Amar También Duele (En proceso)

Capítulo 8

Salimos de la habitación y la sigo escaleras abajo, esta casa cada vez me sorprende más y más, todavía me lío con algunos rincones.

Al terminar de bajar, mi abuela me mira y me dedica una leve sonrisa, haciendome un gesto con la cabeza para que la siga hacia el jardín, en el cual nunca había estado antes.
Al salir el viento me golpea la cara y puedo oler las flores que se mueven con el mismo. Me giro y para mi sorpresa me encuentro un gran huerto y sé que sonaré exagerada, pero me parece ver miles de flores de todos los colores posibles, precioso.

Mi abuela me mira sonreír y entonces me pregunta:
-¿Te gustan las flores y la naturaleza Paola?
-Pues lo cierto es que sí. - No sé cómo tomarme está conversación, ayer estaba bastante distante conmigo y sería, pero hoy parece que está más animada. Me siento como si la gente fuera bipolar conmigo, entre mi abuela y Jamie la cabeza me va a explotar.

De repente se dirige hacia donde se encuentran todas las flores y por si fuera poco, me percato de que al fondo de estas hay un pequeño estanque con peces y un banco de color negro que está justo al lado.
¿Pero de verdad, mi familia ha estado todo este tiempo viviendo de lujo mientras mis padres lo pasaban mal en Roma? Me entra el mal humor, e inevitablemente me cambia la expresión.
Creo que mi abuela parece darse cuenta pero omite cualquier pregunta y sigue andando como si nada.

Al llegar a las flores se agacha y empieza a recoger algunas y a sembrar otras, me agacho también pero sin saber que hacer, ya que no sé muy bien porque he venido en realidad, sólo intentaba ser amable para agradar a mi tía y a mi abuela, o eso creo.

- No seas tímida, puedes coger las flores que quieras, tengo muchas y a veces las regalo, las siembro porque me gusta el olor y supongo que por el aburrimiento. - Le muestro una ligera sonrisa e intento decidir cuáles me quiero llevar, porque indudablemente quedarían muy bien en mi habitación, aparte me encantan las flores.

Mientras ella siembra y yo empiezo a recolectar las flores que quiero llevarme y las voy amontonando en mi mano izquierda, se me viene a la mente una pregunta que puede que suene impertinente, pero lo cierto es que no me importa cómo suene.
Sin pensarlo, me lanzo.

-Y teniendo el dinero que tenéis y teniendo asistentes, ¿por qué haces esto tú?

Me mira un poco perpleja, y creo que se pensaba que yo estaba empezando a intentar llevarme cordialmente con ella, pero para eso queda mucho.
Enarco una ceja y me mira sacudiendo la cabeza con decepción en sus ojos, aún así eso no le impide volver a ser la de ayer, ya me extrañaba a mí.

-Mira Paola, no quiero llevarme mal contigo, quería intentar acercarme más a ti porque no empezamos con buen pie, sólo intento recuperar lo perdido y explicarte todo en su día, pero todavía no me veo capaz de ello. Puedes juzgarme tanto como quieras, pensar que somos unos pijos y ricos que solo nos preocupamos por nosotros mismos. Pero cariño, hemos pasado mucho para tener esta vida. Así que antes de juzgarme a mí, preguntate con quien has estado viviendo toda tu vida.

Y es ahí cuando se levanta y se va, dejándome con la palabra en la boca y las flores aún en mis manos. Me quedo sin saber que decir, miro hacia el horizonte y lo único que se me pasa por la cabeza es que ha querido decir con eso último. ¿A quién se refiere? ¿ A mis padres? ¿A mi tia? No entiendo nada y no sé si quiero llegar a entender esto. Lo único que sé es que necesito saber que quiere decirme.

La he fastidiado debería de haber seguido siendo la niña buena y así ganarme su confianza, pero no Paola, tienes que abrir siempre tu maldita boca.

¿Pero me tengo que sentir mal yo? No, claro que no, es que ¿acaso tengo culpa de la vida o de la familia que me ha tocado vivir? ¿He vivido engañada todo este tiempo en realidad?
Miles de pensamientos me invaden la cabeza y solo quiero irme de ese jardín.
Me levanto y me dirigo al interior, necesito estar sola, quiero irme de aquí, odio Londres, odio esta casa y esta familia.