Capítulo 14.

22 1 0
                                    

-¿Pero por qué no dejáis el tema ya?.-Grito.

-¡Tú no quieres escucharnos solo para seguir con el!

-Mentira.-Me tapo los oidos.

-¿Entoces por qué te tapas los odias?.-Se bufa.

-¡Por qué se qué no tenéis razón!.-Comienzo a llorar.Me tiro al suelo. Estaba comenzando a dolerme de nuevo el vientre, y llorar no ayudaba.

-Vale, ya está.-Se sienta a mi lado.-Lo siento.

-No lo sientas.-Absorbo de la nariz.-Ha pasado de mi desde que llegamos a la fiesta. Y encima no he hablado contigo por pensar en lo que hice mal con el, soy una estúpida.

-¿Yo?

-No Harry.Estoy hablando de Harry potter.-Ironizo.-¿Cuántos como tu conozco?

-Ay niña.-Dice molesto.-Perdón.

-Tengo frío.-Me limpio las lágrimas. -¿Entramos?

Asiente. Alarga las manos y me ayuda a levantarme. Bajamos las escaleras y caminamos hasta al salón.Miro a Zayn. Sigue con los videojuegos. Ahora giro mi cabeza a Harry.

-¿Ves?

-Ya.-Susurra.

-Te estaba buscando.-Se acerca Zayn.

Me intenta dar un beso, pero le giro la cara.-Si, lo que quieras.

-¿Has estado llorando?.-Me agarra de la barbilla y hace que le mire.

Quito su mano con brusquedad.-No.

-¿Puedes marcharte?.-Dice refiriéndose a Harry. El me mira a mi.

-Estaré bien.-Fuerzo una sonrisa.

Veo alejarse entre la multitud hasta perderlo. Tan lejos no, por favor.

-¿Por qué llorabas?.-Pregunta buscando mi mirada.

-No estaba llorando.

-Si.

-Que no Zayn.

-Que si.

-Joder.-Suspiro.-Simplemente me duele mucho los ovarios y parecía de idiotas decirte nada.

-¿Y por qué hablas con Harry?

-Es mi mejor amigo.-Sueno obvia.

Sale por la puerta. Cierra de un portazo. Corro detrás de el, y cuando sube a su moto, me situo delante. Con mis manos sujeto las suyas, encima de los manillares.

-¡Deja de enfadarte por todo!.-Le grito.-¡Si no te cuento las cosas es por qué cuándo salimos siempre estás con tus putos amigos, y el en cambio está conmigo!.-Suspiro.-Y no me vengas con que estamos juntos en mi casa, porque o son veinte minutos, o dormimos.

-¿Algo más?.-Mueve el manillar. Para darme miedo.

-No me das miedo, si quieres atropellarme, hazlo, nadie te lo impide.-Susurro con valentía.-Si quieres largarte, vete, no me volverás a ver. Si tanto te importo, me lo pensaría unas veces.

Me quito de delante. Acelera y desaparece. Por un momento mi mente quizo llorar, pero mis ojos los impedían. Me cruzo de brazos. Escucho una moto.  Miro sobre mi costado izquiero, y lo veo. Mi consciencia, alegrada, suspira.

-¡No me llames romántico o cualquier ñoñería por haber vuelto!.-Gruñe.-En verdad me importas.

-Siento decirlo, pero no te creo.

-¿Por qué?.-Junta las cejas.¿Estoy aquí no?

-Tu eres callejero, te gustan las motos, las peleas, fumar, y yo soy un mundo distinto. Me gustan las matemáticas,  quiero formar una familia y ser psicóloga.-Suspiro.-¿Qué te hago sentir para estar commigo?

Tú eres mi problema.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora