Capítulo 3: Blitzkrieg.

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El primero de Septiembre de 1939 inició la operación Fall weiss. La operación en defensa de las “agresiones” cometidas por Polonia ante soldados alemanes en la frontera polaco- Alemana. El general Franz Halder, era el encargado de la operación. El 30 de Agosto, dos días antes del inicio de la operación, llegó a la base con una orden directa del Reichstag o el parlamento a la base en la que estábamos, ese día nos reunieron a todos en el patio para escuchar la información que tenían. Mi compañero de litera: Tomas, estaba junto a mi cuando estábamos en posición firme en el patio. Recuerdo que él y yo estábamos nerviosos por lo que iba a pasar, no sabíamos que nos esperaba. Estaban todos presentes en el patio de entrenamiento, recuerdo bien que estaban el General Franz Halder y los feldmarschall Gerd Von Rundstedt y Fedor Von Bock, dichos personajes eran los encargados de dar inicio y llevar a cabo la ejecución de la operación y su éxito. Ese día a las 0500 el General nos dijo.

— ¡Atención! ¡Señores! Hoy es un día en el que todo nuestro entrenamiento y preparación dará sus frutos. Tengo en mis manos una orden directa firmada por el führer en el Reichstag, esta orden, es nada más y nada menos que el inicio de la expansión del tercer Reich. ¡El primero de Septiembre invadiremos Polonia y la conquistaremos!— En lo que él dijo esas palabras gritó— ¡Sieg Heil!
A lo que todos respondimos gritando — ¡Heil!—, de manera unísono y en sincronía.

Ese día partimos a la capital, Berlín, donde pasamos la noche para luego partir hacia la frontera Polaco-Alemana donde daríamos inicio a la operación. Recuerdo que el 31 de Agosto mi compañero y yo estábamos bastante asustados por el día que estaba por llegar. Teníamos miedo, ¿y quién no? No todos abordan con facilidad la idea de partir en armas a la invasión de otro país.  Mi compañero y yo estábamos en el campamento a unos kilómetros de la frontera sentados junto a la hoguera, hablando del día que aguardaba. 

—Sebastian. ¿Estás preparado?— Me dice Tomas mientras toma un poco de cerveza que tiene en su cantimplora.
—No. ¿Tú lo estás?— Respondo mientras sigo escribiendo una carta a mi madre
—Nein. Tengo miedo, no sé qué nos espera.
—Yo tampoco sé que nos espera. Habrá que esperar a que el general Franz nos diga que haremos y como lo haremos.
En eso se acercó Gustaff a donde estábamos y nos dijo:
—Yo sí sé que nos espera. Fuego y sangre, es obvio ¿no? Al fin y al cabo vamos a invadir una nación. Encontraremos resistencia y fuego de respuesta, es ahí donde demostraremos todo nuestro entrenamiento y toda nuestra fuerza. Ha llegado el momento de demostrar que Alemania no es una nación que será humillada de nuevo. ¡Sieg Heil!— Exclamó.
—Sieg Heil. Respondí.

Gustaff era nacido en la capital, sus padres son simpatizantes directos del partido incluso antes de que este tomara el poder lo cual explica por qué era tan radical. El radicalismo iba en su sangre, a diferencia de nosotros él creía sin duda ni cuestionamiento las ideologías del partido y del führer. Daría la vida por el führer  y el Reich.
En la mañana del primero de Septiembre, a las 0500 horas nos citaron a todos para explicar el transcurso de la operación y los objetivos principales. El objetivo principal era la capital polaca: Varsovia. Los primeros pasos eran adentrarnos en el territorio y llegar a la ciudad de Bydgoszcz  donde nos reuniríamos con las divisiones comandadas por Von Bock, una vez allí, seguiríamos el cauce del río hasta Varsovia, las divisiones bajo el mando de Von Rundstedt entrarían por el sur desde Eslovaquia y Silesia tomando las ciudades cercanas a la capital y acabando con la resistencia a su paso.  Todo esto con el apoyo aéreo de la Luftwaffe y además con una nueva estrategia de combate llamada: La Blitzkrieg o “Guerra relámpago”. Una estrategia que consta del movimiento rápido y estratégico de las unidades Panzer, dicha estrategia fue de gran ayuda para toda la operación. Él nos explicó la operación y cuál sería el primer paso

—Atención. Daremos inicio a la operación Fall Weiss a las 0600 horas y este será el plan a ejecutar. El grupo alpha bajo el mando del käpitan Füller partirá primero hasta la frontera donde van a tomar de sorpresa el punto de control y la estación de radio en el lado polaco. Una vez tomada la estación y eliminados los soldados, van a pasar un mensaje diciendo que están en modo ofensivo contra un pelotón alemán del otro lado de la frontera, cuando hayan enviado el mensaje regresarán al punto bravo donde partiremos hasta dicho punto de control confirmando la agresión por parte de los polacos— Dijo.
— ¿Y después de eso cual es el siguiente paso mein general?— Respondí.
—El Siguiente paso, Merkel, será adentrarnos en el territorio hasta la ciudad de Szczecin y la tomaremos, una vez tomada Szczecin seguiremos hasta Bydgoszcz  donde nos encontraremos con las unidades de Von Bock que vienen desde Prusia y seguiremos por la orilla del río hasta la capital. El general Von Rundstedt nos encontrará del lado sur de Varsovia ya que él y sus divisiones entrarán por Eslovaquia y Silesia derrotando la resistencia y avanzando hacia la capital. Del lado oriental de Varsovia esperaremos a los soviéticos— En eso interrumpió un cabo de apellido Nüremberg diciendo.
— ¿Los soviéticos, señor?
—Sí, cabo, los soviéticos. Ellos nos van a ayudar a tomar la capital y les dejaremos a la unión soviética y a Stalin el lado oriental del país. Mitad y mitad para ambos.
—Vale. Respondió Nüremberg.
— ¿Alguna otra pregunta?— Dice el general Franz.
—Sí señor, tengo una— dice Tomas— ¿Esperamos resistencia?
—Por supuesto, Tomas, pero no se preocupen. La resistencia que esperamos no será de gran preocupación, los polacos no saben lo que les vendrá ni como vendrá. Contamos con el control de los cielos y de la tierra gracias a las divisiones Panzer y la estrategia blitzkrieg. Los Stukas y los Heinkel despegaran desde Berlín y nos darán apoyo, una vez que Von Bock y sus unidades hayan tomado el aeródromo de Bydgoszcz las divisiones de bombarderos Stukas y Heinkel aterrizarán allí y lo usarán de base para darnos mejor apoyo al tomar la capital.
—Señor ¿Dijo Heinkels?
—Sí, Merkel. ¿Algún problema?
—No Señor.
—Vale. Prosigo. Una vez capturada Varsovia acabaremos con la resistencia que quede, los prisioneros los trasladaremos todos a un sitio y en ese sitio me van a buscar. Yo me encargaré de lo que haremos después con ellos. ¿Entendido?
— ¡SI SEÑOR! — Gritamos.

Enseguida nos retiramos a buscar nuestro equipo y armamento, los kommandant de Panzers abordaron sus tanques y los jefes artilleros empezaron a avanzar hacia el punto de control. La unidad Alpha ya había partido. En ese momento recordé las palabras del general «Las divisiones de bombarderos Stukas y Heinkel aterrizarán allí y lo usarán de base para darnos mejor apoyo al tomar la capital» y pensé en mi hermano German que seguro estaría en la tripulación de algún Heinkel en camino a apoyar nuestro avance. Sin perder más tiempo tomé mis cosas y me reuní con el Leutnant del pelotón y comenzamos nuestro avance. El primero de Septiembre a las 0600 horas partimos al punto de control en la frontera donde nos encontramos con el grupo de asalto alpha. Íbamos ocho divisiones de infantería, siete divisiones de artillería y siete divisiones Panzer. Contábamos con el apoyo aéreo de los aviones Messerschmitt Bf-109 y los famosos Stukas, además de los bombarderos Heinkel-111. Aproximadamente unos 2.300 aviones. A medida que íbamos marchando todos íbamos entonando cantando una canción que nos enseñaron. La canción se llamaba “SS marschiert in Feindesland”, en español el nombre era: “La SS marcha en territorio enemigo”. Era una canción que infundía miedo o respeto hacia nosotros, hacia las SS y hacia el Reich. Y créanme que si lo hacía. La gente nos miraba con miedo al pasar.

El dos de Septiembre llegamos a las afueras de Szczecin e iniciamos el plan de ataque.

— ¡Atención! Estamos cerca de la ciudad, quiero un frente de artillería de largo alcance de 700 metros  de largo, abriremos fuego contra la ciudad —Dijo el Käpitan Fuller.

— ¡Si Señor! — Respondieron los jefes artilleros

Enseguida las cuatro divisiones de artillería se colocaron en una línea horizontal todas de frente hacia la ciudad, todo esto sin todavía ser detectados por el enemigo. El plan era abrir fuego de artillería contra la ciudad en donde estaban varios destacamentos del ejército polaco esperando.

¡CONTACTO DOCE EN PUNTO! ¡ENEMIGOS A LAS DOCE! — Gritó Gustaff.

Enseguida avistamos a las doce en punto del reloj un pelotón de infantería y de caballería. Y no, no es un error, eran caballería. No podíamos creerlo ¿en verdad estaban respondiendo a una invasión con caballería? Pero si, salieron en defensa cuatro pelotones de caballería y dos de infantería. Aproximadamente unos dos mil hombres. El resultado terminó en una masacre...

Una vez avistado el enemigo, los jefes de artillería gritaron.
— ¡FUEGO A DISCRESION! —.

Nosotros en nuestras posiciones defensivas abrimos fuego contra el enemigo que estaba unos cientos de metros al frente de nosotros mientras que la artillería de largo alcance bombardeaba la ciudad. En seguida salieron en respuesta los aviones del ejército polaco a destruir nuestra artillería pero la luftwaffe nos brindaba apoyo aéreo. Los polacos eran superados en número de soldados, vehículo y sobretodo aviones.

— ¡Merkel, a la ametralladora! — Gritó el Leutnant Keitel.

— ¡Si Señor!— Procedí a tomar la ametralladora MG-42 y abrí fuego contra el enemigo, Tomas estaba a mi lado sosteniendo el cinto de balas para que no se encasquillara la ametralladora.

—Enemigos a las dos Merkel— Dijo Tomas.

—Los veo— Respondí.

— ¡CONTACTO TRES EN PUNTO! —Gritó Keitel

— ¡GRANADA! ¡CUBRANSE TODOS! — Gritó Gustaff.

A unos cuatro metros de nuestra posición, explotó una granada. El sonido nos dejó aturdidos y algunos compañeros que estaban más adelante murieron por la explosión, entre esos un recluta de tan solo dieciocho años. Un niño, se llamaba Manuel. Muy pocas palabras tuve con él, pero se ve que no quería estar acá. Pasaron unos segundos y el Leutnant nos ordenó avanzar. El enemigo, superado en número y sin posibilidades de avanzar debido al fuego de cobertura de la artillería, comenzó a retroceder de nuevo hacia la ciudad. Nosotros salimos de las trincheras y edificaciones y avanzamos rápidamente. Las unidades panzer iban delante de nosotros abriendo fuego contra los que se retiraban, algunos se rindieron y los tomamos prisioneros, los demás fueron abatidos a medida que avanzábamos. Llegamos a estar a unos dos kilómetros cuando empezamos a recibir fuego de artillería procedente de la ciudad. Nos ordenaron cubrirnos y retroceder. Keitel junto al ingeniero de comunicaciones solicitaron apoyo aéreo por radio mientras nosotros nos colocábamos en posición defensiva. Keitel tomó la radio y dijo.

— Aquí la unidad 353 habla  el Leutnant Keitel. Solicito apoyo aéreo inmediato, recibimos fuego de artillería procedente de la ciudad. Cambio—.

Sabíamos que tardarían un rato en llegar así que retrocedimos a un pueblo cercano donde nos atrincheramos para esperar el apoyo aéreo. Pasaron como una o dos horas de “tranquilidad” ya que los polacos sabían que su mejor estrategia contra nosotros era atrincherarse en la ciudad y abrir fuego de artillería. Eran pasadas las diez u once de la mañana cuando Tomas miró al cielo y gritó.

— ¡Ahí viene el apoyo! — Dijo apuntando al cielo.

Recuerdo mirar al cielo y ver entre 100 y 120 bombarderos Heinkel He-111 rumbo a la ciudad. Vimos como los bombarderos arrojaban sus bombas sobre la ciudad sin recibir mucho fuego antiaéreo ni resistencia por parte de aviones polacos. Veinte minutos más tarde los bombarderos emprendieron su regreso y Szczecin ardía en llamas completamente, el infierno en la tierra.

—Avancen— Dijo Keitel desde el Panzer líder.

Avanzamos hacia Szczecin nuevamente para verificar los daños de la ciudad y que no hubiera resistencia polaca. Llegamos y nos encontramos con el horror en la tierra. Recuerdo claramente ver cuerpos en las calles y los escombros, edificaciones arder y posterior tornarse en escombro y polvo. Los pocos sobrevivientes lloraban de horror y miedo en las aceras de la ciudad a medida que nos adentrábamos en ella. El bombardeo fue un éxito total los pelotones polacos en la ciudad fueron eliminados y los sobrevivientes tomados como prisioneros.

—Dios mío— Exclamé observando el horrible panorama de muerte y destrucción.

—Esto es la guerra, Merkel, y apenas comienza— Respondió Keitel luego de ver mi cara de horror. — ¡Atención! — Vociferó. —Descansaremos un momento y seguiremos nuestro camino, aún nos falta camino hasta el segundo objetivo primordial. Además, debemos llegar más rápido que Von Bock.

—Así será, Leutnant. Pero ya por hoy no. — Exclamó uno de los kommandant de Panzer.

—Bien señores, tenemos el control de la ciudad. Pasaremos la noche acá y a las 0500 horas partiremos hacia Bydgoszcz. — Dijo Franz mientras le hacía señas al ingeniero de comunicaciones— Sargento, busque una torre de onda corta y envíe un mensaje al comando en la frontera. Indique que tenemos sitiada la ciudad y que a las 0600 partiremos hacia Bydgoszcz. Asegúrese de que llegue el mensaje a la luftwaffe de que procedan a bombardear la ciudad antes de nuestro arribo. Es prioridad eliminar sus defensas antiaéreas y los destacamentos.

—Ja, mein General — Dijo el ingeniero de comunicaciones mientras configuraba su equipo

Pasamos el resto de la tarde y la noche en la ciudad. Algunos miembros de mi pelotón buscaron a las polacas para divertirse con ellas, otros inspeccionaban los edificios que aún seguían de pie en busca de soldados o de judíos ocultos en la ciudad. Todos estábamos alertas por algún ataque repentino por tierra o por aire. A medianoche recibimos la información de que las unidades de Von Bock ya habían arribado al puerto de Danzig teniendo el control total de este y de la ciudad. Partirían al igual que nosotros a las 0600 hacia sus demás objetivos como lo eran las ciudades cercanas y las pistas de aterrizaje en los aeródromos. Era primordial tener el control total del aire para el éxito de nuestra operación.

— Psst, Merkel, ¿estás despierto? — Dice mi compañero Tomas

—Ja, Tomas. —Afirmo mientras limpiaba el cuerpo de mi ametralladora MP-40.

—Qué día ¿no? No puedo creer que en verdad estemos haciendo esto. Estamos invadiendo Polonia ¿puedes creerlo? —Expresa con preocupación— Mira todo esto, mira la ciudad. Observa la destrucción que hemos traído a esta ciudad

—Lo sé, Tomas, lo sé. Pero es nuestro deber seguir las órdenes sin cuestionarlas, sabes que es así. —Observé mi alrededor y los edificios que aún seguían en llamas — Sé que trajimos destrucción y horrores a esta ciudad, pero, ¿no nos hicieron lo mismo a nosotros al final de la primera guerra?
—Ja. — Responde Tomas.

—Pues, es nuestro momento de venganza. De recuperar el honor y el orgullo con el que empezamos la primera guerra. Y lo haremos—.

En eso se acercan nuestro pelotón al sitio donde descansábamos Tomas y yo, el Käpitan  Fuller venía con ellos. Se sentaron en los bancos de la plaza en la que estábamos. Estábamos pasando la noche en la plaza central de Szczecin ya que, debido al bombardeo la ciudad quedó casi en ruinas y no había casas para refugiarnos en ellas. Así que tuvimos que instalarnos en la plaza.

—Señores, escuchamos en la radio que Gran Bretaña y Francia cumplieron su promesa de declarar la guerra si atacábamos Polonia. —Exclamó Fuller— El führer y Mussolini le declararon la guerra a Francia y Gran Bretaña, oficialmente ha comenzado la segunda guerra mundial. También Holanda, Bélgica y Noruega nos han declarado la guerra en apoyo a Francia y Gran Bretaña.

— ¿Los Belgas? ¿Es en serio?— Respondí

—Ja. Los belgas. Esos idiotas también quieren algo de gloria. — Respondió Fuller.

Todos guardamos silencio un momento analizando la situación. Había iniciado otra guerra, otro combate armado internacional. Se repetía la historia, Europa se introducía poco a poco en otra guerra que costaría la vida de millones de personas tanto civiles como soldados. ¿Cuántas madres no perdieron a sus hijos en la primera guerra mundial? ¿Cuántos niños quedaron huérfanos? ¿Cuántas esposas perdieron sus maridos en la guerra? El horror se repetía y los resultados volverían a ser los mismos, o peores. Para romper el silencio Keitel se acercó hacia mí con un cigarrillo en la boca y me dijo.

—Buen trabajo con la ametralladora, Merkel, cayeron como moscas

—Gracias, Keitel.

—En verdad si cayeron como moscas. Ellos y sus caballos ¿en verdad pueden creerlo? ¿Caballos? —Exclama Fuller con tono de burla — Si todo el ejército polaco está compuesto de caballería, pues esta guerra será tan fácil como subirle la falda a una dama.

—Eran más los caballos que los vehículos, será fácil esta contienda y nuestra llegada a Varsovia será rápida. — Responde Gustaff mientras sigue riendo por el comentario del Käpitan.

—Mañana será otro día señores, continuaremos nuestro avance así que deben descansar. La guerra apenas comienza — Dice Franz — Avanzaremos a Bydgoszcz.

Keitel siguió fumando su cigarrillo, los demás del pelotón leían, algunos también limpiaban sus armas. Las tripulaciones de los vehículos reponían combustible y los Kommandant de los Panzer hacían recuento de sus municiones. El primer día de nuestra campaña fue un total éxito. El recuento de bajas era poco, apenas unos 1.500 hombres. A diferencia de los polacos ya que sus bajas de infantería fueron numéricas, también el número de soldados capturados. Estimamos que ese día perdieron alrededor de 30.000 hombres, 65 vehículos, 80 unidades de artillería y algunas decenas de aviones. Las bajas civiles también eran significativas... Cayó la medianoche en santa paz y tranquilidad, igual nosotros mantuvimos nuestra vigilia. Nos turnábamos para dormir, a eso de la 01:00 horas caí en sueño profundo, agotado por el día y todo lo que significó, igualmente me invadía el sentimiento de culpa y preocupación por todo lo que habíamos hecho. Todo el horror causado y que apenas comenzaba. Me invadían las preguntas “¿Por qué hacemos esto? ¿Qué esperamos obtener? ¿Qué pasará con los prisioneros? ¿A dónde los envían? Esas”.  Fueron algunas de mis preguntas durante mi guardia, pero finalmente dormí. A las 0500 horas del 3 de Septiembre nos dieron la orden de despertar y prepararnos, ya era momento de iniciar nuestra marcha hacia nuestro siguiente objetivo: Bydgoszcz. El Käpitan Fuller recibió la información de que el bombardeo a Bydgoszcz había sido un completo éxito pero con algunas bajas debido a la fuerte presencia de artillería antiaérea. Temí por mi hermano, no sabía si estaba en el escuadrón de vuelo, y menos si había sido el un miembro entre las bajas. Con mi sentimiento de preocupación, por la seguridad de mi hermano, tomé mi arma y mis cosas y me reuní con el Käpitan para iniciar nuestra marcha.

— ¡Vorschub! — Vociferó. — Avanzamos hacia Bydgoszcz. 

Dijo el general Franz luego de cerrar el mapa que tenía abierto sobre una mesa.

— Ya escucharon señoritas. ¡Vorschub! — Exclamó el käpitan Fuller.

A las 07:30 horas partimos hacia nuestro siguiente objetivo, Bydgoszcz, no sin antes haber dejado una huella al pasar por Szczecin. Tal como lo ordenó el general Franz, capturamos a todos los sobrevivientes del ejército polaco y con algunos miembros especiales de las SS, también capturamos ciudadanos judíos en esa ciudad. A todos los montamos en un camión directo a la frontera donde los esperaría el grupo que se quedó en el campamento ¿Qué les iban a hacer? No lo sabía en ese momento, lo descubrí años más tarde cuando finalizó toda la guerra y se dio a conocer todos sus horrores. Horrores de los cuales fui parte.

A las 16:00 horas del 7 de Septiembre arribamos a las afueras de Bydgoszcz al punto de encuentro donde nos reuniríamos con las tropas de Von Bock. Al llegar allí recibimos la información de que las unidades de Von Bock tuvieron que desviarse al este debido a la fuerte presencia de fortificaciones y efectivos, ellos arribaron a Wizna donde iniciaron el combate contra el ejército polaco atrincherado en la ciudad, necesitaban el control de la ciudad para seguir su avance hacia Varsovia.
Nos informaron que una unidad de reconocimiento del 10º ejército al mando del general Nikolaus von Falkenhorst tomaron con pocas bajas Wizna; sus defensores retrocedieron al margen oriental del río Narew. Nuestras tropas intentaron tomar el puente en dirección a Gielczyn, pero fue volado por los ingenieros polacos cuando pasaban los panzer, uno de ellos cayó al río. Entonces intentaron vadear el río sufriendo crecidas bajas en el intento siendo repelidos. Intervino entonces la tercera división Panzer del General Von Shweppenburg, la 20° división Motorizada del General Wiktorian; la 10° división Panzer del General Schaal y la Brigada "Lótzen”, además del apoyo de la Luftwaffe. En total unos 42 000 hombres y 350 tanques contra una desigual fuerza de 700 polacos equipados con ametralladoras pesadas y armas antitanques. El combate se llevó a cabo durante unas siete horas hasta que finalmente el 8 de Septiembre en la mañana recibimos la información de que las unidades en Wizna obtuvieron la victoria. El recuento de bajas ese día fue de 660 polacos aproximadamente y unos 40 prisioneros, por nuestra parte tuvimos numerosas bajas. Unos 1.000 hombres y 10 unidades Panzer. Pero aun así fue una victoria casi intacta. El número de bajas no era nada comparado al número de efectivos que iban en la misión.
El 9 de Septiembre avanzamos hacia Bydgoszcz, unas cuantas divisiones de nuestro ejército se desviaron al sur para tomar Poznan y Lódz, dos ciudades cercanas a Varsovia que tenían presencia de efectivos, además de una cantidad buena de recursos como municiones y combustible. Recursos que ya necesitábamos para continuar el definitivo avance hacia Varsovia. El 13 de Septiembre tomamos el control total de Bydgoszcz. Los días venideros fueron más de lo mismo, a medida que avanzábamos asegurábamos el control sobre el territorio, gracias a esto se nos fueron uniendo más y más grupos. La cantidad de soldados desplegados para la operación “Fall Weiss” fue de aproximadamente 1.500.000 soldados. A lo cual también se necesitaron más generales para la operación.
El 15 de Septiembre llegamos en “La batalla de Bzura”, tuvimos un contraataque sorpresa por parte del ejército Polaco. Nuestra división había recibido la orden de avanzar por los caminos hacia Varsovia, cuando de la nada aparecieron los polacos acompañados de varias unidades motorizadas y vehículos de combate. Fue una fuerte respuesta por parte de ellos, tanto así que retrocedimos varias millas hasta las trincheras que habíamos dejado atrás para poder iniciar una respuesta a este contraataque. Una vez allí el general Franz y el general Wëller (un general asignado para comandar las divisiones N° 10 y N° 15 del Heer y la 2° división aerotransportada) ejecutaron nuevamente la estrategia “blitzkrieg”, favorecida completamente por la falta de recursos de los polacos y la movilidad y rapidez de nuestros Panzer. Los polacos resistieron 5 días hasta que finalmente fueron eliminados y/o apresados. Luego del combate descansamos uno o dos días en un pueblo pequeño a unos kilómetros de Varsovia, nos faltaba poco para la última misión y teníamos que estar preparados.
Recuerdo claramente que el 23 de Septiembre, segundo día de descanso, recibimos nuestro correo. La última vez que pudimos enviar cartas o telegramas fue el día que estábamos en Bydgoszcz. Desde ese entonces fueron días de combate y avance sin comunicación más que la necesaria con las demás divisiones en el territorio. Ese día revisé mis cartas y entre esas tenía una de mi hermano y una de mi madre. Mi cara de felicidad no fue normal. Entre todo este horror al fin tenía algo de felicidad.
“Querido Sebastian, te he echado mucho de menos. Los días desde tu ausencia y la de tu hermano han sido difíciles para mí. No solo por su falta, sino también por la falta que me hace tu padre. Las condiciones acá en Münich están un poco difíciles para los judíos y para nosotros también. Muchos negocios han cerrado pero aún se puede encontrar trabajo. Me reclutaron para servir como enfermera en el hospital central y he aceptado el trabajo. Pagan bien pero se trabaja mucho. Finalmente tuve un tiempo libre para poder escribirte a ti y a tu hermano, lo que sé de él es que está bien y se encuentra en una base aérea en Polonia, no sé más de ahí ya que es información confidencial. Te extraño mucho y espero que estés bien.

Geschichte eines Soldaten (relato de un soldado) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora