Capítulo 10

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No podían creer que el doctor estuviese muerto. Mientras la policía llegaba, las chicas buscaron algo relacionado con los kraangs por la casa, pero no encontraron nada. Frustrada, la chica rubia salió del piso y se quedó en la puerta.

¿Por qué se habrá suicidado? -La pelirroja salió detrás de su amiga.

No lo hizo, por lo que leí en Internet, le iba muy bien. Mira este piso, ni vendiendo nuestras casas nos lo podemos permitir. Le han tenido que matar los kraangs... -Al decir eso, la chica levantó la mirada hacia el techo y vió cámaras de seguridad colocadas por todo el pasillo. -April, tengo una idea. -La policía acababa de entrar en el edificio.

Un hombre de pelo castaño y ojos celestes, amigo de la madre de la chica, fue el primero en subir.

__, ¿Estáis bien? -Detrás de él subieron algunos agentes y entraron en la casa.

Si inspector Smith, estamos bien, algo impactadas, pero bien. -La rubia cruzó los brazos.

Bien, ¿Que hacíais aquí? -El inspector las miró arqueando una ceja.

Seguí investigando sobre la muerte de mis padres y descubrí que el Doctor Richards trabajaba con mi padre hace un tiempo. Vinimos a hablar con él para ver en que trabajaban. Pero al llegar, llamamos varias veces y no nos abrió. Y justo cuando nos íbamos a ir escuchamos un ruido dentro. Abrí la puerta de golpe y nos encontramos con todo revuelto y al doctor en la bañera... -La rubia se recargó en la pared.

De acuerdo. -Un agente salió del piso y le susurró algo al inspector. -Está bien, podéis iros, de momento se trata de un suicidio. Si os necesito, te llamaré __.

Ambas asintieron y bajaron.

April, distrae a los policías que vayan a entrar en el despacho del conserje. Tengo un plan. -La chica esperó a que los agentes que había en la puerta no mirasen y entró en el despacho mientras April vigilaba. Al entrar, buscó las pantallas que conectaban a las cámaras del edificio. Al encontrarlas, sonrió y sacó un pequeño disco duro de su bolso. Si estaba en lo cierto, los kraangs lo podrían haber matado para que no hablase. Justo al lado de las pantallas encontró un ordenador portátil conectado con todas aquellas pantallas y conectó su disco duro. Buscó las grabaciones de los dos últimos días y las pasó al disco. En ese momento escuchó la voz de April hablando sobre lo ocurrido en el piso con un hombre. Supuso que sería un policía así que guardó su disco duro y se acercó a la puerta.

Nunca había visto un cadáver señor... Tendré pesadillas durante meses... -La rubia aprovechó que el policía miraba a su amiga para salir de allí.

Bueno, ya hablé con Daniel... Hola agente Gutiérrez, ¿Como le va? -April miró a su amiga arqueando una ceja.

Hola __, no me puedo quejar... ¿Tu como llevas lo de tus padres? ¿Te cuida bien tu abuela? -La chica asintió para no tener que mentir. -De acuerdo, ya os dejo tranquilas. Me alegro de verte __.

Las chicas se despidieron del agente y salieron a coger el autobús. Por el trayecto a la casa de la rubia, su amiga no paraba de mirarla para ver si le explicaba lo que el policía dijo sobre su abuela. La verdad es que casi nunca hablaba sobre su familia. Aparte de sus padres, claro. Pero ni siquiera sabía si tenía tíos, tías, primos... Nada.

Oye __, ¿A qué vino lo que dijo el agente? -April miró a su amiga esperando una respuesta, pero la rubia se levantó del asiento para bajarse en la siguiente parada. -Vale, no me contestes entonces...

Vamos a casa de los chicos. -Al parar el autobús, la rubia se bajó y su amiga la siguió dando un bufido de frustración. Ambas caminaron hacia un callejón para poder bajar por la alcantarilla. La rubia miró a su amiga y suspiró resignada mientras avanzaban. -Al morir mis padres, los agentes me dijeron que tenía que irme a vivir con alguien de mi familia ya que soy menor y no podía vivir sola. Pero la familia de mi padre ni siquiera saben que existo y la única persona con la que podía ir era mi abuela, por parte de madre. Lo que pasa es que ella, aunque sabe de mi existencia, preferiría que no existiese... ¿Me explico? -La pelirroja asintió. -Cómo ella se negaría a dejar su vida por mí, la llamé he hicimos un trato. Ella me pasaría dinero suficiente para pagar facturas y demás mientras que yo no la molestara con nada. En resumen, que yo vivo sola en mi casa mientras que ella está en Milán con su trabajo. Para los demás, ambas vivimos aquí.

Vaya... Ahora entiendo porqué no hablas de ellos. -April la abrazó y acarició su pelo. -Aunque no lo parece, si tienes familia. Me tienes a mí, que soy como tu hermana, y tienes a los chicos, al sensei y tienes un Casey Jones. Jamás estarás sola __. -La rubia correspondió al abrazo escondiendo su cabeza en el cuello de su amiga para ocultar algunas lágrimas.

Gracias April... -La pelirroja sonrió.

Después de aquella emotiva escena, ambas retomaron el camino a la guarida. La rubia cambió de idea en el autobús. Pensó en ir a su casa pero recordó los papeles que le iba a dar a Donnie. A veces se pensaba sí seguir investigando o dejarlo todo como está. Aunque encontrase algo sobre esas visiones... ¿De que servirían? Todo sería mejor si lo dejase cómo está...

¡Hola chicas! -Casey estaba en la guarida jugando a las cartas con Raphael.

Hola... -La rubia fue corriendo al laboratorio mientras abría su mochila por el camino. -¡Donnie!

¿Que pasa __? -Donnie dejó de lado lo que hacía para ver a su amiga correr a su laboratorio.

Encontré esto en mi casa. Mi padre inventó un chip que cambia el ADN de una persona, completamente. -La chica le dió las hojas encuadernadas. -Pensé que podríamos intentar fabricarlo y así convertir al sensei en humano de nuevo. -Donatello tardó unos segundos en reaccionar.

¡Esto es magnífico! No sólo el sensei volvería a ser humano, mis hermanos y yo también podríamos serlo... Me pondré a ello ahora mismo. -Derrepente, el chico abrazó sorpresivamente a su amiga durante dos segundos y luego se puso manos a la obra con el chip.

La chica le ofreció ayuda a su amigo, pero April entró y Donatello eligió la ayuda de April para estar más tiempo con ella, cosa que la rubia entendía perfectamente así que salió del laboratorio y se fue al dojo para entrenar un rato. Con todo lo que estaba pasando necesitaba despejarse. Cuando entró en el dojo vió que no estaría sola. Leo estaba limpiando sus katanas.

Hola __. -Leo siguió limpiando. -¿Necesitas algo?

Hola... Venía a entrenar un poco, pero puedo volver luego si quieres. -La chica se dió la vuelta con la intención de marcharse.

No me molesta en absoluto tu presencia, además así podemos entrenar juntos, nunca lo hemos hecho... -El chico guardó sus katanas y las dejó a un lado.

Sí, así me puedes enseñar algunas llaves. -Ambos sonrieron y se prepararon para estirar.

Estuvieron veinte minutos calentando y luego realizaron algunas catas. Entrenaron durante dos horas y media pero estaban tan agusto juntos que podrían seguir todo el día así. El Sensei estaba en su habitación y no pudo evitar sonreír al verles juntos es por eso que no quiso interrumpirles. La noche llegó y todos se fueron a sus casas. Casey acompañaría a April a su casa así que ambos se despidieron de su amiga en la salida de la alcantarilla. La rubia llegó a su casa, abrió la puerta y entró. Suspiró y tiró su bolso al sofá pero como lo tenía abierto el disco duro salió y cayó al suelo. La chica ni se acordaba de que lo tenía. Tal vez era mejor así, en fin, había decidido dejar todo ese tema apartado. Se acercó al sofá y cogió el disco del suelo. En fin, que sea curiosa no significaba que fuese a seguir con eso... La chica subió a su habitación y cogió su ordenador para conectar el disco duro. Lo encendió y empezó a ver las grabaciones. Se quedó horas y horas mirando aquella pantalla fijamente por si veía el mínimo detalle que involucrase a los kraangs, pero nada. No pasó nada.

Al final si que fue un suicidio... -Justo en ese momento vió subir a una chica guapísima de pelo morado oscuro, con un cuerpo increíblemente perfecto y una indumentaria poco común y muy provocativa. Se fijó bien en ella y vió que tenía una especie de pistola en la mano. Cuando la chica se paró frente a la puerta del Doctor Richards, éste abrió la puerta encontrándose con el cañón de la pistola en la cara. Observó que la chica le hizo señas para que entraran y cerró la puerta tras de sí. Pasados unos cuarenta minutos, la chica salió y la rubia paró la grabación justo en ese momento. -Es ella... Es la otra chica de las visiones...

Exacto, soy yo querida. -La chica que mató al Doctor se encontraba ahora apuntándole con su pistola a la cabeza mientras sus ojos morados brillaban en la oscuridad de la habitación. -Tú y yo tenemos que hablar...

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Hola, espero que os esté gustando la historia. Todo lo que opinéis de ella, por favor decidmelo en los comentarios y muchas gracias por apoyarme. Por cierto, la foto es de la ropa de la chica.💚

Perfection [TMNT y Tn__]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora