Coleccionista de muñecas [sasosaku]

Reencuentro

—Con que eres tú...— Una profunda voz emanaba del cuerpo hueco del títere.

Sakura se encontraba luchando contra sí misma en aquél momento. ¿Qué tan fuerte era su fuerza de voluntad?, armó un puño fuertemente  y golpeó el suelo, la impotencia la estaba dominando ya que se sentía demasiado débil.

—S-sasori.— Tartamudeo levemente mientras intentaba enfocarlo nítidamente con sus ojos jade.

Para la kunoichi de rosada cabellera, estaba siendo duro obtener su chakra de vuelta, sentía su cuerpo pesado, fuertes palpitaciones en su pecho, sin embargo, sabía que debía mantenerse vigorosa. No le demostraría debilidad a un asesino como Sasori.

Sakura abrió con más energía sus ojos verdes y se levantó trémula del piso.

El titiritero la observó he imitó su movimiento.

—Dime una cosa.— Rompió el silencio el ex akatsuki.

Sakura clavó su mirada en el con un semblante de seriedad.

—¿Qué cuenta te quedó por saldar conmigo?.—

La ninja lo observó frunciendo su ceño rudamente a medida que presionaba los puños de sus manos con fuerza.

—No tengo ninguna cuenta pendiente contigo.— Respondió con severidad.

—¿Entonces por qué me reviviste?— Consultó sin exaltarse Sasori.

Sakura suspiro pesado, aún intentaba procesar y asimilar lo que había hecho.

—Tan sólo fueron los deseos de la señora Chiyo, no quise defraudarla.— Explicó ella sin mucho detalle.

—Ya veo.— El pelirrojo miró el piso sin expresión meditando unos segundos.

«¿Acaso a alguien tan frío y despiadado como el le importaría lo que dijera su abuela?, lo dudo mucho.» Pensó la kunoichi a medida que desplazaba su mirada a lo largo de la tétrica marioneta.

Una leve carcajada burlona no tardó en hacerse escuchar.

—Eres una tonta mocosa, si que te gusta hacer cosas inútiles, ¿acaso crees que yo cambiaría?, no vivo con el fin de cumplir los deseos de nadie.—

Las gotas de sudor comenzaron a recorrer la frente de Sakura nuevamente, «lo sabía, esto va a ser prácticamente imposible.» No pudo evitar ponerse nerviosa.

El hecho de estar frente a un títere viviente y que su vida pudiera correr peligro hacía que sus vellos corporales se erizaran.

—Sin embargo, no pierdo nada con intentarlo.— Espetó con determinación y firmeza.

—Probablemente...— Sasori comenzó a desplazarse por el lugar.

—Probablemente pierdas tu vida.— Aseguró incustrandose  brazos de otro títere que había encontrado tirados entre los escombros. Los suyos estaban completamente destruidos.

Un pequeño quejido se escuchó proveniente de los labios de la ninja.

—Tan sólo fue por una promesa que lo hice.— Contra argumentó ella bruscamente.

Un sentimiento de desconsuelo invadió el corazón de Sakura, parecía una tarea que se realizaría con gran dificultad, un primer gran desafío para ella.

Sus ojos verdes cuya mirada yacía inundada de orgullo y enojo se posaron sobre el hueco cuerpo de madera del maestro de los títeres, quién no dejaba de observarla.

—Con que una promesa.— Esbozó una leve sonrisa. —Imagino que algo tuvo que haber dicho la anciana.—

—A pesar de todo ella sentía mucho amor hacia ti, y sus malas decisiones, tuvo que pagarlas con tu falta de educación.—