Coleccionista de muñecas [sasosaku]

¡Infiltrados!

Sasori examinó a la joven de claros y elocuentes ojos. Un silencio sepulcral inundó el lugar. Una sonrisa en señal de deleite provocó que sus perlas blancas se asomaran tímidamente entre sus labios.

《 Después de todo éste tiempo, su determinación no ha cambiado.》

—¿Crees que obedeceré las órdenes de una niñita?.— interrogó él. —Eres una ingenua.—

La mujer de extravagante color sobre las hebras de su cabellera, lo observó con desaire.

《Será difícil lidiar con él. Debo ser estratégica e inteligente. Estar un paso delante de él.》

El semblante tenso y circunspecto de Sakura no demostraba permutación alguna. Anhelaba opacar las oscuras emociones desatadas en su interior en aquél momento provocadas por el criminal. No tenía corazón, si quiera ápice de afinidad ni compasión con los demás. Tan solo el tenerlo a una distancia prudente, erizaba su piel.

 —A juzgar por lo desolado y abandonado de éste lugar, no debes tener mucha comida.—

La joven correspondió la fija mirada del pelirrojo. Sus ojos atiborrados de provocación se desplazaron por el lugar.

— No finjas preocupación, aún así, no tendré misericordia con tu vida. —contestó seriamente el marionetista.

—Escucha Sasori.—

El ambiente se hallaba sumamente taciturno.

—La hokage maneja la información de lo ocurrido con tu cuerpo.—

Sasori parecía oír con esmero cada palabra proveniente de los labios de la ninja de ojos jade.

— Tu descripción física ya fue entregada. Pronto todas la aldeas y pueblos sabrán de tu existencia. Una vez te busquen, no habrá vuelta atrás, no puedes arriesgarte y salir. Será más sencillo que vaya yo. —Explicó la kunoichi.

《¿Cuál será su razón para decirme todo esto?. ¿Qué es lo que acecha cada rincón de su mente?. No quiero sentir curiosidad al respecto. Tampoco puedo confiar en una niñita, es patético.》El maestro de los títeres se sintió abrumado por el carácter fuerte de la ninja y sus confesiones.

— Puedo ver a través de tus intenciones. Intentas escapar.— Manifestó Sasori.— Haces juegos inútiles.—

La mujer de fino rostro y melena negó con osadía. El individuo que había logrado desatar su ser más feroz en batalla, logró despertar su curiosidad. Deseaba adentrarse hacia lo más recóndito de la mente del atractivo y caucásico joven frente a ella. Indagar en lo más oscuro y recóndito de su corroída alma.

Sakura dio una ojeada a la mesa sobre la cual el oji miel había estado trabajando intensamente. Se alborotó tras observar el cuerpo que se enfrentó a ella en aquella épica pelea.

— Con que estás reparando el cuerpo que para ti es arte.— Espetó.

—No tan solo para mi, debería serlo para todos.— Respondió él con voz tenue.

El misterioso asesino de delgados labios y perfilada nariz, se mantuvo mudo unos segundos. Apreció con detalle el iris color jade de la delgada muchacha. Sus ojos alteraron su trayectoria, llegando hasta la palma de su mano. Aún se encontraba tomada por la de Sakura.

—Ya puedes soltarla.—sugirió.

La mirada de la joven evidenció admiración en cuanto vio su mano bajo la de él. Un leve sonrojo se asomó en sus mejillas.

 —¡Lo siento!.— rió nerviosa.

Fugazmente, soltó la tersa mano de Sasori. Él no demostró expresión positiva o negativa al respecto. Tan sólo volteó su cuerpo para cambiar de rumbo a otro sector de la cabaña.