Que bello era el fin de semana.
Dormir más tiempo, no quitarse la pijama, quedarse acostado por donde quier sin problemas de tiempo o tener planes. Esos días eran gloria para todo adolescente, esos días donde te olvidas de todo y te la pasas viendo la televisión o durmiendo sin preocupación. Pero tristemente, ese no era el caso de Bon; el corría al parque lo más rápido por tener el tiempo encima, se había despertado tarde y había olvidado que Foxy lo quería ver en el parque.
Al llegar buscó por todos lados pero no lo vio, casi no había gente así que buscarlo con la vista era fácil, solo que ya no estaba en el parque. Se molesto con el mismo porque sabía que tenía la culpa pero solo se limitó a ir a su casa para pedir disculpas por la demora, eso era lo mínimo que podía hacer después de su niñeria; mientras caminaba se iba maldiciendo y ofendiendo por haberlo olvidado, se sentía tan mal. Pero por más que se dijese el error ya estaba hecho.
Al llegar a la casa se paró frente a la puerta y suspiro deseando que su novio no se enfadara tanto, y con la preparación mental, tocó un par de veces y espero un momento. El pelirrojo abrió y al ver de quien se trataba hizo su rostro neutro y se cruzó de brazos.
-¿puedo ayudarte en algo? -solo se limitó a soltar.
-Fox... Lo lamento, es que yo -fue interrumpido.
-no quiero explicaciones, digas lo que digas, no cambiará nada. Así que mejor nos vemos el lunes -fruncio el ceño.
-Amor, de verdad lo siento... -volvió a insistir.
-Bon. No te quiero decir algo malo, de verdad, cariño; se que estabas más ocupado que perder el tiempo conmigo -desvío la mirada algo adolorido.
-¡Perdón! No volverá a pasar... Soy un tonto... -se cubrió el rostro sintiendo un nudo en su garganta formarse.
Sintió como unas manos quitaban las suyas, tomaban su mentón y Foxy hizo que se vieran a los ojos. El más alto sonrió levemente ladino acariciando la mejilla ajena, provocando un sonrojo en el menor.
-te perdono solo con una condición -acarició los labios.
-¿qué es? -susurró.
-dame un beso -se acercó al rostro contrario.
El de piel canela sonrió y rompió la distancia con un beso tierno, inocente y algo torpe. El de orbes ámbar siguió el beso tomando el mando, era un ritmo paciente, sus lenguas rozaban de vez en cuando provocando los sonrojos más fuertes —más de lo que ya lo estaban—, sus cuerpos se pegaron, Bon abrazó el cuello de su novio, mientras este abrazaba la cadera del más bajo para poder disfrutar más del momento.
-¡waaaaaaaaaa! -se escucho a espaldas de Bon.
La pareja se separó espantada por aquel grito, una chica albina estaba que le daba un paro cardiaco, estaba a punto de llorar por alguna extraña razón.
-¡joder, sigan besándose! -grito más emocionada.
-no pienso hacerlo contigo aquí -se quejó Foxy cruzándose de brazos.
-lo siento, Meg. Pero es incómodo -sonrió Bon.
-como sea. Ya tengo mi YAOI. Por cierto, solo venía a avisar a rojo que en la noche hay fiesta. Sin más que hacer me voy -corrió por donde había llegado.
Los chicos se compartieron una mirada extrañados, eso había sido demasiado raro y rápido para procesar al instante. Pero decidieron dejarlo de lado y salir a dar un paseo, en recompensa por hacer esperar a Foxy en el parque una hora y media. En aquella cita querían seguir con sus besos pero pensaban que tal vez el otro no quería así que solo se resistieron a no decir nada del tema.
Solo habían ido al centro comercial, pero había sido un rato increíble, se habían divertido, eso era de admitirse. Pero se quedaban con ganas de probar esos labios; para quitarse eso de la cabeza cada quien se fue por su lado tres horas después. Se verían hasta el lunes, no era difícil sobrevivir un día sin verse.