4.Capitulo ​Enemistad por un chico

18 1 0
                                    

En el instituto miré a Emma porque estaba enfadada con ella, ya que interrumpió mi cita con Parker, pero luego miré a Parker más enfadada aún. ¡En una cita nuestra había invitado a otra chica!
Entonces, empecé a pensar con quién de las dos se iría. Si se fuera con Emma, a mí me haría daño, y si se fuese conmigo, Emma sería la que sufriría. Tenía un lío en la cabeza...
Después de pensar y pensar, decidí escribirle una nota a Parker. Obviamente, primero se la pasé a un compañero para que éste se la pasase a él, y cuando le llegó comenzó a escribir. Una vez había terminado, me tiró la nota desde donde estaba sentado.
La pregunta que había escrita en la nota era: "¿Por qué has invitado a Emma?"
A lo que él respondió:
"Es que me gusta un poquito."
Yo tan solo me giré dedicándole una cara de asco y odio al mismo tiempo. De repente, escuché como la puerta de la clase se habría, era el profesor. Era la hora de empezar la clase.
En el recreo fui hacia las otras chicas. Cuando llegué se empezaron a alejar de mí, así que mi segunda opción fue Cameron, pero justo en ese momento estaba con Parker. Yo ya tenía muy claro que no quería saber nada de ese asqueroso, así que me di la vuelta. Menuda sorpresa me llevé. Y es que, al voltearme, vi a Emma con las demás. Debido a esto pasé todo el recreo solo.
De camino a mi clase, la mala pasada no había acabado aún; podía notar como las otras chicas murmuraban y me miraban mal, algunas incluso hacían unas muecas demasiado desagradables, como si yo fuera una mala persona o algo por el estilo. Sinceramente, me hizo sentir fatal, me hizo sentir como una marginada.
Tras el instituto, por primera vez en mi vida me fui sola a casa. La verdad es que mi día había sido bastante malo, y para colmo, mi madre me preguntó qué tal había ido todo. Yo estaba demasiado enfadada, así que me encerré en mi cuarto sin decirle nada.
Sonó el teléfono y supe que era mi padre, él siempre solía llamar después de clases desde la oficina en la que trabajaba. Me dispuse a coger el teléfono, pero mi madre se adelantó y lo cogió por mí.
- Hola Iker ¿Quieres hablar con Olivia?
- Sí. ¿Qué tal está mi pequeña?
- Pues hoy... parece ser que ha tenido un mal día. Espera, ahora la llamo y que te cuente ella.
Yo, que estaba en la escalera escuchando me fui corriendo
de nuevo hacia mi cuarto. Lo había pensado mejor, no me apetecía hablar con mi padre, sobretodo porque toda la conversación iba a ser sobre mi día en el instituto.
- Olivia, está tu padre al teléfono-dijo mi madre a través de la puerta.
Yo no respondí.
- Olivia, cariño...
- Mamá, no tengo ganas de hablar.
- Escuché como mi madre bajaba las escaleras, supongo que fue para colgar a mi padre. Al pasar varios segundos pude oír cómo volvía a subir y entonces, entró a mi cuarto. -¿Qué ha pasado en el instituto?
- Hoy todas me han estado ignorando...
- ¿Y se te ocurre la razón del porqué?
- No tengo ni idea.
- ¿Y por qué no lo hablas con Emma?
- Porque nos hemos enfadado por un maldito chico.
- Ese chico es el Parker ese del que me hablaste?
- Sí, el mismo. En fin, mamá, tengo que hacer los deberes.
- Vaya, se nota que no quieres hablar del tema. Pero bueno, anímate un poco tesoro.
- Tranquila, ya estoy un poco mejor después de soltarlo. Creo.
Mi madre se fue y yo me quede haciendo los deberes. Mientras pasaba el rato, yo esperaba con pocas esperanzas algún mensaje de Parker o Emma, pero al parecer, no había llegado ninguna notificación a mi móvil.
Pensé que lo mejor sería dar una vuelta, así eso hice. Necesitaba aire fresco para relajarme, y una vez terminado el paseo de relax, volví a casa a la hora de cenar y más tarde me fui a la cama. Sin duda, sentía mi mente más despejada y relajada.
Estaba tan a gusto en la cama, que cuando abrí los ojos y vi un reloj eran las 8:15 am
¡Solo tenía 15 minutos para prepararme!

Me levanté corriendo para elegir la ropa, cuando me vestí desayuné seguidamente y luego me lavé los dientes. Por último, me despedí de mi madre y me fui con prisas al instituto.
Llegué a en punto, y como solía pasar raras veces el profesor ya estaba allí.
-Señorita Holt, llega tarde.
-Lo siento mucho señor Smith.
Me senté en la silla y cuando me di cuenta ¡No tenía la mochila! Fue entonces cuando mi madre apareció de repente por la puerta con mi mochila entre sus manos. Todos se rieron de mí, el profesor tan solo suspiró y prosiguió con la clase.
La hora del recreo había llegado, menuda pesadilla. Al pasar por los pasillos, las chicas me preguntaban tales cosas como "¿Se te ha olvidado la mochila? Y qué más, el Cerebro?" por no decir que al mismo tiempo reían desalmadamente.
Yo me hacía la sorda, fingía que me daba igual, aunque en realidad no era así.
El recreo había acabado al fin, ahora tocaba inglés; me
Encantaba la asignatura. Cuando llegué a clase me encontré Una nota en mi pupitre.
"¿Quieres salir conmigo?"
Eso era lo que ponía.
Me quedé totalmente de piedra. Supuse que sería una broma de las chicas y me entraron ganas de llorar, así que me fui al baño. Una vez allí solté todas mis lágrimas y sollozos, no entendía por qué me hacían todo eso. -¿Olivia?
Aquella era la voz de Emma. Deje de llorar y me quedé en silencio. - Olivia, sal por favor. Tengo que hablar contigo, es sobre
Parker.
- ¿Qué pasa?-preguntó sin abrir la puerta todavía.
- Le gustas mucho, que digo... ¡Le gustas muchísimo! Me ha dicho que no puede para de pensar en ti.
- ¿Lo dices en serio?
- -Pues claro que sí, tonta. Él mismo me ha pedido que te lo diga, además quiere pedirte salir. -De acuerdo...
Salí del baño con una sonrisa dibujada en mi rostro, algo más animada. Miré a Emma aún sonriente y juntas volvimos a clase.
Al llegar, pude ver como todos discutían. -Ha sido Emma- dijo alguien del montón. -Espera... ¿Yo qué?
- ¿Tú me has robado el teléfono?
- ¿De qué estás hablando? Yo no he robado nada a nadie,-respondió Emma enfadada- y que sepas que no tienes Derecho a acusarme así de la nada. Además, seguro que lo habrás
perdido por tu propia cuenta
- Yo no lo he perdido, lo hubiese sabido al instante, así que no me
mientas, ¡Confiesa!
- ¡Ya te he dicho que yo no te lo he robado!
- Bueno, entonces no te importará si miro en tu mochila ¿verdad?
- Adelante mira, pero que sepas que estás violando mi privacidad. Marina y el profesor empezaron a acercarse a mi mochila y ahí estaba el teléfono. Yo no me lo podía acabar de creer, Emma y yo acabábamos de llegar a la clase, ¿Como podría ser posible que ella lo hubiese robado?
- ¡Emma, al despacho del director!
Y los dos, el profesor y Emma se fueron al despacho para hablar de lo que acababa de pasar. Unos minutos después, regresaron. Emma no parecía muy preocupada.
Pero le pregunté susurrando a ver qué tal le había ido.
- No van a llamar a mis padres, confían en mi palabra-dice aliviada. Mientras tanto, Marina que estaba casi al lado parecía enfadada debido a que su "supuesta ladrona" no había sido castigada.
Al terminar las clases Emma y yo salimos. Nos encontramos a Cameron y a Parker.
- Olivia, ¿podemos hablar a solas?-dijo Parker.
- Vale, vamos andando y me dices.
- Vale, pues vamos.
Mientras tanto, Emma y Cameron se quedaron a solas. -¿Qué tal hoy, Emma?
-Mal- respondió ella de mal humor.
-¿Por? ¿Qué ha pasado?

-Marina ha escondido su móvil en mi mochila para luego echarme la culpa.
-¿En serio ha hecho eso?
- Sí, no tengo pruebas, pero estoy casi segura. No paraba de echarme la culpa sin razón alguna, así que...
- Vaya, no sabía que era mala persona.
- Pues ahora ya lo sabes.
- Ya... oye, ¿Te puedo decir una cosa?
- Dime.
En ese momento, Parker y yo llegamos. Note tensión en el ambiente, asique decidí que lo mejor sería irnos por donde habíamos venido.
- Nosotros mejor nos vamos... -dije algo incomoda.
- Ah, no, no, quedaros -habló Cameron- ya hablaremos otro día. Esto último lo dijo mirando hacia Emma, y ésta solo asintió con la cabeza.
Cada uno se fue por su lado. Emma me preguntó qué era lo que había estado hablando yo con Parker, y justo en ese,
momento sonó el timbre para ir a clase. Y menos mal, porque Parker quería que lo mantuviera en secreto. Nada más poner un pie en clase, el hermano de Emma apareció de la nada y le dijo:
-Hermana, papá ha dicho que nos vamos a mudar.
-¿Qué? ¡Yo no quiero mudarme! Ya nos hemos mudado dos veces este año.

-Ya pero... yo no puedo hacer nada al respecto, y lo sabes. Emma no dijo nada y se fue llorando. Yo fui con ella, y al volver Estibaliz le preguntó:
- ¿Ya has terminado de hablar con quién debías?
- Sí.
- Perfecto, pues sigamos con la clase. Todo el mundo en la página 92.
Durante toda la clase pude notar como mi amiga seguía algo deprimida, distante. Al terminar la clase, ella misma me habló bastante triste.
-Mi familia y yo nos mudamos a Londres, Olivia, no quiero irme. -Yo tampoco quiero que te vayas. Eres mi mejor amiga.
-Te voy a echar de menos.
-No, Emma. No te vayas, convence a tu padre. -Eso intentaré...
-Ojalá puedas convencerlo y así quedarte.
Y nos fuimos a comer. Había cosas asquerosas, o al menos para mí; había puré de calabaza, pescado, y de postre: flan.
A decir verdad, odiaba esa comida.
Después de comer y seguir viva, estuve pensando sobre la conversación que Cameron y Emma podrían haber tenido. "¿Le gustará Emma?" pensé. Solo había una forma de averiguarlo.
- Cameron, ¿puedo hacerte una pregunta?
- Claro.
- ¿Te gusta Emma?
- ¿Gustarme? Off, que va. Me encanta, pero no se lo digas por favor. Quería decírselo yo mismo, lo que pasa es que antes habéis venido vosotros y no me había dado tiempo a decírselo.
- Tranquilo anda, no se lo diré a nadie. Tu secreto está a salvo conmigo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 25, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

2 rubias y una amistad peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora