-Feliz cumpleaños, Capo.- grito Trish que le saltó a Giorno en los hombros.
Aquella noche había sido olvidada por algunos, la tristeza sin embargo parecía que siempre acompañaba a Leone Abbacchio, algunas veces su mirada se perdía en la entrada del burdel esperando otra noche más a que ella regresara. No había palabras de animo por parte del grupo, más que por la pelirrosa que de cierta manera por ser mujer tenía ventajas, no recibiría una mala palabra o mala contestación por parte del albino. Aun así aquellas palabras no tenían ningún consuelo en él ni eran muy seguidas.
Fugo Panacotta se hizo entonces de una fama casi inmediata, sus mas tristes melodías siempre tenían aquel bello recuerdo de la plaza, hasta el momento de aquella subasta. Cobarde, se culpaba durante días enteros para darse cuenta que aquella cobardía le acercaba más a su sueño, ¿qué acaso no era lo mismo huir de Italia a Argentina?
Sin embargo esa noche, Fugo tenía cierta presencia en un bar de cierta categoría, el dueño no podría ser otro que Giorno Giovanna, algo con mucha más clase y sin olor a muerte y amor descontrolado de una noche.
Era todo más grande, la gente era mucho más rica y de clase, Fugo veía en las señoritas que trabajaban ahí un poco más de respeto por ellas mismas. Fugo debía tocar especialmente para un colega de Giorno, con su música convencerlo de volverse al grupo del rubio, adicto a ella y especialmente al tango. Durante una semana trabajaría entonces en aquel lugar.
La gente comenzaba a llegar a la hora de la merienda, casi actuaba como un restaurant, claro que había ciertas restricciones, no había menores de edad, posiblemente hace un año hubieran golpeado brutalmente a Fugo si se presentará ahí, no había distinción por mas hermosa que fuera la música.
-Aquí esta el joven prodigio de Venecia. Fugo Panacotta.- Giorno le presentaba a aquel colega.
-Es un placer conocerlo, al fin.- decía este hombre.-Sabes, la música es la mejor medicina. Hoy precisamente, esta noche una mujer me acaba de rechazar.
-Que lastima.
-Pero con un músico a mi lado, bien Fugo, quieres hacerme un favor.
-Claro.
-Dame algún consejo, aquella mujer la tendré entre mis brazos. ¿Quieres intentar hablar con ella?- señalo a cierta dama que estaba sola en la barra, tarareando la canción de la banda.
-¿No tiene miedo a que se la quite?
-Un peligro que estoy dispuesto a pagar, si es que lo logras. Esa mujer rechaza a todos por igual, no le teme a nada. Pobrecita, esta tan sola. Te diré algo, domala y será tuya, quiero ver los encantos de un prodigio .
Fugo se levanto de la mesa, miro a Giorno que parecía algo intranquilo por aquella platica pero lo dejo ir.
-¿Qué es lo que planeas?- pregunto Giorno .
-Ella necesita alegría en su vida, tu prodigio lo lograra si es que no se corta con las espinas de esa rosa.
Fugo se acercó sin temor, durante ese año ese le dio el sobrenombre de "el Novio de Venecia", muchas mujeres habían estado en sus brazos, sin embargo Fugo parecía no estar interesado más allá de una cena o un paseo por las calles de Venecia a la luz de la Luna. Seguía enamorado.
-Puede darme uno doble, por favor.- se acercó a la mujer.
-Eres un niño, ¿crees que eso no te afectará?- le pregunto la mujer sin mirarle a los ojos, su voz melodiosa, cautivo a Fugo que no le respondió por unos segundos.
-¿Qué hay de usted Señorita? La veo tan sola, este lugar es peligroso para la soledad.
-Hay lugares peores.
-Aun así, el caballero de atrás en aquella esquina se mostró interesado en usted.
-¿Y tu que eres de él?
-Soy el hombre que le quitará el placer de conocerla.- le estiro la mano.-Fugo Panacotta.
La mujer de piel morena como la canela se mordió sus labios rojos, estiro su mano con aquel guante negro fino de seda, Fugo le besó la mano.
-Me dirás entonces, Fugo, que eres el Novio de Venecia...el Semental de Venecia.- su voz llamó mucho la atención.
-Conocí a una mujer, me enseño que la mujer es quien conduce...la Yegua lo es todo, el semental solo es lo físico.
-¿Y quién era esa Yegua?
Fugo la miro, aquel perfil que ocultaba con sus enormes pestañas esos ojos violetas.
-Te he visto reducir hombres al llanto.- su voz era seductora.-Lo salpicabas todo con tu encanto, a la fortuna despreciar. Hoy estas tan descosida, eres un flamenco con el ala herida...como Yegua derramabas tu esplendor.
Narancia llena quizá de ira, de tristeza o simplemente querer retarlo en la cara, lo miro.
Giorno no lo podía creer, ella había regresado, tan diferente con los ojos llorosos y tan melancólica, lúgubre.
-Perdido estas, semental.
-¿Porque?
-No puedes domar a esta Yegua.
Fugo bajo la mirada, la había retado sin darse cuenta, tan solo jalo de sus muñecas para sacarla a la pista de baila, todos la miraron a ella, su piel morena en aquel vestido de coctel con gran escote en la espalda, con sus hermosos ojos violetas.
La banda toco cierto tango, Fugo coloco su mano en la cintura bien formada de Narancia, ella puso su largo brazo por encima del hombro del rubio.
-Algunas noches soy fácil, Narancia.
-No acatas limites.- le respondía mientras bailaban lentamente.
Alejando su cuerpo frágil, el la atraía con fuerza al suyo, sin dejar de tocarla ni por un momento, bajo su cadera o bajo sus pechos, sus manos su cuello, con fuerza pero sin lastimarla, la estaba domando.
-Y en la misma fantasía, se fundía y se reía de los dos.- le susurraba al oído, mientras sus manos bajaban a su pierna la cual subió con cierta gracia seductora, arrastrándola por unos cantos pasos.
Narancia pego aun mucho más su cuerpo al de Fugo, su vientre tocaba la virilidad del rubio.
-Perdido estoy, todos saben quien soy.- le decía sobre sus labios.
-Algunas noches soy fácil.- ella acercaba mucho más sus labios rojos a los del rubio.-No acato límites.
-Como Yegua se reía de los dos...- sus ojos se clavaron en la mirada violeta, en la risa infantil de Narancia.-¿Me aceptas por esta noche, Narancia?
-Eres tan seductor, Fugo Panacotta. Muéstrame que eres un hombre de verdad.
-No, Narancia.- la soltó durante el baile.-Tu demuéstrame que eres mujer.
-¿Y cómo quieres que haga eso? ¿Quieres divertirte esta noche?
-Lo dudo mucho, me gustaría ...ser tuyo esta noche, pero... una mujer de verdad enamora a los hombres con sus acciones, su voz, esos hermosos ojos que tienes te dan gran ventaja, pero tu cuerpo me temo ya no es un santuario.
-Solo busco cariño.
Fugo la dejo sola, con una sonrisa en los labios, ahora era Narancia quien buscaba al músico que era su turno de subir al escenario y tocar.
El siguiente capítulo va a ser duro para mi, porque he visto mucho porno y telenovelas románticas, y aun no entiendo como nace el verdadero amor heterosexual sin incluir el deseo :u.
Así es, por primera vez Jake hablara de la heterosexualidad en el bello acto de profanación.
Jake_Muysemental :v
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Yegua.
FanfictionFugo Panacotta un joven Napolés que se dedica a cantar en bares y burdeles de mala muerte. Pero esa no es la razón para estar en aquellos lugares, hay una mujer que no hace más que provocar hombres...lamentablemente Fugo se perdió en ella ya bast...