『 🥀 0 4 』

30 3 0
                                    

El auto color negro se mecía con discreción en uno de los cajones de estacionamiento. Los vidrios estaban comenzando a empañarse desde el interior, aunque, la película oscura de la ventana impedía la visibilidad dentro del vehículo.

— Mmh… ¡Tae!... Es-espera… — los largos dedos recubiertos de anillos estaban clavados al cuero del asiento del conductor. Sus dientes apretados en el intento de callar su voz, de que sus gemidos murieran en su garganta. Su rostro escondido contra el cuello ajeno de quien le sostenía.

El cuerpo entero le tiritaba por el estímulo más pequeño. Su espina había sido invadida por descargas de sensaciones cosquilleando desde la punta de sus pies, pasando por su vientre bajo hasta la nuca erizada.

Dos dedos húmedos irrumpieron en su interior con lentitud. La yemas acariciando sus paredes calientes, presionando contra ellas abriendo aquel reducido espacio, causándole espasmos de placer, robándole el aire que difícilmente habían conseguido sus pulmones — Ah, ah TaeHyungie~ — había perdido la batalla. Sus caderas se movieron solas buscando que le profanaran más, sus gemidos bajos contra la oreja recubierta de mechones castaños.

El menor tenía sus manos clavadas en aquel cuerpo que, pese al ejercicio diario, se mantenía suave bajo su tacto. Sus dientes marcando la piel del hombro de su hyung antes de repasar con su cálida lengua la herida que había provocado. — Eso es Hobi, dejame ver cuanta falta te hago… — la mano que habían estado hundida en la cadera ajena ahora subía a la espalda desnuda del pelicoral.

Los movimientos de HoSeok se volvieron más marcados, su cadera moviéndose en círculos contra aquel cuerpo bajo el suyo de modo que su erección se frotaba contra el vientre del menor. Su cabeza sólo podía concentrarse en el placer, en la búsqueda de más de aquello, en lo mucho que odiaba que ese mocoso supiera manejar su cuerpo a su antojo.

TaeHyung empujó levemente su cuerpo para separarlo, buscando que sus miradas se encontrarán, que ese deseo creciera. Los tres dedos en el interior de Jung hacían sonidos de chapoteo al entrar y salir de su cavidad. No importaba que el lubricante estuviera ensuciando los pantalones del otro, ni que su presemen estuviera esparcido en la camisa de su “jefe”, él lo había llevado a tal grado de ansiedad, él debía hacerse responsable.

El pelicoral se lanzó a los labios ajenos, perdiéndose en el sabor de estos, en la calidez de su boca, en el dominio inmediato que ejercía su sinhueso. Sus manos fueron directo al pantalón negro entre sus piernas. Ser el único desnudo le comenzaba a molestar.

Con prisa se deshizo del cinturón, del botón y la cremallera. Su diestra buscando la carne dura bajo la entallado tela del bóxer. Envolvió la longitud del menor, temblando en pura ansiedad pues sus dedos no se comparaban a su grosor. Ahora lo necesitaba dentro suyo, necesitaba sentirse lleno, necesitaba perderse en la polla de Kim.

Un gruñido ronco volvió a generarle escalofríos, su vientre bajo removiendose por el placer, su boca luchando por el aire que le faltaba más a cada momento. A la mierda los preámbulos. Estaban en un estacionamiento público, tomando su “hora de comida”, con un montón de trabajo pendiente. No tenían el lujo de tardar.

El coreógrafo bajo la ropa interior del contrario como pudo, se apoyo de sus rodillas a ambos lados de la cadera ajena para alinear el miembro del castaño contra su entrada. Kim dio un caderazo pequeño, su glande entró apenas un poco en el mayor para salir casi de inmediato, arrancando un gemido de sus labios, provocándole una risa grave.

Kim TaeHyung seguía siendo un mocoso engreído, el mismo que se pasaba por los huevos el respeto que le merecía a sus mayores. Aunque sería hipócrita decir que Hobi no disfrutaba de su actitud burlona.

❝ T R A P P E D ❞ 『 VKook/TaeKook』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora