Vaivén

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Cada vez me cuesta más estar lejos tuyo;
nos acercamos a la parada y mis nervios se alborotan,
no quiero irme, no puedo,
tampoco puedo quedarme para siempre.
Como una extremidad más de mi cuerpo te sujeto la mano con desesperación y anhelo,
rogando y sufriendo al ver como te desprendes,
me miras y me despedís y te vas tan tranquilo,
sin saber que me has dejado rota de nuevo.
¡Y con que intensidad, cual cascada enfurecida, se retuercen los sentimientos en mi pecho!
Me has quitado la llave y luego te la has llevado,
y ya no puedo manejar lo que pasa ahí dentro;
ahora parezco funcionar a tu potestad.
Si reclamas la soberanía de mi cuerpo sin duda la conseguís,
pero sin medir las consecuencias de tu a veces pronto desapego.
Me amas, me extrañas,
y yo con tantas dudas.
Necesito verte de nuevo.

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