[TWDG S4] | Necesitas una sobreviviente y eso es justo lo que soy | [Fanfic]

Capítulo 3.- Reencuentro.

Ya conocía esa estúpida fortaleza marítima. 

El chocar del agua contra el mismo revivió viejos traumas y recuerdos dolorosos del tiempo transcurrido allí, provocando un nuevo vuelco en su corazón, aunque las circunstancias ya no eran iguales ni tampoco parecidas. Ya nadie la vigilaba, ni mucho menos mantenían el seguro sobre la puerta para evitar un escape. Se mantuvo alerta la mayor parte del tiempo, hasta que todo el cansancio acumulado en las últimas semanas le cobró factura apenas tocó la almohada dentro del pequeño calabozo que servía ahora como una habitación de descanso antes de tener que actuar.

Con el movimiento del agua, fue más sencillo dejarse llevar por el tal "Morfeo", sin conocimiento de a dónde se dirigían o cuánto tiempo tardarían en llegar. Lo que sí podía jurar es que, sin importar el destino, no iban a realizar nada bueno. Y menos teniendo a Lilly al mando, como siempre, aprovechándose de ella como tanto parecía disfrutar.

Todos sus principios sobre no herir a las personas, o bien, no obligarles a nada mientras no se metieran con ella ni con sus amigos ni allegados, se habían esfumado transcurrido el tiempo. 

Las pesadillas que le arrebataban el sueño siempre estaban basadas en acontecimientos crueles, con guerras, con sangre derramada, y eso no cambió en lo mas mínimo con todo lo llevado a cabo de sus propias manos, salvo el hecho de no tener en quien apoyarse para sobrellevarlo, lo que la llevó a recordar a su pequeño tonto, al margen de la ventana, cumpliendo la labor de velar por su sueño, o bien, de esas veces que durmieron juntos, desde que lo tuvo entre sus brazos, como el pequeño bebé que alguna vez fue.

A veces se daba el grato lujo de soñar con él, con su bienestar, con ambos juntos paseándose por algún lugar donde ningún peligro pudiera acecharlos. Y en ocasiones aparecía Louis, con esa tonta sonrisa que conseguía arrebatarle una propia, o con alguna broma. ¡Dios! Como extrañaba eso. Al principio pudo creerlas tontas e innecesarias, dedicándole gestos de impaciencia, y ahora, sentía que necesitaba escucharlo, al menos una vez más, que sus palabras fuesen algo como "sabes que estoy aquí para ti", como esos mágicos minutos frente al piano. Todo detalle de su parte imprimió una pequeña luz en su dolorosa oscuridad, una chispa que requería de todo su esfuerzo para evitar extinguirse, justo al lado de pilar que la mantenía a flote, obsequio de su pequeño Alvin.

Y de suceder, se perdería por siempre.

— Levántate, hemos llegado. — Señaló Dorian, golpeando la pared cercana a la puerta. 

Resultó ser un viaje de aproximadamente dos días. O un poco más.

Clementine se sacudió debido al ruido, lo que prontamente la despertó. Con tan bellos sueños, era una desgracia despertar en un cuarto de mala muerte, con la mirada de Minerva sobre ella, al marco de la puerta. Seguía sin entender el porqué de su lealtad, sin mencionar que seguía a Dorian casi a todas partes. En ese detalle, podía identificarse con ella, recordando como se esmeraba en seguir a Lee a todas partes, como el equipo que eran, pero era importante (y obvio) señalar que él jamás le enseñó a robar, ni a hacer uso de la gente como si de peones se tratase. Su muerte fue un detonante de importancia en su actual carácter, fuerte y decidido, pues ahora todos a los que cuidaba eran su equipo y por ellos debía velar, aunque eso significará no estar con ellos. 

Eran parte de sus enseñanzas y una parte de todo lo que él no tuvo oportunidad de ver en esos desastroso años de la infección.

Seguramente el orgullo que tanto señaló tener por ella terminó por desvanecerse. Aún con dudas, no se atrevía a cuestionarlo. ¡Ni siquiera era capaz de visitarlo! ¿Cuál era la manera más sencilla de decirle "están a salvo, a costa mía"? Ni siquiera podría mirarlo a los ojos para asegurarlo, pues no tenía constancia de que el cementerio evitó crecer en esos meses de ausencia; imaginar el nombre de cualquiera sobre una placa, con el posible dibujo de Tenn acompañándole, no conseguía calmarla.