Capítulo 1: ¿Cómo se lo digo...?

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Saben que es enamorarse, tenerlo cerca y no poder decirle lo que sientes.

Pues para mí era muy pero muy díficil, este sentimiento para la sociedad en estas épocas es algo que no debe pasar, saben a que me refiero, pues estoy enamorada de mi hermano.

Lo sé, ya sé, deberías ir a un psicólogo, al psiquiatra, deberías recibir ayuda, pero mi amor es lo más sincero...

Déjenme contarles como comenzó todo, será breve.

Tenía un año y lo que recuerdo es tener la atención de mis padres, mis hermanas en especial el de mi hermano Lincoln.

Cada vez que el me atendía, yo recuerdo reír como nunca, todo lo que venía de él me parecía genial.

Cuando me perseguía para ponerme el pañal, cuando hablaba y decía po-po o gaga o incon, él reía eso me hacía muy feliz.

Luego cuando pasaron cinco años yo tenía seis años, él dieciséis, me gustaba las cosas que él hacía como leer comics, jugar videojuegos, sobre todo me gustaba su peluche que me heredó, era un conejito llamado Bum Bum, era adorable y tierno como mí hermano.

Pasaron cinco años más cuando cumplí la edad que él tenía cuando comencé a sentir un sentimiento especial hacia mi hermano, pero él se le declaró a una chica llamada Christina.

Era una chica que se cambió de su salón cuando el tenía once años porque él había hecho un vídeo dejando en ridículo a nuestras hermanas y para rectificarse hizo una recopilación de las grabaciones de nuestra hermana Luan donde él hace cosas ridículas, como cantar desafinadamente, llorar por una telenovela,...sobre todo una donde utiliza la escultura de vampiro de Lucy y pone la foto de Christina y le da besos, el cual es el motivo.

Con el tiempo la chica ya no le pareció desagradable lo que hizo Lincoln, hasta le gustó lo que hizo, pero después de tiempo.

Yo sentí que mis oportunidades se me iban, sentí que mi corazón se hacía trizas, pero era lógico, como él se iba a enamorar de su hermana y sobre todo de la menor de todas.

Solo decidí guardar mis sentimientos en el fondo de mi corazón...

Pero era imposible, mi hermano siempre sería mi amor, yo cuando lo veía para pasar tiempo con él solía decirle que no entendía alguna clase, le decía para jugar videojuegos, para ir a ver a Lynn a sus juegos, a Luan en el teatro, reproducir un concierto grabado de Luna, o ver los vídeos de reina de belleza de Lola o las instrucciones de cómo arreglar autos de Lana, leer los poemas de Lucy, ver las condecoraciones de Lisa por gran aporte a la ciencia, apreciar los diseños de Leni o mirar en televisión los juicios que ganaba Lori.

Era tiempo valioso para mí y Linky, pero más para mí, nunca me le insinué, pero de vez en cuando lo abrazaba por sorpresa, solo sentir su calor corporal me hacía sentir en las nubes.

Y como si nada pasaron siete años más, tenía dieciocho años de edad, el tenía veintiocho, esos siete años él seguía con Christina, hasta que él le quizo proponer matrimonio, eso fue un desencadenante para su futura tristeza.

Christina era una psicóloga reconocida, mientras él era un intento de escritor, almenos eso decían los críticos, había mandado a una editorial en estos años unos cinco libros los cuales fueron solo aceptado dos y la crítica fue balanceada, los que fueron aceptados eran sobre ciencia ficción, pero según la crítica eran temas algo repetitivos, falta de originalidad, la otra parte de la crítica, hablaba de que sus temas quizás podrían ser él renacer del genero.

Mi Pequeño gran Amor...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora