Capítulo 3: Todos
Los días fueron pasando y por fin llegó, He Zhao volvía a su casa, cuando lo vio… toda aquella matanza. Un soldado le estaba esperando, el cual tan solo le dijo que fuera a casa de su amiga Su Lia que ahí le contarían el resto. Al principio este se negó y le pidió explicaciones, pero no le respondía, entonces sin perder un segundo fue raudo hacia la casa. Al llegar bajó de su caballo sin que este antes se detuviese por completo; pasó el muro de la casa y corrió hasta la puerta, en la que comenzó a dar golpes desesperadamente para que le abriese. Su Lia escuchó aquellos porrazos y tragó saliva, se dirigió hacia ellos y fue ella quien la abrió. He Zhao estaba enfrente con una cara desfigurada y con grandes sudores; la mujer fue a hablarle, pero este se le adelantó diciendo:
- ¿Dónde están?
- …
- ¿¡Donde están!?
- Están con mi hijo Su Pei. Traer a sus hijos-Ordenó Su Lia a una de las criadas.
La sirviente fue corriendo hasta la habitación del hijo de su señora y trajo de inmediato a los niños del hombre, estos al verle comenzaron a llorar al momento, mientras corrían hacia él. El padre se abalanzó sobre ellos y les dio un gran abrazo en el porche de la casa.
- ¡¡Papá…!!-Decían entre lloros.
- Os había echado tanto de menos.
Los criados empezaron a asomarse para mirar a la familia, algunos trataban de no llorar, ya que sabían que la siguiente noticia no le iba a gustar nada, Su Pei también se acercó, además algunas personas que estaban pasando por delante de la casa y vieron quien era, no se lo podían creer; la noticia de la muerte de He Xiang se había extendido rápidamente por la ciudad de cómo fue asesinada y traicionada por sus guardaespaldas. He Zhao siguió abrazando a sus hijos cuando dijo:
- ¿Dónde está He Xiang?
Aquellas palabras hicieron saltar las lágrimas de algunas sirvientas, He Zhao levantó su mirada y miró a los ojos de Su Lia, esta apartó la vista y dijo con un mal trago que ella no estaba.
- ¿Qué quieres decir?
- He Xiang… He Xiang ha…-Repetía.
- ¡¡Ha muerto!!-Dijo su hijo He Dan entre lloros.
Aquellas palabras no llegaron a romper la compostura de su padre, tan solo miró a su amiga con cierto tono de ironía. No se creyó las palabras de su hijo, pero al ver las lágrimas de los criados y como Su Lia apartaba su mirada… Fue en ese instante cuando el hombre comenzó a negar con la cabeza, pero en su interior sabía con certeza que las palabras inocentes de su hijo eran ciertas. Nadie fue capaz de decirle unas palabras que le ayudaran, tan solo se callaron, inundando aquel momento de silencio, solo se escuchaban llantos desconsolados de los niños. Entonces la gente de la calle comenzó a apartarse dejando un pasillo, por el pasaban dos guardias bien equipados con dos largas lanzas sujetadas por una de las manos, detrás de ellos iba un hombre con un pergamino. He Zhao se dio la vuelta para mirarles y fue cuando el hombre plegó el pergamino y comenzó a leerlo.
- He Zhao, hijo de He Zulin, nombrado mariscal de esta nuestra tierra, se ha dictado que se le revoquen sus títulos y haciendas, por los pecados cometidos. Estos pecados son: Tracción a la corona, por instigar las revueltas y ser su líder; segundo, por el asesinato cometido hacia su mujer; tercero y más importante, intento de asesinato a nuestro grandísimo rey.
En ese instante los chismorreos comenzaron a retumbar por todos lados, las mujeres decían que ya se venía venir, otros tan solo negaban con la cabeza y algunos afirmaban que eso era mentira, pero estos últimos eran pocos.
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El romance de los siete reinos
AksiEsta historia cuenta sobre la lucha de la unión de un reino, que antiguamente era rico y prospero, pero ahora solo hay sangre, muerte y demagogia. La historia ocurrirá a lo largo de los 123 años que duró el conflicto entre los siete nobles más poder...