba dolido. Pero al final, todo se arregló y nos casamos, estuvimos felizmente casados durante dos años y medio, allí fue cuando todo se fue a la mierda.
Yo llegaba a la casa que compartía con Cameron, después de un largo día en la Universidad. Me acordaba de cada segundo nada más pasar la puerta de entrada. Recorrí la casa entera, con la esperanza de encontrarlo en algún lugar, pero nada. Me había empezado a preocupar, pero no dije nada.
Unas horas después me llamaron desde el Hospital Central de San Francisco. Hablé con un enfermero, el cual me explicó que mi marido había tenido un accidente automobilístico, quizás un poco cliché, pero es lo que pasó. Recuerdo haberme puesto de rodillas en el suelo y empezar a llorar, ignorando la voz que salía del teléfono. Una vez más calmado, me fui al hospital para ver a mi amado.
Me dijeron que estaba en coma y que era cuestión de tiempo, solamente.
Desde ese momento todo pasó muy despacio, él había muerto y me había dejado solo. Pero quizás no estábamos hechos el uno para el otro.
Un par de lágrimas escurrían por mis mejillas al recordar aquel doloroso suceso. Las limpié con el dorso de mi mano derecha y suspiré cansado.
Entonces todo vino a mi mente como si de un relámpago se tratase, todo lo que había estado sucediendo a mi alrededor. A Cameron no le hubiera gustado que quedara solo para siempre. Él me hubiera animado a reconquistar a Harry.
Todo estaba pensado, necesitaba declararme y que regresara conmigo. Eso era la correcto.
Un final, no es un final si no hay un ganador en la historia.
Y ese ganador tenía que ser yo, aunque aquel estúpido chico me impidiera verle, aunque Harry se hubiera enamorado de él. Tenía que escucharme, si después no quería volver conmigo, vale. Pero todo el mundo se merece que escuchen sus penas. Y eso iba a hacer yo.
Llegué a la cocina de mi departamento, y enseguida me puse a rebuscar dentro de la nevera. ¡Vaya mierda! No me quedaba leche, así que saqué la botella de zumo de naranja para beber algo. No podía salir de casa con el estómago vacío. Saqué un par de bollos del armario de encima de la encimera y me senté en la mesa para tomar mi desayuno.
Momentos después mi móvil sonó y corrí hasta mi habitación para descolgar
Era mi amigo Zayn.
Louis: ¿Qué quieres, tío?
Zayn: Louis, una pregunta: ¿rosas o violetas?
Louis: ¿Uh?
Zayn: Tú solo contesta, es para una cita.
Louis: Oooooooh el pequeño Zayn se ha enamorado y dime, ¿quién es la afortunada?
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Báilame. - Larry Stylinson -
FanfictionLouis Tomlinson, 27 años, profesor de inglés en una escuela secundaria. Hacían cuatro años que su marido había muerto y necesitaba un poco de excitación en la vida, necesitaba novedades. Necesitaba sentirse joven. Harry Styles, un joven de a penas...