El mundo había terminado.
Entonces, ¿por qué la batalla no cesaba, el castillo había caído en un silencio de horror y cada combatiente tenia los brazos caídos?
Mi mente estaba fuera de control, imposibilitada de entender.
Fred no podía estar muerto, la evidencia de mis sentidos me debía estar mintiendo.
Entonces un cuerpo pasó flotando el agujero hacia el lado de la escuela y volaron maldiciones hacia nosotros desde la oscuridad, pegando en el muro al lado de nuestras cabezas.
-¡Abajo!- me grito Harry mientras más maldiciones cruzaban la noche.
Él y Ron nos habían tomado a Hermione y a mí por los hombros y nos empujaron hacia el piso pero Percy yacía al lado del cuerpo de Fred, protegiéndolo de más daño.
-Percy, vamos, tenemos que movernos.- le susurró Harry a Percy.
Él se negó a despegarse del cuerpo inerte de Fred.
-¡Percy! Percy, no puedes hacer nada por él. Vamos a...- siguió Harry mientras Ron apartaba a Percy de Fred, cuyo cuerpo sin vida yacía en el frío suelo, con el rostro bañado en lágrimas.
Hermione gritó y me di la vuelta, no necesitaba preguntar por qué había gritado mi amiga.
Una araña monstruosa del tamaño de un auto pequeño trataba de escalar y pasar el agujero de la pared, uno de los descendientes de la araña gigante que había fallecido el año pasado se había unido a la batalla.
Ron y Harry gritaron a la vez mientras sus hechizos colisionaban haciendo que el monstruo volara hacia atrás, sus piernas se movieron horriblemente y desapareció en la oscuridad.
-¡Trae amigos!- Harry nos llamó mirando hacia la esquina del castillo a través del agujero en la pared, las maldiciones habían parado.
Más arañas gigantes trepaban la pared del edificio liberadas del Bosque Prohibido en el cual los mortifagos habían penetrado.
Lancé hechizos aturdidores hacia las arañas, dándole al monstruo líder que cayó sobre sus amigos arácnidos haciendo que el ejército de arañas rodaran hacia abajo del edificio fuera de vista.
Entonces más maldiciones llegaron por arriba de mi cabeza, tan cerca que sentí la fuerza de éstas volarme el pelo.
-Movámonos, ¡ya!- ordenó Harry empujándome mientras Ron empujaba a Hermione.
Me detuve a mirar el cuerpo de Fred, que estaba debajo de la arcada.
*No puedo dejarlo aquí, no puedo dejarlo solo, no puedo irme sin él. ¿Y si termino muerta? ¿Nadie más morirá si yo muero?*
Percy, dándose cuenta de lo que intentaba hacer, dejó de estar pegado al cuerpo y me ayudó y juntos, inclinándonos para evitar maldiciones que volaban hacia nosotros dos desde los jardines, sacamos a Fred del camino.
-Aquí.- exclamó Percy en un susurro ahogado y colocamos el cuerpo en un nicho donde antes había una armadura.
No podía soportar mirar a Fred otro segundo más de lo necesario y después de asegurarme de que el cuerpo estaba bien escondido partí detrás de Ron, Harry y Hermione.
Draco y Goyle habían desaparecido pero al final del corredor, que estaba ahora lleno de pedazos de muro caídos y vidrios que antes eran ventana, vi a mucha gente corriendo hacia adelante y hacia atrás sin poder yo distinguir si eran amigos o enemigos.
-¡Rockwood!- gritó Percy con rabia y corrió en dirección de un hombre alto que seguía a unos estudiantes.
-¡Aquí!- gritó Hermione tirando de Ron hacia atrás de un tapiz que colgaba de la pared.
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La Hermana de Ron Weasley (Draco Malfoy y tú) //8//
FanfictionOctavo libro, ambientado en Harry Potter y las Reliquias de la Muerte. "Dos miradas que no pueden evitar chocarse, dos almas destinadas a encontrarse aunque no lo quieran." *AVISO 1: Los comentarios de ésta historia pueden contener spoilers dejados...