Padre, He Pecado

Introducción

¿Pero qué diablos estaba haciendo?

Miró nuevamente el confesionario. Faltaban sólo unos cuantos minutos para que las personas comenzaran a llegar.

Se obligó a hacerlo, él no era un miedoso.

Con las piernas temblorosas se acercó al cubículo. Abrió la pequeña puerta e ingresó. El espacio era muy reducido sin duda, pero se veía cómodo. Una pequeña silla de madera acolchada se cernía contra la pared, el color rojo aterciopelado de las cortinas combinaban con las paredes de madera oscura pintadas en barniz. El aroma a nuevo era agradable. Habían remodelado la iglesia hace unas semanas, y por lo visto también el confesionario.

Se sentó sin pensarlo mucho. Suspiró algo frustrado pasando la mano varias veces por su pelo.
En serio, ¿en qué estaba pensando? No tenía nada que demostrarle a Matsuda.

"Esto es estúpido..."

Dispuesto a salir de una vez, se puso de pie. Pero algo lo dejó inmóvil.

Como si Dios lo quisiese fastidiar, escuchó las voces de los párrocos caminando cerca de ahí.

Él corazón estaba por explotarle. Si lo encontraban ahí se metería en problemas. Él sabía a la perfección que estaba estrictamente prohibido ingresar a la cabina del padre. Habían tres confesionarios alrededor de la iglesia; una para los miembros de la iglesia, otros para los jóvenes y niños y, la última para el clero, aunque ésta casi no era usada. De todas formas, él se encuentra en la primera: la de los miembros y creyentes.

Aguanta la respiración y reza por que pueda salir de ahí sin ser visto, promete no volver a irrumpir en zonas sagradas como éstas si lo logra.

Al parecer Dios no lo escuchó.

Tan pronto como las voces se callaron, unas pisadas se acercaron al confesionario.

"Estoy frito."

La puerta se abrió y alguien ingresó.

Cerró los ojos al escuchar un pequeño jadeo de exalto, bajó la cabeza avergonzado.

ㅡ¿Joven Kwon? ¿Qué cree que hace aquí?

Esto no podía ser peor.

ㅡPadre Choi, yo... yo... ㅡ Sus mejillas no tardaron en tornarse totalmente rojas. ¿Qué diría ahora?

Apretó los labios, pero el suspiro entrecortado salió de todas formas. La timidez y el miedo tomaron el control.

La suave risa del padre lo estremeció por completo.

Y la puerta fue cerrada.

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Próximamente:
Padre, He Pecado.

Again, By The Heart.

27, 06, 19