Prólogo.

3K 375 20
                                    

Aviso.

Como está dicho en la descripción, esta historia tiene contenido chico x chico. Está bajo su responsabilidad leerlo.

Si no te gusta la temática, te invito a no leerlo. Si te gusta, bienvenida/o.

Historia basada en la saga de Harry Potter de J.K. Rowling.

♣ ♣ ♣ ♣

Los tres presentes se rieron ante lo que sus ojos captaban. En todos los años siendo alfas de sus manadas, nunca había pasado algo así. Debía ser una broma y, si no lo era, no aceptarían esa barbaridad.

-¿Cómo te atreves a venir aquí fingiendo ser el líder de la manada Gryffindor? -gruñó el alfa más alto de aquellos tres.

-Un omega nunca sería aceptado en un puesto tan alto -siguió la dama, analizando de arriba abajo al joven frente a él.

-Estoy de acuerdo con las tradiciones que tienen sus manadas -empezó el joven. Los alfas sintieron cómo sus músculos, anteriormente tensos, se relajaban con la armoniosa voz del azabache-, pero les pido respeto a las tradiciones que manejamos en Gryffindor.

-Querido, no te ofendas, pero nunca ha habido un omega en alguna Junta Directiva -dijo con amabilidad el castaño, se podría notar que era el más amable de aquellos tres.

-Cualquier duda que encuentren, puedo contestarla sin ningún problema, mas la falta de confianza es una fuerte descortesía dentro de Gryffindor -contestó sin más, su voz siendo la misma con la que había iniciado toda esa discusión: tranquila, melodiosa y, sobre todo, dulce-. Las leyes de Gryffindor demandan que, si hay alguien más fuerte que el alfa actual, es su obligación tomar la protección de la manada.

-Me hablas de Gryffindor, pero, hace más de dos años, dicha manada fue convertida en cenizas -comentó la única mujer en la habitación.

-Nos hemos recuperado, cambiamos de zona y, ahora, contamos con una población de 100 habitantes. No olvidemos que los integrantes necesarios para conformar una manada son de seis como mínimo -respondió con simpleza-, sin mencionar...

-No puedo seguir escuchando las estupideces de un omega de diecisiete años que se cree líder de una manada -interrumpió el más alto-. Se me hace una falta de respeto la insolencia de un cachorro que sólo sirve para dar crías.

El aire se tensó ante la última frase, el menor pudo notar cómo su beta se estaba conteniendo para no entrar a la habitación y golpearle la cara al estúpido alfa de Slytherin.

Mandó un pequeño pulso tranquilízate por su conexión, haciendo que el beta ronroneara por lo bajo y siguiera haciendo guardia en la puerta.

-Reto a cualquiera de ustedes a probarme como un jefe digno de Gryffindor. -los ojos verdes centellaban en magia pura y su voz, antes tranquila, ahora era fuego ardiente- Si me vencen, desplazaré mi puesto al alfa de mayor confianza dentro de mi manada.

-Y todavía tienes la insolencia de llamarla tu manada -siseó el Slytherin -. Acepto tu duelo.

-Bien -fue lo único que contestó el omega antes de, con un movimiento de manos, desaparecer la mesa redonda y las cuatro sillas que adornaban la gran habitación.

El jefe de Slytherin sonrió ante eso y, poniéndose en el centro del lugar, llamó con la mirada al joven Gryffindor que sonreía con tranquilidad.

-Alto, creo que debemos calmarnos -comentó el castaño poniéndose en frente del pelinegro-. Es sólo un cachorro, un omega, no es necesario que lleguemos a tales métodos para...

-Alfa Hufflepuff -interrumpió con suavidad el chico-, ¿nos haría el honor de juzgar el duelo?

El nombrado simplemente suspiró y se alejó del lugar, justo al lado de la alfa de Ravenclaw, quien empezaba a tener un brillo demente en sus ojos mientras veía al cachorro frente a ellos. Algo debió haberle visto al omega como para poner esa mirada y, conociendola, empezaba a temer por su amigo Marvolo.

-Les recuerdo las reglas del duelo -comenzó-: Todo termina cuando una de las dos partes admita la derrota, quede fuera de sus cinco sentidos o, en su defecto, muera. -la última palabra fue dicha con pesadez- A la cuenta de tres levantan sus varitas.

Marvolo Gaunt sonrió con soberbia, viendo al niño frente a él.

»¡Uno!

Los dos contrincantes dieron un paso al frente, dando una pequeña reverencia antes de volver a su lugar.

»¡Dos!

El menor miró el reloj colgado frente a la puerta, el cual marcaba las 11:17 de la mañana.

»¡Tres!

El azabache dejó todo filtro de amabilidad y su sonrisa se volvió depredadora, haciendo temblar a todos en la habitación y, en conjunto, dejando que la carcajada de Jane, líder de Ravenclaw, sonaran por todo el lugar.

♣ ♣ ♣ ♣

Volvió a mirar el reloj. Las 11:20 de la mañana. Se encogió de hombros mientras arreglaba la habitación como se había encontrado desde un inicio.

-Vaya, no había visto a nadie partirle el trasero a Marvolo en menos de tres minutos -comentó la Ravenclaw sonriendo-. Es un placer tenerlo en la Junta Directiva, jefe Gryffindor.

El chico sonrió y dio una leve reverencia ante el cumplido, para luego sentarse en la silla correspondiente a Gryffindor, invitando a sus demás colegas a sentarse y, con ayuda de magia, dejando el cuerpo desmayado de Marvolo Gaunt sentado en la silla de Slytherin.

-Hay una junta que iniciar -comenzó el ojiverde-. Buenos días, soy Harry Potter, jefe de la manada Gryffindor.

-Buen día, soy Jane Matson, alfa de la manda Ravenclaw -dijo la pelinegra sonriendo en admiración hacia el menor.

-Un placer, soy Rodolphus Smith, alfa de la manada Hufflepuff -se presentó el castaño antes de ver a su mejor amigo-. Él es Marvolo Gaunt, alfa de la manada Slytherin.

Después de las formalidades, la junta empezó con un dormido Gaunt en la mesa.

♣♣♣♣

Cuatro de octubre, cuarta publicación.

Espero les guste esta nueva historia, ¡les amo!

Manada adoptivaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora