Viendo tu sonrisa a lo lejos
Yo podía ver mi alma
Y aunque no fuera invierno
Anhelaba volver a sentir tus besosTu esencia flor de canela
Tan difícil de descifrar
Me alumbraba al caminarPero tú, solo estabas en mis sueños,
en el efímero universo
Donde lo imposible parecía posible
Ojalá algún día nos encontremosOjalá algún día puedas tocarme
Ojalá algún día puedas besarme el ser
Porque en mi sueños te he de conocer,
por que en mis sueños te he de querer.El dolor en la garganta había hecho de la suyas cuando intenté regañar al despertador. Inconsciente en medio de sueños, volví a recostar mi cabeza en la almohada y taparme con las sábanas.
"Otra vez estás aquí" resonó en mis pensamientos.
Mi visión borrosa al inicio me permitía ver colores primarios dispersos y confusos. Me froté los ojos con la esperanza de ampliar mi visión con claridad. Al aclararse, mi cuerpo estaba sentado en el borde de un edificio. <<Dios>>
Bajé la cabeza, el vértigo me causaba un ligero dolor de cabeza pero el aire fresco me brindaba tranquilidad. Es como esa sensación de estar cerca de un efecto inevitablemente peligroso, pero la causa es como adrenalina que te impulsa a seguir. Toda la ciudad entera frente a mis ojos, una ciudad viva llena de luces, autos estancados en el tráfico, anuncios. Todo se veía más pequeño, me pregunté si así de diminutos nos sentíamos en una sociedad donde vale más quién tiene dinero o poder. Las luces y las bocinas de los autos eran un ruido mínimo desde aquí arriba. Sentí una presencia a mi lado, no quise voltear sabía que era esa persona. <<Esa persona>>
"Claro que estoy aquí" dije sin mirarle. "¿Por qué estamos aquí?" Inicié otra pregunta aún tímida.
"Tú haz vuelto a mí" murmuró. Sentí su sonrisa sobre mí.
Balanceé mis pies sobre el muro del edificio. La luz del sol anarajando con tonalidades rojas y amarillas en todo su esplendor iluminó su rostro cuando giré a verle. Por unos segundos abrí los ojos de sorpresa al ver un chico de ojos castaños y cabello naranja como una zanahoria, con muchas pecas en el rostro.
- ¿Quién eres?- moví mi cadera hacia un lado alejándome de él.
- Tú sabes quién soy.
Sus tupidas pestañas era todo lo que podía ver, a través de sus ojos castaños con destellos que reflejaban los edificios.
- No.
Me mantuve en la misma posición a pesar del miedo que tenía acerca de esta nueva persona, pero la curiosidad me ganaba.
- Soy yo.
Sus ojos directos a los míos como si intentara saber que pensaba. Me invadió el miedo de pensar que ya no soñaría con aquella chica de ojos azules y carita tierna que besé el otro día. Pensaba que tal vez todo era una pesadilla envuelta en un conjunto de paisajes bonitos.
- ¿Dónde está ella?- pregunté.
- Soy yo - repitió.
Cerré los ojos ansiando verla otra vez. Cuando los abrí de golpe el chico seguía viéndome, acercó su mano hacia mi cabello. Cerré los ojos otra vez, el aire fresco ya era agobiante y la luz de la noche se aproximaba. Un mechón de cabello rebelde cayó por mi frente, él lo reacomodo detrás de mi oreja.
Mis cuerpo se abalanzó sobre el borde una vez más, de un momento a otro estaba cayendo al abismo del edificio. Todo en segundos, mi cuerpo era una pluma, el aire ahora me impedía respirar y ver con claridad que me rodeaba. Absolutamente todo era gris, sonidos sordos. No tenía miedo, me gustaba la sensación de sentirme nada en al aire, sin pensar qué pasaría después. Levanté de los brazos dejándome caer sin pensar en dónde caería, los ojos cerrados otra vez.
- ¡Arabella!- gritó.
<<Vuelve>> dijo entre mis pensamientos. Mi mente se removió un poco al oír su voz. I need you de M83 comenzó a sonar mientras el viento golpeaba mis cabellos, ahogué una sonrisa, esa canción era tan especial. Esa canción era la canción. Cada vez que oía trozos de l canción, el volumen aumentaba. Lo siguiente que escuché fue mi tono de llamada.Mis ojos se abrieron de pocos al oír mi teléfono sonar. I need you, mi tono de llamada del móvil sonaba sin parar.
Refunfuñe pero cogí el móvil de la mesa de noche.
- ¿Hola?- dije gruñendo.
- Dios, que maneras buenas de despertar a tu mejor amiga. Pero, buenos días para ti también.
- ¿Izzie? ¿Qué ha pasado?- me froté los ojos. Me recompuse en la cama.
- Te he llamado para que me ayudes con Andrea.
- ¿Qué ha pasado con Andrea?- dije ya más despierta- yo me fui temprano de la fiesta con Lio.
- Así que Lío, ¿Eh?
- Cuéntame ya, Izzie- ignoré su comentario.
- es que no sé, Ara... Ayer pasó algo, estábamos en la fiesta y de pronto todo el mundo empezó a gritar mi nombre en medio de las escaleras- aclaró su garganta- había un vídeo supuestamente mío besando a Dafne- dijo ella riendo ligeramente.
- No puedo creerlo, ¿Te haz ligado a nuestra amiga?- pregunté aún con sueño- ¿Qué pasó luego?
- Vaya, ¿Así qué asumes qué sí de una vez?- rió irónica.
- Isabelle, sabemos cómo eres - bostecé - además para mí no habría líos. Es normal entre amigas. Solo tienes que disculparte con Andrea. Ya sabes cómo es ella...
- Escucha, yo no tengo que disculparme, ¿Entiendes? - alzó la voz un poco.
- Izzie.
- ¿Por qué demonios todos creen qué siempre me ligo con todos? Me dan igual los rumores, lo sabes. Que la gente quiera creer lo que se venga en gana, pero mientras estaba conversando con un chico mega casual, Andrea vino de la nada y paró todo el juego.
- ¿Qué?- me senté porque el sueño ya se estaba desvaneciendo- Vaya que sí se enojó en serio.
- No entiendo su punto. Fue demasiado estúpido actuar así- ella estaba seria, lo cual era muy raro -. No voy a disculparme por algo que no hice.
- El punto es que- prosiguió- ella estaba muy alterada, me reclamó porque había intentado algo con alguien que era nuestra amiga muy cercana. Ella piensa que yo me aproveché de Dafne.
- Isabelle- suspiré- ¿Estás segura qué no lo hiciste? Mira, tal vez estabas ebria hasta la coronilla y no lo recuerdas bien...
- Pierdo el tiempo pensando que sí me creerás- su tono de voz pasó de sorprendida a enojada.
- Yo no dije eso, solo pienso que tal vez tú... Puedes haber querido intentar algo con ella aún estando ebria. Sabes que Dafne...
- te llame por una razón y era para encontrar apoyo, pero no es así. Me tengo que ir ya. Da igual, cuídate.
- Isabelle, espera.
Ella ya había colgado. Caí rendida sobre la cama.
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En mi otra vida
RandomCinco chicas: Arabella, Isabelle, Dafne, Andrea y Verónica. Intentan vivir sus vidas ordinarias de la mejor manera posible, aunque siempre se metan en problemas. Sin embargo, los verdaderos problemas comienzan cuando Arabella empieza a tener sueños...