Capítulo 4

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Cuando salimos de la casa había un increíble auto negro y un señor serio demasiado apuesto y muy formal a su lado.

-Buenos días jóvenes, yo los llevare a donde creo que ya su papá les comentó

-Así es este emm....- lo miré para que me dijera su nombre

-Lo siento, no me presenté, mi nombre es Ricardo

-Hola Ricardo, mi nombre es Alexia y él es mi hermano Max

Él solo asintió con la cabeza, abrió la puerta de la parte de atrás para que subiéramos y en seguida hacerlo él. Me coloque mis audífonos y me perdí en el camino.

Después de casi media hora creo que hemos llegado, veo un edificio grande con un patio hermoso y estudiantes por todos lados. Cuando apenas me estaba bajando del auto veo que Max ya casi llega a la puerta.

-¡MAX DETENTE, ESPÉRAME!

Hace caso omiso y opto por correr y alcanzarlo, cuando logro mi objetivo lo agarró del brazo y nos dirijimos a dirección por que la directora ya nos estaba esperando. Llegamos y la secretaría nos mira y sonríe.

-Hola muchachos ustedes deben ser hijos del señor Sebastián Collins 

-Claro, esos mismos somos- contestó mi hermano

-¡Perfecto!, informare a la directora y en un rato más los atenderá, pueden tomar asiento, enseguida les vuelvo a hablar.

Tomamos asiento y esperamos como 5 minutos, nos guio hasta la oficina de la directora, la oficina era muy linda por supuesto.

-Hola jóvenes, tomen asiento, soy la directora de esta institución, la directora y maestra Marta, en este momento comenzare formalmente sus inscripciones y necesitaré por último sus firmas en un documento, el cual después se le hará llegar al señor Collins. Tardó maso menos 10 minutos en hacer el documento, firmamos y comentó que era todo por hoy.

-Entonces es todo por el día de hoy, mañana será su primer día en esta institución, deben pasar a primera hora con mi secretaria para que les de sus horarios de sus grupos respectivos para después comenzar sus clases.

-Muchas gracias, compermiso.

-Para servirles muchachos.

Salimos y ya estando en el coche nos dirigimos al centro comercial más grande que tiene Miami, compré cuadernos y demás útiles escolares, una nueva mochila y un poco de ropa. Max solo agarró dos libretas y una pluma, pero llevaba cientos de bolsas de ropa, era de esperarse es lo único que le interesa comprar.

Llegamos a casa agotados, pedí de comer por Rappi un frappe de Starbucks y unos panques de chocolate, mis favoritos.

Trate de esperar a mi papá despierta pero no lo logré, ya era demasiado tarde, me quede dormida. 


Amor InesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora