Capítulo 2

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19/05/----
París

Ya son las 8:00 P.M, hoy fue un día bastante pesado, me encuentro en mi departamento a punto de ir a dormir. Pero me tome 5 minutos para escribir como me fue en el día, me desperté a las 6 de la mañana, como cada día hice mi rutina de higiene personal y desayune, dado que no se me informo como ir a trabajar, escogí ponerme un suéter de cuello alto rojo, pantalón de tela azul y saco del mismo color.

Ya lista salí hacia la casa Agreste, no tarde más de 20 minutos en llegar, al entrar me recibió un hombre alto... bastante intimidante si me lo preguntan, lo salude cordialmente y me respondió con un gruñido, parece que no es muy conversador. Pero da igual, no vine a hacer amigos sino a trabajar, me guio al estudio del señor Agreste, aunque ya lo conocía.

Cuando el grandote se fue, el señor Agreste me explico cual era mis funciones... y debo decir que ya entendí por que paga esa cantidad, lo que ejerce su asistente es en realidad el trabajo de dos puestos; el de secretaria y asistente. Pero nada es difícil para mi, yo puedo con todo y no es por sonar arrogante.

Pero para mi mala suerte, hoy justamente el señor Agreste tenía una reunión con proveedores y no sé con cuanta gente más, realmente no estaba nerviosa. Pasado la mañana, la cual estuve casi todo el tiempo de pie, hablando con proveedores, revisando antiguos reportes y registros para estar al día, haciendo su agenda y la de su hijo, y si para mi sorpresa tiene un hijo de 10 años, por fin conseguí descansar... ¡pero no! A mi "queridísimo" jefe se le ocurrió que su asistente no es humano y me dijo ya debíamos irnos a la junta. Estaba exhausta pero me pagan por trabajar no por holgazanear.

Luego de la junta, donde a mi parecer fue tan aburrida, todos hablaban de moda y telas. Y ahí estaba yo, Nathalie Sauncour parada a la par del Señor Agreste sin entender nada de nada, debo ponerme a estudiar más sobre este tema. Y por cierto mi ex jefe me llamo pero no pude contestar, estaba prohibido usar mi celular personal durante las horas de trabajo, mañana lo llamaré.

Fue un día muy agotador pero al fin estoy en mi casa a punto de irme a dormir.

Nathalie Sancoeur.

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Hace 18 años.

—Buenas tardes — dijo Gabriel entrando a la sala.

—Buenas tardes, señor Agreste — le respondieron todos.

—Les quiero presentar a mi asistente, desde ahora cualquier cosa que necesiten hablar conmigo deberan decírselo a ella. —

—Sera un gusto... — Dijeron al aire, nadie supo quien lo hizo a excepción de el Agreste, el solo gruñó en desacuerdo ante el comentario desagradable.

A Sancoeur no le importo, ya estaba acostumbrada a esos comentarios, Después de ese incidente no paso nada más, excepto la llamada del ex jefe de Nath, pero esa es otra historia que se sabrá más adelante.

Continuará.

"El diario de Sancoeur"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora