Capítulo 22 🌸

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QuédateAlec🌸🌸🌸

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Quédate
Alec
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Ahora que Bailey sabia del secreto debía protegerla de que Haider intente hacerle daño sé que ese loco haría cualquier cosa con tal de que nadie sepa lo que somos. Ni siquiera le importaría que Bailey sea la hija del comisario, Leo se encargaría en persona de aniquilar a todos lo que sepan el secreto. Observo a la castaña que duerme con su cabeza apoyada en mi pecho y sus brazos me rodean, no tengo miedo de que venga su padre ella misma me dijo que él le mandó un mensaje avisando que no vendría a la casa. Pero enviaría patrullas para vigilar la zona por si ocurre cualquier cosa ella solo lo llame y los móviles llegarían más rápido.

Estábamos solos en aquel incomodo sillón con una película recién acabada y restos de palomitas sobre nosotros. Jade la pequeña gata de Bailey duerme sobre un cojín en otro sillón echa un ovillo, el lugar estaba en silencio, pero de fondo se podía escuchar la música baja de los créditos de la película. Si seguía un segundo más en estas posiciones mañana despertaría con la espalda desecha, me moví un poco para poder cargar a Bailey que no se inmuto de que la moví. No sabía dónde era su habitación, pero usando mi olfato busqué donde era su cuarto y subiendo a la segunda planta encontré su habitación, era un cuarto grande con una enorme cama donde podríamos caber los dos, pero no quería abusar de la confianza. Deje a Bai en la cama que abrió los ojos cuando decide el agarre de sus manos sobre mi cuello.

– Espera – comenta ella entre dormida – No me dejes sola, quédate conmigo por favor – sus ojos me miraron suplicantes para que no me alejara de ella. Algo dentro de mi quería besarla toda la noche, acariciar su piel y sentirla de otra manera. Pero conteniendo mi lado animal trago saliva alejando sus manos de mi persona.

– Me quedare gatita – me senté al borde de la cama quitándome los zapatos y me recosté viéndola a los ojos, ella sonrió para luego ponerse de pie y quitarse la camiseta de espaldas a mí. Busco algo en su armario y se puso una remera grande que en la espalda ponía con letras amarillas policía. Quedando cubierta hasta los muslos Bailey se quitó su pantalón y se giró a verme. Abriendo la cama se metió dentro y se cubrió hasta la cabeza, apenas si podía verle los ojos, pero entendía que con su mirada quería que me metiera dentro de la cama con ella. – Duermo solo en bóxer ¿te importa? – pregunto viéndola y ella niega con la cabeza mientras me ve ponerme de pie.

Me quito la ropa quedando solo con un bóxer de Calvin Klein blanco y mirando a Bailey note como sus ojos me recorrían por entero mientras que mordía su labio de manera disimulada. Esta sería una larga noche. Ella abrió la cama palmeando su costado, me acosté mientras nos cubría con las sabanas y quedamos nuevamente uno frente al otro, viéndonos a los ojos antes de que ella se acercara un poco más hacia mí.

– Que ojos tan grandes tienes – comenta ella sonriendo de costado en un tono burlón que me hizo soltar una risa suave.

– Son para verte mejor – le sigo el juego pegando nuestras frentes y por debajo de las sabanas hay movimiento, su pierna derecha esta ahora encima de mí. En sus ojos veo una chispa de picardía, pero a la vez vergüenza, con algo de timidez paso mi mano por su pierna hasta casi llegar a sus muslos. Nuestros alientos se chocan, estamos muy cerca el uno del otro cuando escuchamos la puerta de su habitación abrirse. Ambos nos incorporamos de un salto y miramos hacia la puerta, Bailey suelta una carcajada y sale de la cama a cargar a su gata que nos miraba desde el umbral de la puerta.

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