Capítulo 6

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Me he quedado muy sorprendida, no me imaginaba que Jamie pudiera ser profesor, haber sé que hay unas prácticas para alumnos avanzados que pueden ayudar a los que les cuestan más, pero me resulta extraño. Lo que me pregunto ahora es de que dara las clases, porque si son de matemáticas una ayuda no me iria mal la verdad. No seria una mala idea, asi podria conocerle mejor, aunque se me veria el plumero.
No puedo evitar pensar en Jamie, me ha gustado joder lo reconozco, no ha sido un flechazo a primera vista claro que no, pero es de esas veces que cuando ves a una persona por primera vez, te llama la atención en todos los aspectos y él a provocado ese efecto en mí, pero como dije antes no debo ilusionarme por algo que es imposible, lo acabo de conocer y seguro que no se ha fijado en mi como yo en él.

Mientras termino de bajar las escaleras detrás de Robert, tengo ganas de llegar a la cocina para preguntarle más sobre este tema, pero tengo que ser muy discreta por supuesto. Justo cuando llego alfinal de estas me encuentro con un amplio salón, creo que esta parte no la he visto, ayer en la cena cenamos en otro distinto. Dios mio, no sé por qué querrán tanton salones.
Enfrente hay una terraza muy grande de la que entra la luz del sol, vaya hace un buen día, que raro. A mi derecha hay dos grandes sofás color blanco uno enfrente del otro y en medio una televisión enorme, justo entre todo esto una mesita de cristal con un jarrón con flores y una alfombra de color morado claro en conjunto con las flores, en realidad queda muy bonito. Al lado de ese salón hay un pasillo que lo separa de lo que parecen unas estanterias blancas llenas de fotos y figuritas. Hay tres sillas y una butaca en una esquina distinta y una mesita de madera, muy acogedor para lo grande que es en conjunto todo. Me asomo a la ventana que esta a la izquierda de la estanteria y observo el gran jardín y la entrada en la que me dejo el taxi ayer por la tarde. Los pájaros cantan y el cielo esta muy despejado, hace un día perfecto para salir y leer tirada en el césped, puede que luego lo haga.
Mientras sigo examinando todo el amplio salón, me doy cuenta que al fondo de este, hay tres pasillos que van en direcciones distintas y que de una de ellas sale una voz que me esta llamando, supongo que será Robert.
Me dirigo hacia el pasillo del que ha salido ess voz y veo que es muy largo, y que en las paredes de él hay más puertas. Esta casa es un maldito laberinto joder.

En cuánto me adentro al pasillo, veo la cocina y Robert esta justo en la puerta.
-Dime, ¿Qué te apetece desayunar? -Me pregunta con buen humor. La verdad es que, la cocina no es tan grande como me la imagina. Por fin algo normal en esta casa.

-No sé la verdad, lo que tu te prepares todas las mañanas. -Me mira sorprendido y sonrie.

-Vaya, bueno de acuerdo. Marchando un "Robert con un toque italiano"-
Y ambos reimos, es muy simpático y agradable, nada que ver con mis abuelos.

Mientras desayunamos hablamos de diversas cosas. Me ha contado que lo dejo con su novia hace seis meses, que es el segundo de su clase, que Jamie es su mejor amigo y que cuando era pequeño queria ser bailarin, cuando me dijo eso me heche a reir, tuvo su gracia.
Pero lo que más me llamo la atención es que Jamie es su mejor amigo, asi que supongo que se lo contaran todo ¿No?
Pero de repente llega la parte que menos me gusta, que me interrogen a mi.

-Y bueno Pao, cuentame ¿Tienes novio? Y siento ser tan directo, pero tú también lo has sido ehh -y sonríe, y por no quedar mal también lo hago. Agacho la cabeza y me preparo para hablar de mi.

-La verdad es que lo deje como hace un año o asi, pero no me sorprendio mucho que lo dejáramos. Bueno él me dejo ami, pero bueno... ya sabes. -Todavia duele, ese vacio que te entra en el pecho al recordar a la persona de la que estuviste enamorada. Todavia me duele recordar a Pablo.
Levanto la cabeza y le miro, tiene una expresion de empatía y eso me tranquiliza.
-Ya claro, lo siento de verdad. Si quieres dejamos de hablar de ti, te veo incomoda y no quiero presionarte.. Si quieres podemos hablar de otra cosa. Dime ¿Hay alguna italiana que este buena? -Nos hechamos a reir y le cuento que Gio no esta nada, pero nada mal, que es un bombon. Y que si voy a Roma en verano el también vendrá a conocerla, que locura. Pero me gusta la idea. Mientras seguimos hablando un poco más, sin pensarlo dos veces me lanzo a preguntarle cosas sobre sus amigos, es mi oportunidad. Ahora o nunca Paola.

-Bueno, y ahora dime tú ¿Qué hay de tus amigos? Me cayeron bien anoche. -Sonrie y sacude la cabeza.

-Pues me alegra que me preguntes ahora, porque asi tengo tiempo de decirte que son unos capullos
-Me rio y el sonrie -Pero no, la verdad son buenos tíos, cuando llegue aqui Jamie me ayudo mucho en todo. Y Taylor y Drake son más "infantiles" -Hace unas comillas con los dedos y se levanta de la mesa- pero se les quiere.

-Me alegra saber lo mucho que les quieres, se nota que sois muy buenos amigos. -Y le dedico una sonrisa mientras me dispongo a llevar mi plato al fregadero de la cocina.

-Si, yo también. -No sé si preguntarle si tienen novias para sacarle lo de Jamie, me mata la curiosidad saberlo. Pero decido esperar, seria muy entrometida y ya lo soy demasiado la verdad.

-Bueno ha sido un placer desayunar contigo, yo voy a vestirme y a ir al centro. He quedado con Rose, otra amiga mia para ir a la biblioteca a estudiar. ¡Nos vemos en la comida Pao! -Me dice mientras va saliendo de la cocina.

-¡De acuerdo, adiós!

Me quedo un rato sentada mirando alrededor terminando mi zumo de naranja, mientras pienso en mis cosas. Cuando me lo termino me dirigo a mi habitación, pero tardo bastante porque se me ha vuelto ha olvidar por dónde era. Es que de verdad, esto parece un maldito laberinto, no podria ser una casa normal, no la mansión de Drácula.

Me visto y cojo uno de mis libros para leer en la terraza de mi habitacion, hace un día precioso y quiero aprovecharlo. Me pregunto donde estaran todos, son las once y media de la mañana. Supongo que estaran despiertos, pero como esta casa es enorme a saber por donde andaran. No me preocupa la idea de tener que vivir aqui cerca de un mes, porque si tengo la compañia de Robert, no será tan malo como yo pensaba. Claro que solo han pasado dos días desde que llegué y todavia me queda tiempo para acostumbrarme de estar aqui, en este ambiente y de no perderme por los pasillos.
Mi tía me dijo que estaba bien y que si yo estaba feliz ella también lo estaría. Por ahora no lo soy, pero tiempo al tiempo.
Pasa una hora y media y decido dejar de leer y dormir una siesta un rato, estoy muy cansada.

"Una mujer de ojos verdes me mira desde la orilla, y me sonrie delicadamente. De repente viene hacia mi y me susurra al oido : Recuerda que un momento de dolor, vale la pena por una vida de gloria"

Me despierto sobresaltada, he soñado con mi madre, hace meses que no me pasaba. Pero ha sido un buen sueño.
Me levanto y voy al baño para refrescarme la cara un poco. Miro el reloj y son solo las doce y cuarto. Como no sé muy bien que hacer, me decanto por ir al salón de Robert a jugar a la consola, espero que no le importe, pero estoy aburrida.
Salgo de mi habitación y voy a su salón que esta justo delante de mi dormitorio, abro la puerto y entro. Esta todo justo como ayer por supuesto, me lo pase muy bien con ellos, y en realidad me reí mucho con Drake hay que reconocerlo.

Examino las estanterías con los dedos para elegir un videojuego, cuando de repente una voz me sobresalta. Una voz familiar... espera no. ¿Jamie?
Me doy la vuelta y lo veo justo ahi, con unos vaqueros azules, unas convers y una camiseta de manga corta negra, le queda tan bien... Espera, ¿Qué hace él aqui?

-¿Qué te trae por aqui fisgona? -Me pregunta con una sonrisa en la cara, esta la ventana abierta y se nota que le va rápida la respiración. ¿Ha entrado por la ventana? ¿Pero a quien se le ocurre?
No sé que decir en el momento y lo único que me sale es un gritito, el sonrie y cierra la ventana. Saco con todas mis fuerzas la voz y le contesto.

-Eso te tendria que preguntar yo ¿No crees? -Y me cruzo de brazos, aunque me caiga bien tampoco quiero parecerle la tipica facilona, ya que tampoco lo soy claro.

-Vaya vaya, encima también a la defensiva. Me sorprendes siempre Bosetti. -¿Cómo sabe mi apellido?

-¿Cómo sabes mi apellido? -Le pregunto y frunzo el ceño, sacude la cabeza y me contesta.

-Me lo dijo Rob nada más. -Empieza a moverse y a dirigirse hacia mi. Y no sé por qué, pero tengo el presentimiento de que nada bueno va a pasar estando con él y a la vez estar nerviosa.

Amar También Duele (En proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora