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Las preguntas y quejas por parte de nuestros amigos no se hicieron esperar apenas llegamos a las puertas del instituto. Grimmjow ignoró a todos y se adentró al edificio, dejándome a mi a cargo de contestar todo. Así que aquí me encuentro, en la azotea tratando de responder las preguntas.

--¿Por qué no me creen? Aizen se mudó a una nueva casa él solo y cuando me invitó de viaje para festejar justo estaba con Grimmjow, y pues, bueno, fuimos con él.

--¿Eres estúpida?-- dice Renji ofendido.

--¿Disculpa?.

--Vamos, es obvio que esos dos no confían en nosotros-- se queja el pelirrojo y se aleja siendo seguido por los demás.

Me quedo un momento sentada en el suelo pensando en lo que acaba de pasar, hasta que reacciono y golpeo mi frente.

--Era obvio que no me iban a creer, Aizen fue el que los recibía en la puerta de su casa cuando iban a buscarnos-- gruño golpeando el suelo.

--Soy una idiota.

Me levanto del suelo y camino hasta salir del edificio, tratando de evitar a los maestros que rondaban por los vacíos pasillos. Llego al jardín trasero y me meto entre los arbustos hasta llegar al paredón. Lanzo la mochila primero y luego de tomar algo de distancia corro y al saltar me sostengo del borde. Con esfuerzo logro salir a la calle y completamente tranquila me alejo. Grimmjow incluso ha estado actuando frío conmigo, tal vez aún sigue enojado por lo que pasó con Yammi, pero no estoy segura. Siento que eso no sería motivo para que él actúe de esa forma.

--¿____?.

Al levantar la mirada me encuentro con Hirako, quien sonríe apenado y se acerca a mi.

--¿Escapando de tus clases?.

--Si, no estoy de humor así que decidí salir a pasar el rato en la calle-- murmuro encogiendo mis hombros.

--Ya veo, ¿Quieres tomar un café? Hay un local nuevo a unas manzanas de aquí.

Me lo pienso unos segundos y con un suspiro asiento. Pero antes de poder dar un paso mis pies se despegan del suelo y la imagen de Hirako es reemplaza por un culo redondo y firme.

--Aléjate de ella-- es lo único que le gruñe Grimmjow antes de darse la vuelta y caminar.

Me despido del rubio con una sonrisa y un movimiento de mano.

--Oye, puedo caminar-- digo cuando dobla en la esquina y pierdo de vista a Hirako.

--No me interesa, tenemos que hablar-- gruñe en el mismo tono en que le habló al rubio.

Suelto un suspiro y sonrío con maldad. Cuando mi mano aprieta uno de los cachetes de su trasero su cuerpo se tensa y detiene por completo su andar.

--Es un lindo trasero, lo lamento no pude evitar hacerlo-- suelto haciéndome la inocente.

--Carajo ____--  repentinamente me sujeta de la cintura y me pone de pie frente a él con algo de brusquedad.

Antes de poder quejarme sus labios se pegan a los míos, dejándome con las palabras en la boca. Él muerde mi labio y le doy permiso para que su lengua se encuentre con la mía. Me atrae más a su cuerpo y yo paso mis brazos por sus hombros y juego con su cabello. Cuando se separa levemente de mi un fino hilo de saliva es lo único que nos une. Creí que eso solo pasaba en los jodidos dibujitos.

--Ya estoy harto ____-- dice apoyando su cabeza en mi hombro.

--Lo lamento, esto es mi culpa-- murmuro apenada abrazándolo.

Él enreda sus brazos en mi cintura y puedo sentir un leve temblor en su cuerpo. Muerdo mi labio y me siento una mierda por provocar que Grimmjow se sienta así. Todo por ser una jodida miedosa.

--Grimmjow, ¿Quieres venir a casa?.

Él levanta la cabeza y me mira extrañado. Sonrío y acaricio su mejilla secando un poco sus lágrimas. Empezamos a caminar en completo silencio y sin soltar la mano del otro. La gente de vez en cuando nos quedaba mirando, pero solo los ignoraba. ¿Nunca vieron a un chico llorar? Dios.

Cuando llegamos a la puerta de mi casa debo soltar la mano de Grimmjow para buscar la llave. Una vez dentro él se sienta en el sofá y yo voy a la cocina en busca de algo que beber.

--Yammi, él me pidió encontrarnos esta noche para terminar con esta mierda-- suelta Grimmjow entrando a la cocina.

Termino de servir jugo en ambos vasos y le entrego uno. Me quedo pensando en lo que dijo y niego bufando.

--No puedes ir, es peligroso-- digo bebiendo de golpe el jugo para dejarlo en la pileta de lavado que está detrás de mi.

--No me importa.

--Pues a mi si, si vas no te hablaré nunca más, tampoco te dejaré besarme, nunca-- suelto con capricho, dudando levemente de lo último. ¿En verdad no lo dejaré besarme nunca?.

--Si no lo hago ese hijo de perra irá contra ti, no puedo permitir eso-- gruñe caminando hasta mi.

Deja el vaso en la mesada y apoya sus manos en mi cadera, dejando sus labios cerca de los míos. Me sujeto de sus hombros cuando me alza de los muslos y me deja encima del mueble. Me besa con la misma intensidad que hace rato y yo solo me dejo llevar, sintiendo como me derrito por dentro. Enrollo mis piernas en su cadera y lo pego más a mi, sintiendo como su miembro está levemente duro.

--No vayas, pasa la noche conmigo Grimmjow-- suelto casi suplicando.

Él cierra los ojos y acaricia mi nariz con la suya. Termina suspirando y asiente, a lo que sonrío y lo abrazo dejando un pequeño beso en sus labios.

--¿Quieres comer algo?-- pregunto jugando con su cabello.

--Mm, solo si cocinas para mi-- murmura con una sonrisa de costado, ¿Cuándo se volvió tan atrevido?.

Asiento y él se aleja para sentarse en una de las sillas. Yo me dispongo a buscar las cosas y empiezo a preparar un estofado. Es una suerte que mi madre siempre compre de todo. Mientras esperamos a que la comida esté lista nos tiramos en el sofá a mirar algún programa aleatorio. Me apoyo en el pecho de Grimmjow y él me abraza y deja un beso en mi frente. El pensamiento de que parecemos una pareja que vive juntos llega a mi y me hace sentir como mi cara empieza a arder.

Al cabo de una hora el horno se detiene, por lo cual me levanto y saco la comida para servirla en los platos. Dejo todo en la mesa y me siento frente a Grimmjow para empezar a comer.

--Cocinas jodidamente bien, ya nos podemos casar-- bromea provocando que mi cara tome temperatura.

--Idiota-- murmuro cuando se ríe.

.

Cuando la noche cae Grimmjow se mete en la ducha y yo preparo mi cuarto para que podamos dormir. Luego de que me haya cambiado a mi pijama Grimmjow entra a mi cuarto y me abraza por la espalda.

--¿Tus padres no van a venir?.

--No, últimamente salen mucho a cenar con sus amigos y no vuelven hasta el otro día, a veces incluso salen por días-- comento sin darle mayor importancia.

--Entonces, tenemos la casa sólo para-- pero se queda callado cuando la puerta principal suena.

--Justo hoy tenían que volver-- bufo golpeando mi frente.

La puerta de mi cuarto se abre y mis padres observan curiosos la forma en que Grimmjow me abraza. Mi cara empieza a arder y mi madre se ríe por lo bajo. Sin embargo mi padre mata con la mirada a Grimmjow.

--Vamos a la cocina-- es lo único que dice antes de salir.

--Creo, que tal vez debas colocarte pantalones-- susurro avergonzada.

--Si-- gruñe alejándose de mi.

Cerrando el apetito |Grimmjow y tu|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora