CAPÍTULO 4
Al parecer a mi tía no le ha importado que vaya al salón de Robert a cenar con ellos. Así que iré para ver como de simpáticos son sus amigos. Tengo que contarle luego todo de lo que llevo de día a Giovanna, no le he hablado en todo el día, he estado muy ocupada con esto del viaje. Ella me dijo que entendía que el primer día no estuviera muy receptiva, pero que solo fuera el primer día, porque los demás me va acosar por el móvil como una loca. No llevo ni más de veinticuatro horas lejos de ella y ya la extraño. Hoy es viernes, tengo dos días para mentalizarme antes de que llegue el odioso lunes, mi primer día de instituto. Vivimos a fueras de la ciudad, aunque Robert me dijo antes hablando con mi tía que iba todos los días en metro y que se llegaba al instituto en Londres en menos de diez minutos. Espero que eso sea verdad. Al menos le tengo a él, nos hemos caído muy bien, y sería una gran ayuda con todo este cambio. Lo que me preocupa son las clases. Espero que los profesores no sean estrictos. Y ya no tengo nada de lo que preocuparme con el idioma, ya que al parecer este día no me ha ido nada mal hablándolo. Nadie se ha dado cuenta, así que espero que sea igual en el instituto.
Mientras sigo con mis pensamientos, voy con Robert hacia su salón donde tiene sus videojuegos y a sus amigos. Espero que al menos tenga un olor decente. La última vez que estuve en un cuarto dónde solo se reunían chicos fue en Italia, en una fiesta en la casa de Alex. Todavía recuerdo ese asqueroso olor. Cuando llegamos a la puerta Robert se para, se da la vuelta e interrumpe mis pensamientos.
-Si se comportan como unos imbéciles no les hagas caso, sobre todo a Drake, es el más... prepotente del grupo. -Genial. Pienso con sarcasmo.
-No te preocupes por mí, si se comportan mal, una patada ahí abajo lo solucionará todo. -Y le guiño el ojo y ambos sonreímos. Al abrir la puerta me viene olor a pizza de barbacoa, mi favorita. Y tres chicos se encuentran sentados en el sofá jugando a la consola. Solo uno de ellos está con el móvil en la butaca de al lado, con los cascos puestos.
-Chicos, esta es mi prima italiana Paola. -Todos dejan de hacer lo que estaban haciendo, menos el chico de la butaca que con los cascos supongo que no se habrá enterado. Mientras los otros dos chicos se levantan a la vez y vienen hacia mí. Pero no puedo apartar la vista del otro chico, es muy guapo, bastante. Y parece, intimidante. Pero lo que más me molesta y no sé porque es que siga en su mundo. Primero me saluda un chico un poco más alto que yo, pelirrojo y tiene los ojos color verde, de un tono parecido al mío pero más oscuro.
-Hola ¿qué tal? Me llamo Taylor por cierto- Y me estrecha la mano- Eres Paola ¿verdad?
-La misma. Estoy muy bien gracias -Y le dedico una sonrisa, parece simpático. Me mira de arriba abajo y da paso a otro chico, que es un poco más alto que este de pelo negro y ojos negros.
-Yo me llamo Drake, bienvenida a nuestra querida Londres. Y me estrecha también la mano con una amplia sonrisa, que muestran todos sus dientes.- Nos ha dicho Robert que tú también juegas, ¿es verdad?
-Pues si lo es, y soy muy buena la verdad -Ambos chicos se ríen menos Robert y yo sigo con mi expresión seria.
-Si claro, no creo que una chica consiga ganarme, nunca. -Y marca un mohín al final de esa frase. El típico mujeriego prepotente. Ya me aviso Robert. Espero que sea el único así de este grupito por favor, al menos Taylor no parece igual.
-Luego lo veremos, y cerrarás esa boca tan bonita que tienes. -Me cruzo de brazos y se escucha una carcajada de fondo. No ha venido de ninguno de nosotros. Espera, todavía no se ha presentado el otro chico. Nos quedamos mirándolo mientras se levanta, es alto, bastante. Puede que le llegue por la barbilla o algo más, tiene el pelo castaño claro y revuelto y corto, unos ojos grises celestes claros preciosos, con unas converse, unos vaqueros ceñidos y una camiseta de manga corta sencilla blanca. Es musculoso y se le marcan los músculos al moverse, vaya ¿pero que estoy pensando? Se pasa la mano por el pelo y se acerca a mí.
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Amar También Duele (En proceso)
RomanceDe Roma a Londres, un cambio tan grande que nunca imaginé. ¿Sería todo tan malo alli? O ¿Lograría estar bien? Eso pensaba hasta que por casualidad le conocí. Y fue al mismo tiempo lo más mágico e intenso que me habia pasado nunca. Solo que a veces...