— Identificaciones.— exigió el moreno de lentes oscuros en la puerta de la discoteca.
Cada una fue entregando su identificación entrando inmediatamente por las lujosas puertas de cristal.
Sentía un clima muy extraño, un clima que anunciaba una nueva presencia entre nosotros, me sentía observada por ese motivo un escalofrío recorrió mi espina dorsal, consciente estaba que nos encontrábamos rodeados de personas pero sentía a ese alguien observándome, alguien ajeno a las demás, de una energía diferente. Soplaba un viento frío a nuestro alrededor, sentía como se arremolineaba sobre mi cabeza, me rodeaba los brazos y susurraba a mi oído. Comence a mirar hacia todos lados buscando el origen de esa sensación, a lo lejos miré y vi una sombra parada en el callejón oscuro al lado de un basurero, la luz tenue de una lámpara lo alumbraba débilmente, aparentemente su cuerpo estaba desnudo pero sus brazos eran excesivamente largos y delgados, casi llegaban a los tobillos, sus dedos eran como cuchillos afiliados que se perdía casi entre la negrura de la oscuridad mientras lo miraba algo brillo en sus ojos y las comisuras de sus labios que creía inexistentes tiraron hacia arriba dejando entrever un montón de dientes filosos en una mueca espantosa sin ojos, levantó una de sus manos señalándome con su dedo índice.
Voy por ti...— escuché en mi mente.
— Identificación por favor.— exigió una autoritaria voz sacándome de mi ensimismamiento haciéndome que me volteara a verlo un segundo.
Se la entregué y volví inmediatamente a mirar hacia el callejón pero la sombra había desaparecido.
— Se acaba el tiempo Cirenne.
— ¿Como dice?— mire al moreno delante de mí.
— Que pase que espera la gente.— repitió el moreno mirándome como si fuera un bicho raro mientras me entregaba la ID.
Sacudí mi cabeza tratando de alejar aquellas imágenes de mi mente y cualquier pensamiento que me distrajera de mi propósito esa noche mientras bajaba los escalones de la entrada, una punzada se había instalado detrás de mi oreja izquierda prediciendo un fuerte dolor de cabeza.
Maldita sea.
— ¡Pero morena! ¿Por que tardaste tanto?— me grita Milena por encima de la música agitando un brazo desde la barra.
Me acerco y voy a responderle cuando me percato de que las chicas no estaban— ¿y las chicas dónde están?— pregunto mirando hacia todos lados.
—Voltea para que te enamores.
Volteo y miro en un tubo bailando a Sarai con las demás chicas haciéndole barra desde abajo. Obviamente habían llamado la atención de mucha gente y mientras unos murmuraban desde las mesas y la barra otros formaban un numeroso séquito de adolescentes ebrios y hormonales (por lo que veo de la escuela Rivera) lanzándole besos y... Condones.
Ella por su parte reía y se retorcía en el tubo ignorando los improperios que algunas personas le lanzaban hasta que algo más allá de los chicos llamó su atención, vi sus ojos brillar y sonreí con malicia.
Bienvenido Alex.
Ella inmediatamente se bajo del tubo recibiendo múltiples abucheos de los chicos los cuales inmediatamente fueron sacados por el gorila de la entrada y otros agentes de seguridad. Por lo visto era un sitio de categoría que no admitía ese tipo de espectáculos, lo supe por las quejas insesantes quejas de los demás que se encontraban allí y la casi inmediata intervención de seguridad. No señores no era un bar de montoneros y calenturientos así que, adiós séquito.
— Hola muñecas— saluda Alex llegando a la barra con Sarai prendida de su mano.
— Así que... ¿Novios?— dice Jennifer sentándose en una de las butacas.
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Personalidad Múltiple
Misterio / SuspensoDentro de nosotros existe algo que no tiene nombre, y eso es lo que realmente somos. . . . . . "Muerte, silencio, sed, dolor se oye un grito y un fuerte redoble de tambores... Susana recuerda"