Los últimos cuatros días de vacaciones pasaron volando y ya me encuentro caminando por los pasillos del instituto. Realmente no tenía ganas de empezar ya que tendré que cambiar el horario del gimnasio a la noche, pero no me queda de otra.
Frente a mi veo que el querubín camina llamando la atención de todos, y es que a pesar de seguir siendo "rellenito" ahora se nota un poco más su figura. Troto hasta él y lo asusto.
--Buenos días ____-- comenta con esa timidez de siempre, combinado con un poco de miedo.
--Oye, no porque empezaron las clases te vas a librar del ejercicio, hoy te dije que no iríamos porque debía ayudar a mi hermano, pero mañana si vamos a correr-- advierto con una sonrisa.
--Está bien, ya me acostumbré un poco a hacerlo, ya no me canso como antes-- comenta felíz.
--Bien bien-- digo con seriedad.
Mi hombro choca con una chica y los libros que llevaba en mis brazos caen al suelo. Los levanto y al darme la vuelta me encuentro con el grupo de Nell. La chica de cabello verde se aleja al saber lo que sucederá a continuación.
--Lo lamento perdedora-- comenta la rubia teñida.
Lanzo los gordos libros en su cara y pateo su pie para que caiga al suelo. La cojo de la nuca y hago que su cara se pegue a uno de los libros.
--Será mejor que los levantes o te haré tragar hoja por hoja-- advierto con tono frío.
--Hazlo-- ordena Nell con una sonrisa ladeada.
La rubia tiembla ligeramente y suelto su nuca cuando asiente. Con sus manos temblorosas levanta los libros y se pone en pie para extenderme las cosas. Su rostro empieza a tomar color cuando se da cuenta que varios alumnos están atentos a la situación.
--Bien hecho-- digo sonriendo con superioridad y cojo los libros.
--¿Acaso te tienen miedo?-- pregunta dudoso el querubín una vez nos alejamos de la gente.
--No lo sé, ¿Tu que crees?-- pregunto interesada en su respuesta.
--Yo digo que algunos te tienen miedo y otros te respetan-- dice murmurando, como si tuviera miedo de hacerme enojar.
--Querubín-chan, no me tengas miedo, tu eres la última persona a la que le haría daño-- comento de forma burlona y seria a la vez, tomándolo por sorpresa.
--Entremos-- digo una vez llegamos a nuestro salón.
Saludo a mi grupo y ellos extrañamente saludan al querubín con simpatía, o al menos lo intentan. Él saluda sorprendido y sin mas se queda en su asiento, haciendo garabatos en la última hoja de su cuaderno.
--¿Él estará con nosotros a partir de ahora?-- preguntan Renji e Ichigo al mismo tiempo.
--Así es, salimos a tomar algo y él viene con nosotros, salimos a bailar y él viene con nosotros, nos juntamos en alguna casa y el viene con nosotros-- digo sonriendo.
--Uno más del grupo-- termina por decir Rukia mientras lima sus uñas.
...
Tres años pasaron ya desde que el querubín se unió a nosotros. Hoy es nuestro primer día de nuestro último año escolar, y adivinen como lo empezamos.
--No puedo creerlo, ¿Acaso es ritual para ustedes el pelear con otro colegio el primer día de clases?-- pregunta con cansancio Kyoraku.
--¿Aún no te has jubilado?-- pregunto con fastidio mientras tomo asiento en el salón de detención.
--Cierra la boca, me quedaré para supervisar que sufras mientras estés en detención-- contesta el viejo con burla en su voz.
Detrás de él entran los demás y por último Grimmjow, mejor conocido como querubín. Aunque ya casi no le digo así. Su apariencia cambió al igual que su actitud, el niño regordete y tímido desapareció para darle paso al chico mas deseado del instituto y al idiota que se la pasa peleando a la salida del mismo.
--He creado un monstruo-- comento por lo bajo.
Los kilos que tenía de más parece solo un sueño del pasado. Ahora tiene músculos por doquier y si se quita la camisa se logra ver su bien formado abdomen, como si nunca en su vida hubiera sido más rellenito. Cabe decir que le costó mucho llegar hasta donde está, pero el chico se esforzó y con la ayuda de mi hermano y mía lo logró.
Con el tiempo el grupo le tomó confianza y cariño. Ahora entre Renji, Ichigo y él molestan a los bobos de los niños, obviamente sin lastimar a nadie. Solo para divertirse un poco. Ichigo es quien tomó mas confianza con Grimmjow, son mejores amigos, inseparables los muy desgraciados. Incluso se unen para joderme el día.
--¿Aburrida?-- me saca de mis pensamientos un susurro varonil en mi oído.
--La verdad es que si, Kyoraku ya está dormido, podemos irnos-- digo mirando los ojos celestes de Grimmjow.
--Vamos querubín-chan-- suelto con burla y me levanto.
Los demás hacen lo mismo y en completo silencio salimos del salón, tratando de no despertar al flojo de Kyoraku. Una vez fuera entre risas caminamos hasta llegar al galpón de gimnasia. Los chicos, como los niños que son, roban una pelota y la empiezan a patear. Mientras que Rukia, Inoue y yo nos sentamos en las gradas y miramos una revista de moda.
--¿Qué hace el grupo de perdedores aquí?-- pregunta con burla una voz que no es de nuestro grupo.
Mi mirada viaja a la puerta corrediza y allí logro ver a Yammi, un chico del curso seguido al nuestro. Él también está en su último año al igual que sus amigos. El tipo tiene una apariencia de boxeador barato.
--Yammi, bastardo-- suelta con enojo Grimmjow.
Yammi llegó el año pasado y apenas se cruzó con Grimmjow las chispas saltaron. Se llevan terriblemente mal. Más de una vez les tuve que pedir a Ichigo y a Renji que los separaran ya que se iban a matar.
--No inicien una pelea aquí-- digo bajando de las gradas y caminando hasta Grimmjow.
--Querubín-chan, no lo hagas-- murmuro para que solo él logre escucharme.
--¿Le harás caso a esa perra?-- pregunta con burla Yammi.
--Cierra la boca gorila de circo-- advierto mirándolo por encima de mi hombro.
--¿Acaso necesitas a alguien que te entrene y enseñe modales?-- pregunto con burla.
Demonios, le pido a Grimmjow que no arme lío y voy yo que no puedo quedarme callada. Yammi hace una mueca y camina hasta nosotros, provocando que Grimmjow se coloque frente a mi por las dudas de que al loco se le de por pegarme. Cosa que no me sorprendería ya que lo ha hecho más de una vez.
--Aléjate Yami-- gruñe Grimmjow.
--Por favor no peleen-- pide Inoue acercándose a nosotros.
--Ya nos vamos-- comenta empujando a Grimmjow y a mi.
Si no fuera por Inoue vaya a saber dios lo que hubiera sucedido.
...
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Cerrando el apetito |Grimmjow y tu|
FanfictionÉl es deseado incluso por las mujeres mayores. Aprendió a ser desagradable, maleducado y violento. Pero con aquella chica que lo ayudó tanto seguía siendo el mismo tierno chico. El mismo "Querubín". ... ACTUALIZACIONES LENTAS.