Dᴇsᴛɪɴᴀᴅᴏ ᴀ Sᴇʀ

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《Cuando está destinado a ser, te vuelves un poco loco, parece ser que olvidas hasta tu propio nombre,
Cuando está destinado a ser su destino, y nada volverá a ser lo mismo.》

—Kakashi-sensei... —llamó la pelinegra con timidez al mayor.

—Dime, Sarada. —respondió con total tranquilidad mientras continuaba caminando delante de ella.

Era una noche tranquila, se podían escuchar alguna que otra avecilla que volaba de rama en rama ambientando el lugar. La pequeña Uchiha no había cruzado palabra con el peliplata desde que partieron de la casa Uzumaki. Pero, sí iba a pasar con él gran parte del tiempo debía aprovecharlo.

—Usted es un ninja muy respetado y admirado por todos en la aldea. —al escuchar esto el Hatake se irguió orgulloso— Pero para mis padres y el Séptimo es como un amigo, alguien en quien pueden confiar y apoyarse. Mi mamá siempre se refiere a usted con mucho cariño y menciona lo gran amigo que es. —hizo una breve pausa— Y mi papá, bueno, mi papá no es de muchas palabras pero no lo rechaza y siempre busca estar con usted o el Séptimo, así que es algo bueno.

—Me enterneces, Sarada. —soltó un suspiro y dejó que la niña lo alcanzara— Te seré sincero, yo también amo a tu mamá y a tu papá, ¡oh! Y a Naruto también, no lo olvidemos. —ambos soltaron ligeras risas imaginando a un Uzumaki frustrado y avergonzado— Son mi familia. Hay veces en las que los vi, sigo viendo, —reparó— como mis propios hijos.

La azabache sonrió y lo miró con un destello en sus ojos.

—¿Puedo preguntarle algo, Kakashi-sensei?

"Cuando tiene esa mirada es idéntica a Sakura", pensó.

—Por supuesto. —respondió sonriendo debajo de su máscara.

—¿Usted cómo describiría los sentimientos de mis padres? Quiero decir, usted estuvo gran parte del tiempo con ellos y pudo haberse dado cuenta de lo que sentían el uno por el otro.

Un tenue silbido salió de los labios del Hatake, no le gustaba admitirlo, pero ya a su edad le costaba un poco recordar ciertas cosas, aunque al tratarse de los revoltosos pero adorables de sus alumnos era seguro que se acordaría.

—Bueno, Sakura siempre fue como lo es ahora: dulce, llena de energía, alegre y extrovertida. Siempre se encargaba de estar al pendiente de Sasuke e intentar alegrarle el día. En un principio me resultaba triste porque el terco de tu padre nunca mostraba reciprocidad alguna, pero tiempo después comprendí la retorcida y loca mente de Sasuke.

Interrumpiendo su monólogo con carcajadas se permitió recordar ciertos momentos de sus dos alumnos juntos.

—¿Y qué fue lo que comprendió de mi padre, Kakashi-sensei?

Hatake llevó aus manos a su nuca intentando encontrar las palabras exactas.

—Veo que intentas sacar algún tipo de información de mi. Mejor dime, Sarada: ¿qué es lo que quieres averiguar?

La azabache se sonrojó al ser descubierta, pero tomó la palabra del mayor.

—Siempre he creído que mis papás tienen una relación... poco normal. A comparación de la tía Ino y Sai, o del Séptimo y la tia Hinata; nunca se mostraban afecto, ni siquiera delante de mi. Mamá todo el tiempo me decía que el cariño de papá era especial, diferente y hermoso. —soltó una trompetilla— Pero yo simplemente me convencí de que ellos estaban unidos más por compromiso que por amor, ¿sabe? Mi padre siempre fuera y mi madre sola, "felizmente sola" —acomilló.

—¿Sigues pensando eso?

—No. Por un tiempo deje de creerlo. Siendo más exactos cuando mi papá volvió a la aldea de manera permanente. ¡De verdad que éramos felices! —dijo entusiasta— De vez en vez escuchaba a mis padres hablando casi toda la noche, mi papá tomaba la mano de mi madre y amos se sonrojaban. Fue entonces cuando comprendí que su amor es... raro.

Volviéndome a enamorar de ti 《Sasusaku》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora