¡Cállate Pulgoso! [K.TH] [AU!] ㅡEDITANDOㅡ

Prefacio

Habían pasado dos meses desde que Alexandra se había separado de su follamigo para vivir sola después de bastante tiempo viviendo juntos, asistían a la misma universidad pero había pasado un tiempo desde que Alex decidió que ya no quería una relación tan vacía cómo la que tenía con James. Un estadounidense que estaba haciendo su maestría en la misma universidad que ella, lo conoció en una fiesta y terminaron enrollados en esa rara relación luego de descubrir la química que tenían en la cama.

Sin embargo Alex ya estaba harta del comportamiento del chico, no la dejaba en paz con el tema de 'una relación seria y vivir juntos en USA'.
Ella no lo amaba, sólo le tenía cariño y lo conocía tan bien para saber que él sólo buscaba aferrarse a algo/alguien para llegar a su país con un trofeo.
Él no la amaba, sólo estaba cómodo; era ese tipo de persona que con sentirse un poco a gusto ya se conformaba.
Cosa que ella detestaba, cuando dio fin a la rara no-relación él rogó para que se quedara a su lado para de ofrecerle dinero y lujos.
Gran error, ella no era ninguna interesada.

En esos dos meses, había vivido con su mejor amigo Baekhyun. Sólo por el lapso en que encontrara un departamento cerca a la universidad y a precio cómodo.
Y aunque ella adorara a su hiperactivo amigo no se sentía cómoda al escucharlo gemir como gato poseído por el diablo cuando su novio ChanYeol lo visitaba en la noches.
Técnicamente todos los días dormía escuchando música para refugiarse de los chillidos, gemidos y gruñidos de esos dos.

Parecían dos malditos osos en plena faena, luego de ese tiempo había salido con departamento nuevo, de precio cómodo a pagar por mes y con un trauma que costaría que le quitaran.
Su nueva fortaleza quedaba a tan sólo seis cuadras de la universidad, en el tercer piso de una edificio de departamentos.
Eran dos departamentos por piso, bastante amplios. Separados por una pared que si no estuviese allí sus habitaciones estarían unidas, por medio de la habitación se llegaba al balcón que estaba junto al del vecino; también ahí estaban las escaleras de emergencia y por la puerta de entrada estaba el pasillo que los llevaba hacia el ascensor y escaleras.

Las reglas del edificio eran simples:

a. Si vas a hacer fiesta que sea en un día festivo, si no no podrás hacer ruido después de las ocho de la noche.

b. Se pueden tener mascotas siempre y cuando sean gatos, perros, aves. Domésticos y pequeños.

c. Se te da un plazo de diez días para pagar el alquiler si no pudiste el día correspondiente.

              d. Si los otros inquilinos se quejan por tu comportamiento, se harán advertencias. A la tercera te sacan.

Fácil de acatar.

Lo que no esperaba era que la primer noche, luego de mudarse del todo. Con cajas por todo lado, ya tenía todo en su lugar correspondiente y estaba más que agotada.

Tirada en su nueva cama, con la ropa sucia y sudada del atareado día que tuvo con un Baek que más que ayudar lo que hizo fue estorbar hasta que Alex lo hizo armar su colección Lego de superheroes para distraerlo.

Estaba babeando sobre su almohada mientras murmuraba entre sueños que fueron interrumpidos por un ladrido insistente.

Entre sueños frunció el ceño y se quejó por el ruido, siguió en lo suyo al escuchar que el ruido se detuvo. Hasta unos segundos después lo escuchó de nuevo.

Su vecino, al cual no conocía tenía un jodido perro. Se sentó en la cama y miró a la pared que se encontraba frente a su cama, al otro lado de esa pared se escuchaba el ladrido algo infantil. Era un cachorro.

Cuando iba a levantarse para buscar solución al problema, llamar a su vecino escuchó una melodiosa carcajada dejándola pasmada en su lugar. También el perro se dejó de escuchar.

Pasaron dos minutos entre las risas de lo que suponía era su vecino y los ladridos del cachorro hasta que se hizo el silencio.

Algo aturdida Alexandra caminó al baño para tomar una ducha, la necesitaba.  Yal vez debería de presentarse ante su vecino, así la educó su madre...pero lo haría luego.