Entrada 26. | 22/04/2024

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Y resultaron ser las dos personas que menos me esperaba: Gould, el buen viejo amigo, y Ridgewell, el enemigo que se volvió mi soldado más 'fiel'.

Qué tonto. Cómo es que llegué a ser tan idiota como para no verlo. Estuve tan cerca de poseerlo y lo dejé escapar por deslices sin sentido.

Sus razones deben ser variadas, y no les culpo; he matado, torturado y me he regocijado en el orgullo de ello, me he sentado en un trono manchado de sangre y he presumido el poder que poseía, quise imponer y me quedé a medias.

Quizá nunca fue bueno tener tantísimas ambiciones, quizá todo hubiera sido mejor si la casa siempre hubiera sido nuestro hogar, si no hubiese querido más y más, si me hubiese conformado con su amistad... Si no hubiese sido tan egoísta.

Red Army; the beginning of the chaos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora