capitulo 15 - cuidado con el dragon

159 19 5
                                    

Una semana exactamente de la ausencia de Marinette.

Alya comenzaba a creer que su amiga no lograría terminar ese año y probablemente reprobaría. Pero algo estaba mal, había ido a la panadería los días anteriores, pero nadie parecía dentro, cosa que la confundió. EN clases nadie había visto a la chica y todos estaban confundidos por los anteriores acontecimientos.

Adrien falto dos días, antes de volver con un humor de perros e ignorando a todos ser viviente. Llegaba tarde a clases y se iba temprano. Cuando iban a buscarlo a casa, no salía ni a saludar.

Había hablado con Nino de aquel problema, pero este simplemente se encogía de hombros sin saber tampoco que pasaba, pero igual de preocupado.

Tuvo un pequeño destello de antes de ser amiga de Marinette, era algo similar pero peor. No es como si fueran amigas por mucho tiempo, que hubieran hecho una gran cantidad de cosas, pero había algo en la sonrisa de la peli azul, que le hacía sentir que era correcto ser su amiga. Quería ayudarla, quería que confiara en ella y que ambas fueran casi hermanas.

Pero al parecer ella no quería.

Suspiro antes de pensar si se rendía ahora, seria patética como héroe de parís. Así que se dijo que encontraría una forma de solucionar eso.

Ignoro como Nathaniel paso a su lado con un sonoro bostezo, tampoco tenía mucho tiempo para pensar en el chico, dado que Marinette estaba en estado desaparecida y Adrien no ayudaba mucho.

Todos dejaron de hablar cuando la profesora anuncio a un nuevo alumno de intercambio.

La chica era bonita, un buen cuerpo, una piel algo morena y un larguísimo cabello castaño. Aunque si bien su físico atrajo la atención de la mayoría de población masculina, algo que Alya noto de inmediato su atención fueron sus ojos verdes. Eran preciosos. Pero sus pensamientos se detuvieron rápidamente, al notar una astucia y un rastro de orgullo, muy similar al suyo cuando era Volpina. Algo que no era tan bueno que digamos, pues se vio reflejada en sus malos aspectos en ella.

Díganle instinto femenino.

Pero algo no le cuadro del todo. Tampoco al ver como Nino sonreía demasiado amable a la chica, frunció el ceño algo moleta.

Nathaniel ni siquiera escucho cuando la nueva alumna, Lila Rossi, la flameante nueva alumna llegada de Italia, fue destinada como su compañero de asiento. Todos los chicos lo vieron con envidia, en cambio él solo apretaba con fuerza su cabeza, deseando poder dormirse unos instantes. Pero era imposible.

-Vaya es una nueva alumna, es demasiado guapa, me pregunto si quisiera algo conmigo-hablo la voz de Madeleine en su oído.

Gruño por bajo.

-No creo que sea buena idea-hablo ahora Edmund aburrido.

-Ed te dije que fueras a dormir-hablo esta vez Edward.

-Pero no fue tanto, a noche solo fue un atraco pequeño-

-A la cama dije, mejor aún, llévale esa comida a Marinette-

-Que no-

-AHORA-

-Joder, tío, comete un chocolate o algo-

-Quiero papas...Nathaniel recuerda traer papas-

-No lo usen de mandadero-

-Edward eres un estirado, yo solo quiero papas y tal vez violar a esa zorra...grrr...debe ser buena en la cama-

-MADELEINE-

Nathaniel ahora sin importarle que Lila lo viera extrañada y como si fuera un bicho raro, golpeo su frente contra el escritorio, deseando sacar esa tortura de su oído.

luz y oscuridad (MLB)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora