Pensarte es lo más adictivo que conozco.
Casi no hay día que no recuerde tu sonrisa, y definitivamente no hay noche en la que no recuerde tu tacto entre las sábanas.
Extraño enredar nuestros dedos, escuchar tu risa, sentirnos solos entre tanta gente. Extraño perderme en tus ojos y encontrarme.
Extraño atardeceres mezclándonos como pintura en la ciudad, y amaneceres frente a frente viéndote infusionar tan arduamente un saquito de té.
Extraño mañanas soleadas emprendiendo viaje al río, y días lluviosos donde nos deshicimos como acuarelas mojadas en el sillón de aquel apartamento, compartiendo una película de aquellas que ya no puedo ver.
Extraño todas esas noches donde nos encendimos entre risas con tus amigos en aquel antro alejado de todo, y nos apagamos tenuamente en el camino cuando todo era silencioso y no hacía falta más, solo para volver a encendernos al llegar.
Extraño aquel fuego que traías a mi vida, que a veces me quemaba, mas siempre lo prefiero a la oscuridad que siento ahora. Mi mayor pesar es que aquel fuego no se haya apagado, pero tenga miedo de quemarse conmigo, y mi única promesa es jamás apagarte ni exigirte arder a mi manera, porque la tuya es perfecta.
Me demostraste tanto que no supe ver, con miradas y acciones dijiste tanto que no supe escuchar, y ahora solo puedo volver y decir que ya descifre tu mensaje, y no quiero que dejes de decírmelo.
Sabes todo sobre mí, desde el más inútil de los datos hasta el más oscuro de mis recuerdos ocultos. Compartimos tanto y creo que puedo decir con seguridad que te conozco entero.
Una gran ventaja para mi cometido es que ya somos completamente transparentes al otro y nada de mí puedo ocultarte.
Sé que te duele pensar que me haya deshecho de lo nuestro, sé que te duele saber que elegí distraerme con otro amor para prohibirme ver lo que sentía por vos.
Pero no se puede tapar el sol con la mano y no puedo crear una sombra eterna, porque el tiempo pasa, y el sol ya está sobre mí, y en este mediodía eterno solo quiero invitarte a comer y reírnos como antes.
Sos mi contraparte perfecta, sabes cuando entenderme y cuando llevarme la contra por más que me moleste.
Extraño cada detalle que conlleva estar juntos, y cada día siento más la abstinencia de tenerte conmigo.
Sé que no es metafórico lo que estoy diciendo pero ya no tengo tiempo para decorar lo que siento, solo me queda ser honesta y esperar que me creas.
Días riendo y jugando, noches hablando y callando, tenemos una clara tendencia a alejarnos, pero querría que dejase de ser entre nosotros, y volviésemos a alejarnos juntos de todo lo demás, alguna madrugada hacia quién sabe donde a simplemente hablar y demostrarme que pertenecemos juntos. Que sea un viaje en auto a algún lugar lejano, o que sea simplemente caminar por la ciudad dormida y quedarnos en el parque.
La vida que viví me enseñó tanto, y me equivoqué como nunca antes, pero me preparé para la vida que me queda, que espero sea a tu lado.