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En toda mi vida he escuchado que el amor es de las mejores cosas que te pueden pasar en la vida. ¡Mentira! Soy Grecia y he venido a desmentirles la falsa idea del amor. Estoy harta de que digan que el amor todo lo puede y siempre triunfa.

Es hora de que se enteren de que el príncipe azul no existe y de que no siempre hay finales felices. 

 
[P A S A D O]
Primaria. Cuarto grado.

Mis nervios estaban a flote por el inicio de otro ciclo escolar, sumándose la tristeza de la partida de mi mejor amiga, aunque este sentimiento pasó a segundo plano cuando mis ojos captaron a un chico muy atractivo que iba entrando al aula.

Definitivamente iba a vomitar en cualquier momento.

Al parecer se dio cuenta de mi mirada ya que en un movimiento me devolvió la mirada seguida de una sonrisa; con una vergüenza y nervios desvié mi mirada.

— ¿Es guapo, verdad?— dijo una voz femenina al lado de mi.

Yo solo la mire un poco desconcertada. 

"¿Y ésta quien es?" me pregunte internamente.

— Ay que maleducada, no me presente—  soltó una leve risita—  Soy Paloma, un gusto.

— Ah, hola. Yo soy Grecia—  le respondí con una sonrisa algo fingida, esperando que no se diera cuenta.

— Bonito nombre, un gusto— sonrió y miro hacia el frente ya que el maestro había entrado. 

-— Good morning, class. I am the teacher Jesus and I will be your tutor all the scholar year — Se presento el maestro.

Bueno, era hora de hacer que el hámster trabajará porque de todo lo que había dicho solamente había entendido el "good morning".

El maestro se presento y nos explicó que el cumpliría el labor de enseñarnos ingles en todo el ciclo escolar y que también seria nuestro tutor o en palabras de Paloma "el que se haría cargo de todas las travesuras y mensadas que hagamos."

El resto de la clase, el maestro hizo una actividad, la odiosa actividad donde todos los alumnos deben de presentarse ante el grupo para "así poder conocernos, ser buenos compañeros e incluso hacer nuevas amistades" o eso era lo que decía el maestro. Así pasaron 30 minutos, los cuales, yo sentí como una eternidad, hasta que sonó la campana indicando que podíamos salir al receso.

¡Bendito sea el que inventó el receso!

Entre un poco en pánico cuando me di cuenta de que no tenia a mi mejor amiga para que se sentara conmigo a desayunar.

¡Maldito sea el que inventó el receso!

Mientras sacaba la comida que mi mami me había puesto en mi mochila mi cabeza empezó a crear miles de escenarios que podían pasar en el receso, ¿Tendría que comer encerrada en uno de los cubículos del baño? Ay no, me repugnaba de solo pensarlo. 

Estaba tan absorta en mi pensamientos que no me di cuenta de la presencia de Paloma, me sobresalte un poco y ella lo noto.

— Oh perdón, no era mi intención asustarte—  sonrió levemente— Te estaba esperando porque pensé que tal vez podríamos sentarnos juntas, claro si tu quieres—  me miraba casi suplicante.

Lo pensé un poco solo para hacerme la interesante y no parecer una desesperada que no tenia amigos. -— Esta bien—  le sonreí de vuelta tomando mi comida —  Vamos afuera.

Satisfecha de mi respuesta se posiciono a mi lado y juntas salimos del salón. Nos sentamos en unas bancas que estaban por ahí, comimos en un silencio; un silencio un poco incomodo, ya que ninguna de las dos sabia como comenzar una conversación.

Paloma suspiro y me miro para después empezar con un juego llamado 20 preguntas, este constaba en que ella me preguntaba 20 cosas y yo las contestaba con toda la honestidad.

Después fue mi turno de preguntarle a ella con la misma dinámica; las preguntas eran para conocernos. Yo no quería que mi nueva amiga fuera una acosadora o una psicópata. Así pasamos lo que quedaba de receso, hasta que sonó la campana indicando que teníamos que volver al salón y así fue, regresamos al salón igual que como salimos de éste.




Nota de la autora.

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Gracias. <3

La Historia que el Destino nunca escribió.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora