20.- Chlóe

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Narra Rayan

Lo intenté.

Traté de ser duro.
Traté de ser cortante.
Incluso grosero.
Intenté por todos los medios lograr que ella me odiara....

Pero no.

Fui incapaz de alejarla de mí.

Cuando sus labios tocaron los míos, supe que no podía permitir que ella se fuera de mi lado.

A pesar de que sabía perfectamente que el dejarla libre era por su bien, yo no podría soportar verla en los brazos de otro, moriría lentamente.

Ahora mismo, ella estaba a mi lado, descansando después de una noche llena de lujuria.

Nos dejamos llevar. Olvidé que era lunes y que el martes debía entrar a clases a las ocho.

Shit.

Ja, eso se lo aprendí a ella.

Me senté sobre la cama. La miré por un momento, dormía como un ángel. Una de sus piernas sobresalía del edredón, aún se podía notar en esta la marca de mis dedos cuando la tomé para aferrarla a mi cintura y permitirme mejor acceso a ella.
Sonreí al llevar a mi mente la excitante escena.

Pasé mi pulgar por su mejilla, acariciándola dulcemente...

Mi Princesa

Miré la pantalla de mi móvil, el cual reposaba sobre la mesa de noche al lado de mi cama. Trataba de mirar la hora, pero el fondo de pantalla fue lo que captó mi total atención.

La foto de Chlóe.

Me preguntaba si era correcto mantener su imagen ahí aún.

Rayan, no te preocupes. Muy pronto volveremos a estar juntos tú, yo y nuestro hijo.
Te ama, Chlóe 🖤

Suelto una bocanada de aire al leer el mensaje de texto que, automáticamente,  aparece todos los días en mi bandeja, enviado desde el celular de Chlóe.

El configurar el envío automático de estos mensajes fue algo que inicié a hacer poco después de que ella me abandonara, era una forma de hacerme sentir mejor, de recordarme que cada día era más viejo y estaba a un paso más cerca de la muerte, el momento de reencontrarnos.

Ya no necesitaba más de esos mensajes.

No los necesitaba porque ahora había conocido a ________Tn y morir era lo último que quería. Solamente deseaba vivir cada día de mi vida a su lado, juntos.

Dejé de lado mis pensamientos y el móvil. Decidí adentrarme en la ducha, al darme cuenta de que en menos de dos horas debía presentarme a trabajar.

-Rayan.- Me giré en dirección a su voz, al escuchar que me llamaba desde la entrada del baño. -¿Puedo acompañarte? -

Joder

Me puse rígido con sólo mirar su monumental anatomía al descubierto.  Sus pechos estaban para rozarlos con mis labios, su calor estaba como para juntarlo con el mío. La idea de ella acompañándome  en mi ducha matutina me aterraba. Estaba consciente de que con ella ahí haría de todo, excepto ducharme.

-________Tn, no creo que sea...-

-La Rayanconda expresa lo contrario. - Señaló con picardía.

PROHIBIDO/ Corazón de Melón en la Universidad- Ruta Rayan Zaidi #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora