Ella era cálida, tiene un corazón enorme y hermoso, pero él era todo lo contrario, era frío como el hielo, jamás esperarían enamorarse pero la vida les da un regalo inesperado.
¿será bueno o malo para ellos?
Sonó mi alarma, no estaba preparada para asistir a un nuevo colegió, esta vez no, normalmente siempre despertaba con los mejores ánimos del mundo, me entusiasmaba saber que iba a conocer nuevas personas e iba a tener demasiados amigos, ser sociable siempre ha sido lo mío pero por una vez en toda mi vida esas ganas de conocer gente disminuyeron a un menos 1000 por ciento, incluso pensé en poner en pretexto más infantil, pensaba en decir que estaba muy enferma y no podía asistir, súper tonto lo sé.
Me levanté nuevamente sin ganas y cuando estaba a punto de meterme a darme una ducha entró Rosa con una bandeja de comida que se veía demasiado deliciosa a simple vista.
-Mi niña te traje el desayuno porque por lo que veo se te está haciendo poco tarde, desayuna y ponte más guapa de lo que estás
-Gracias Rosa, eres muy linda.
Rosa solo me ofreció una calurosa sonrisa y salió de mi cuarto, había algo en ella que me gustaba mucho, era diferente a todas las demás señoras con las que he convivido en mis anteriores casas, Rosa tenía una chispa hermosa, sentía a mi mamá presente con la compañía de Rosa, lo necesitaba desde mucho antes, la extraño demasiado, ni siquiera tuve el suficiente tiempo para poder conocerla como se debe, recuerdo de ella muy poco, como cuando me cantaba en las noches para que durmiera o cuando jugábamos juntas en mi casa del árbol en mi primer casa, fue hecha por papá y por mamá y un día solo se fue, mi mamá amaba el océano así que sus cenizas decidieron esparcirlas en él, cada que necesitaba hablar con ella trataba de ir al océano o solo voltear al cielo.
Trate de quitarme todo esos pensamientos de mi cabeza por que acabaría llorando como siempre, soy muy sensible, voltee a ver mi reloj y ya era muy tarde, eran las 7.00 a.m. y tenía que salir en media hora, me acabe mi desayuno para poder meterme a duchar, después comencé a vestirme para primer día, un outfit sencillo y solo con bálsamo de labios, no me gustaba mucho el maquillaje, no era muy fanática ni siquiera sé cómo hacerlo, recogí mi pelo en un chongo dejando unos mechones sueltos y me coloque unos lentes.
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Salí de mi habitación casi corriendo y estaba a punto de cruzar la puerta pero mi papá estaba enfrente de mí.
-Hola pequeña, veo que se te está haciendo un poco tarde- lo dice en tono de burla
-¿Te estás burlando de mi papá?- le doy un leve golpe en su brazo
-Claro que no preciosa- me abraza y me lleva al auto
Max ya estaba dentro del auto y me ve con una sonrisa
-Hermosa como siempre hermanita, pero no tanto como yo, no sueñes
Suelto una carcajada y le doy un golpe en la cabeza dañando su "hermoso peinado que le tomo mil horas", se puede ver como ante cada acción reacciono con golpes. El día empieza un poco raro, mi papá nos está llevando al colegio cosa que hace que él llegue tarde a su trabajo y el horario para él siempre ha sido una de las cosas más importantes en el ámbito laboral, nos suele decir que la puntualidad es muy importante en cualquier trabajo y que debemos acostumbrarnos desde el colegio, sinceramente no soy buena en ese aspecto de la puntualidad.
En todo el camino aprecié a mi papá, su semblante se veía alegre y no serio como la mayoría de las veces, volteaba a la ventana dirigiendo su mirada al cielo, él hacia eso cuando pensaba en mamá, sé que esto de hacerse cargo de dos pequeños diablillos solo, sin ninguna persona a su lado, ha sido difícil; un día cuando me encontraba muy triste y salí a hablar con mamá viendo las estrellas llegó papá y me dijo que a pesar de todo el trabajo y lo ocupado que esté, estará para nosotros, que no dude en llamarlo, pero para mí eso es un poco complicado, no me gusta que se distraiga de su trabajo solo por cosas tontas que me pasen, su trabajo es algo por lo que ha luchado demasiado, el papel como papá lo hace bien, a veces falla pero no lo puedo juzgar.
