¡ D E U X !

3.3K 465 252
                                    

No sabía como reaccionar en este momento, la señora Lee me estaba ofreciendo a su pequeño de catorce años, mostrándome fotos e intentando convencerme a toda costa.

Algo que debía admitir era la inigualable belleza de ese chico; tez blanca, cabello oscuro, ojos marrones y facciones finas.

Era como ver a una muñeca de porcelana.

—¿Ha tomado una decisión, joven Han?

—Con todo respeto, aunque yo le diera una respuesta positiva esto sería imposible; Minho es menor de edad.

—Es por eso que tengo un contrato.

Mis padres habían muerto hace cinco años, jamas me llevé bien con ellos y, ahora viendo a esta mujer, me daba cuenta de lo mal agradecido que fuí con mis padres cuando aún estaban con vida.

Ellos no se portaban del todo bien conmigo pero jamás intentaron venderme, ni por más pobres que fuésemos en el momento.

Mientras leía el contrato sentía repulsión.

"Este contrato te hace acreedor de Lee Minho, hijo único de la familia Lee.

Catorse años, salud y físico excelentes y un carisma sin igual.

La tutora legal del menor, te sede todo derecho sobre él sin importar que sus 18 años aún no estén cumplidos, al cumplir la mayoría de edad este contrato no expira [...] ".

Han no quería tener nada que ver con esto.

No quería tener que encargarse de un niño y sufrir eternamente por una compra tan enferma, pero sabía que sí él no aceptaba, esta señora iba a llevarse al pequeño con alguien más.

—¿Porqué me tomó como primera opción?

—Se equivoca, ayer mandé las cartas a los candidatos para quedarse con mi bebé, simplemente prefería venir directamente con usted.

Sacó alrededor de diez cartas de su bolso.

—Mi pequeño llama la atención de muchos hombres, sobretodo mayores, pero me agradaría más tener a mi hijo cerca, por eso he venido ahora a usted.

—Muy bien. Acepto el trato.

Hice el contrato en limpio, los dos lo firmamos y por último pusimos nuestra huella digital con tinta para consolidar nuestro acuerdo.

Mientras una de mis empleadas le daba un vaso de agua, yo había ido a buscar el dinero a mi habitación y solicité que la escoltaran a su hogar.

Pero antes de eso le permití pasar una vez más a mi oficina para contar el efectivo que le entregaría.

El dinero que ella pedía era menos de lo que yo ganaba en un mes.

¿En verdad eso valía para ella la vida de su hijo?

—Mañana por la mañana Minho estará viviendo en su casa, fué una sabia decisión comprarlo, sé que le dará un buen uso— Sonrió para luego irse con la escolta que yo había ordenado especialmente para ella.

Era horroroso tener que lidiar con gente como ella.

No sabía que haría con Minho pero, de lo que si estaba seguro es que intentaría hacerlo feliz.

S O L D    [HanKnow] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora