°Inseguridad°

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Adrien levantaba la camiseta de Marinette mientras le besaba el vientre sobre la cama.

Cuando fue a quitarle la playera Marinette lo detuvo inquieta.

Adrien la miró confundido desde su posición.—¿Qué pa...

—Apaga la luz. — ordenó Marinette intimidada.

Adrien suspiró y se posicionó sobre ella con sus codos a los costados del rostro de su hermosa novia.

—Ya he visto tu cuerpo más veces de las que tu lo has hecho, sin mencionar que conozco partes de ti que tu no conoces ¿Por qué me pides que haga eso? — preguntó aún sabiendo la razón.

A Marinette le lagrimearon los ojos y le tembló la voz. — Creo que he engordado y...me da vergüenza estar desnuda delante de ti. —

El rubio besó su cuello y dejó una marca rojiza. Luego la miró a los ojos y ella miró en otra dirección— ¿Es por lo que dijo la zorra de Kagami? —

Marinette no contestó y sólo escondió su rostro en el cuello de Adrien.

Adrien trató de calmar su enojo y contó hasta tres en su cabeza para no golpear algo y asustarla.

Odiaba que hicieran sentir mal a su novia. A su mujer y futura esposa. A la madre de sus hijos.

—No entiendo por qué le haces caso a lo que ella dice. Es obvio que está celosa por lo que tu y yo tenemos. Está celosa y arde de envidia por lo hermosa y deseada que tu eres delante de mí y muchos otros. — acarició su cabello y le besó la cabeza mostrando cariño y protección.

Viendo que ella no contestaba y comenzaba a dejar salir sollozos, se puso de pié al pie de la cama y agregó...

—No estás gorda. Yo puedo demostrártelo. — puso sus manos en el botón del pantalón de Marinette para desabrocharlo. —¿Me permites? — cuestionó sonriéndole. Ella asintió insegura de su cuerpo.

Adrien le quitó el pantalón dejándola en sólo una pequeña braga de color rojo, tuvo que usar todo su autocontrol para no tomarla en ése momento. Ya después habría tiempo para eso.

Se inclinó sobre ella y tomó el borde de la camiseta holgada que Marinette usaba. La universitaria asintió y Adrien la despojó de ella. Inmediatamente Marinette se tapó los pechos con los brazos.

—No te tapes. No ante mí. — Marinette le hizo caso aún temerosa.

Para Adrien era increíble como las simples palabras de una persona podrían dañar con tanta facilidad la confianza en sí misma de su novia.

Se arrodilló y tomó la mano de Marinette para que se sentara. La azabache lo miró confusa y él acarició sus pies y los recorrió con sus labios lentamente con los ojos cerrados— No sabes cuanto amo tus pies... No son grandes ni pequeños son...perfectos. Por que son sólo tuyos. Me encanta verte descalza. — Ascendió cuando vio que le estaba dando cosquillas. Tomó sus piernas y las puso sobre sus hombros posando sus labios sobre ellas al recorrerlas.— Tus piernas con hermosas...tan torneadas, todo se apega bien a ellas, no sabes lo deliciosa que te ves caminando con ellas en short. Blancas y suaves...— murmuró acariciando sus muslos. Marinette suspiro y se recosto en la cama cuando se fue acercando a su parte íntima. Adrien hundió su nariz en la línea que se marcaba sobre su fina prenda.

—Tu aroma...aroma a mujer...aroma a Marinette. No sabes cuanto me gusta distinguir tu aroma al fundirse con el mío. Tan dulce y a la vez extraño...Tan tuyo. Es como una droga sumamente adictiva para mí. Y no daré vueltas y mencionaré lo delicioso que se me hace tocarte y perderme dentro de ti, cuanto amo perderme dentro de ti y hacerte tocar el cielo a gritos. — mordió con suavidad sus labios vaginales y Marinette gimio deseándolo.

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