ch. O1

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ella entraba saltando a los sitios, llevando una gran sonrisa que iluminaba su cara, así como iluminaba el día de las personas a las que hablaba. yena parecía ser la felicidad personificada. cuando hablabas con ella, te escuchaba como si aquello fuera lo más interesante que le habían contado en toda su vida.

ella hacía que las personas se sintieran importantes y sin embargo, nunca le había hecho sentir importante a yuri.

en realidad, yuri nunca había sido muy conocida en su instituto, pero a ella no le importaba eso. sin embargo, a veces se sentía un poco sola.

volviendo a yena, ella en poco tiempo se convirtió en la delegada de su clase y la votaron como próxima reina del baile aunque nunca en la historia del instituto se había celebrado un baile de fin de curso. sin embargo, por ella, crearon una.

a todo el mundo le gustaba yena, pero a yuri no.

–¡yena, ¿qué tal el fin de semana?! –exclamó un chico al ver pasar a la chica de pelo negro.

–oh, ¡muy bien, gracias por preguntar! –respondió ella con una gran sonrisa y siguió andando hasta su clase.

Cuando llegó a su designado sitio, dejó su mochila sobre el suelo, cerca de su silla y se sentó, esperando a que llegase el profesor. sin embargo, el profesor llegó junto a una chica.

–jo yuri, al final de la clase –anunció él.

–si me manda al final de la clase, no podré verle bien, profe –repuso yuri, seria.

–pues cómprate unas gafas, ahora ve.

inevitablemente, yena había escuchado toda la conversación y levantó la mano, llamando la atención del profesor.

–¿sí, yena? –preguntó amablemente el profesor.

–yuri puede quedarse con mi sitio, yo iré atrás –se ofreció.

–no hace falta, yena... –comenzó a decir el profesor.

–no necesito tu compasión –le dijo yuri, lanzándole dagas con la mirada.

a continuación, yuri se dirigió al final de la clase y se sentó, ignorando las miradas disimuladas de odio que los compañeros le lanzaban. seguramente estaban procurando que yena no se diese cuenta de lo que hacían a sus espaldas; para ellos, yena era su ídolo y que yuri le hubiese respondido de esa manera la convertía en un diablo.

oblivious | cyn + jyrOù les histoires vivent. Découvrez maintenant