Cerrando el apetito |Grimmjow y tu|

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¿Lo que más odio? La gente gorda. No me mal interpreten, no los odio por su figura. Los odio porque son la gente que más sufren, las personas se burlan de ellos y nadie hace nada para detener el acoso, ni siquiera la propia víctima tiene las agallas para detener su sufrimiento. Cuando veo el acoso hacia estas personas, no hago nada, espero a que él o ella explote y se defienda. Pero cuando me doy cuenta que eso no sucederá algo en mi pecho se quiebra y termino por ayudar.

--A pesar de que me prometo a mi misma no meterme en asuntos de los demás-- murmuro para mi misma.

--¿Qué has dicho ___?-- pregunta Renji dejando de reír por el chiste de Ichigo.

--Nada-- contesto con mal humor.

Este es mi grupo con el que suelo pasar el tiempo y hablar de sexo. Ichigo es el chico serio pero que una vez conoces la palabra idiota lo describe a la perfección. Renji está a la par de Ichigo, a veces creo que ambos luchan por el primer lugar. Rukia es la chica que es graciosa en ocasiones y que se la pasa ordenando nuestro desastre. Inoue es la tonta del grupo, no entiende nunca los chistes, pero es la más gentil y la luz que purifica nuestros demonios. Y luego estoy yo, la que pelea casi todos los días, discute con los profesores, vive en detención y molesta a los débiles como la escoria misma.

--Oi ___, ¿Has visto al nuevo? Es todo un querubín lleno de grasa-- suelta entre risas Renji.

¿Lo malo con ellos? Que se burlan de la gente regordeta, incluso llegan a golpearla.

--La silla debe pedir a gritos vacaciones-- le sigue Ichigo.

--Ya cierren la boca, son molestos-- gruño con enfado y me levanto.

--No te enojes-- pide entre risas Renji.

--He dicho que cierres la boca Abarai-- repito deteniendo mi andar y mirando por sobre mi hombro.

--¿Uh? No eres nadie para decirme que hacer-- contesta levantándose.

Suspiro y me acerco a él haciéndole frente. Antes de que diga una estupidez más mis nudillos chocan de lleno en su nariz. Él retrocede por el impacto y lleva ambas manos al lugar golpeado para detener la sangre.

--Ya ya, no peleen entre ustedes-- pide asustada Inoue.

¿Lo curioso de este grupo? Es que ellos me suelen respetar como si fuera su "lider". De un día para el otro ya estaba todos los días con ellos e íbamos para todos lados juntos.

--No vuelvas a desafiarme-- es lo último que digo y camino a paso lento para salir de la cafetería.

Una vez en los pasillos observo a los estudiantes de grado superior y alguno de ellos me saludan con una sonrisa amigable. Asiento a modo de saludo y sigo mi camino a ningún lado en particular. Llego hasta el jardín trasero y me decido a ver el partido de Voley femenino. Antes estaba en ese equipo, hace unos meses atrás, pero por una pelea con el entrenador me echaron.

--¿Lo extrañas?.

--¿Cómo está la nariz de Renji?-- pregunto mientras me siento en una banca cercana a la cancha.

--Bien, no se la has roto-- contesta entre risas Ichigo.

--Ya veo.

--Hoy estas extrañamente más amargada que de costumbre, ¿Sucedió algo?.

--Nada, simplemente no estoy de humor.

--Supongo que es normal en ti-- dice mirando el partido conmigo.

Mi entrecejo se arruga cuando mi vista va un poco más allá y veo al chico nuevo del que hablaba Renji. Un joven de mi misma edad, estatura bastante alta, cuerpo literalmente redondo, ojos celestes salvajes y cabello de igual color, es molestado por un grupo de los de último año. Observo cómo ríen cuando uno de ellos al parecer dice una burla y seguido empuja al chico y vacía su mochila para pisotear sus libros.

--Pobre idiota-- dice con burla Ichigo al ver lo mismo que yo.

--Demonios llego tarde al aula de Química-- se queja y se levanta.

--¿Otra chica?-- pregunto al ver su mirada pervertida.

--Si, Nell, la chica de tetas enormes-- contesta sonriendo y haciendo ademanes con las manos.

--¿No está ya en su último año?.

--Si, nos vemos ___-- y sin más empieza a correr.

Todos nosotros tenemos quince y estamos en nuestro tercer año de secundaria. Hace dos años que nos conocemos y sorpresivamente nuestros padres también son amigos. Ellos se conocieron cuando los citaron a todos juntos debido a que nosotros nos habíamos peleado con otro grupo de niños de otra escuela.

Los gritos de las chicas al ganar el partido de entrenamiento me devuelve a la realidad. Mis ojos viajan al chico de cabello celeste, pero me encuentro solo con un árbol.

--¿Dónde se habrá metido el querubín?-- me pregunto a mi misma y me levanto.

Camino por la escuela y la campana de la siguiente clase empieza a sonar. Poco me importa ir a clases, por lo cual la ignoro por completo y sigo con mi tarea de buscar al querubín.

--Vaya sobrenombre pegajoso se le ocurrió a Renji-- murmuro con una sonrisa.

Los pasillos ya vacíos me ayudan a buscar con más tranquilidad y el silencio me deja escuchar unas voces y un llanto. Me detengo en la puerta del baño para varones y escucho como los mismos idiotas de sexto año se burlan del querubín, llamándole ballena y otras cosas poco ingeniosas.

--Las clases ya empezaron-- informo entrando y mirando el cuerpo lastimado del querubín.

--¿Se ríen de como el querubín llora? A mi me parece horrendo y para nada gracioso-- comento con seriedad.

--Este es el baño para hombres niña-- comenta Stark, novio de Nell.

Pobre cornudo.

--Coyote, adivina dónde esta tu novia-- suelto con tono divertido.

--En su clase de teatro, es la que le toca ahora-- contesta extrañado.

--¿En cerio? Creí que química era la que seguía, bueno, se habrá equivocado junto con Ichigo-- comento limpiando mi uña.

--Ese bastardo-- suelta enojado y pasa por mi costado con rapidez.

--Hagan lo que quieran con esta zorra-- comenta asomando nuevamente su cara por la puerta y sin más se va.

Miro desafiante a los tres que quedan y ellos sonríen pensando que en verdad podrán conmigo. El primero en dar un paso es el del medio, quien no tarda en caer al suelo sin respiración por la patada en el pecho que le doy. Los otros dos se mueven al mismo tiempo y me agacho para esquivar el puñetazo de uno. Con rapidez salto y lanzo una patada a la mejilla del que atacó, volteando su cuerpo y provocando su caída. El tercero mira todo con asombro y por último su rostro se distorsiona con miedo.

¿Lo que más amo? Es golpear a ilusos que se creen los reyes y los más fuertes. Nunca fallan al darme diversión. Siempre terminan en el suelo con su gran orgullo roto al llorar y suplicar que deje de golpearlos.

...