2. Peligroso escenario.
Unos destellos de luz me sacaron de lo que creo que fue, un profundo y largo sueño. Abrí los ojos y poco a poco fui adaptando los ojos a la poca claridad que había, pero sinceramente esa claridad, duraba microsegundos. Al ya tener los ojos abiertos por completo, caí en cuenta de que eran relámpagos y estaba amaneciendo.
Traté de incorporarme, pero al hacerlo, un agudo dolor me invadió la cabeza y al llevarme la mano a la nuca, me quejé, porque mi movimiento fue tan brusco que me lastime lo que al parecer era una gran herida. Estaba aturdida, sentía todo pasar muy lento, podía divisar a lo lejos un paisaje borroso.
— Tienes un feo golpe ahí atrás.
Pegué un brinco al no percatarme de que estaba acompañada. En la parte delantera, el conductor, me miró a través del retrovisor y sus intensos ojos grises regresaron de inmediato a la carretera.
Después de analizar por unos segundos el paisaje por la ventana, supe que íbamos saliendo de la ciudad.
— ¿A dónde me llevas? ¿Qué quieres? ¿Quién eres? — el corazón comenzaba a latirme más fuerte con cada pregunta.
El pánico me estaba consumiendo, nada de eso podría ser real, no mataron Joe, el restaurante no estaba destruido y yo no estaba siendo secuestrada, lo que parecía ser un sicario. ¡No podía ser real!
Ninguna de mis preguntas fueron contestadas, sin embargo, una funda blanca cayó en mi regazo. Lo miré confundida y sus ojos aún seguían en el retrovisor, no obtendría respuesta por su parte. Quería pensar que solo me devolvería a mi origen en la tarde o tal vez mañana en la mañana. Regresaría a la universidad, podía ayudar a Jake y a Gia con el bar y todo esto sería una increíble historia que contaría entre risas y angustias en un sábado normal con los chicos.
¿Gia? ¿Dios mío, donde está Gia?
Sentí los pelos de mi espalda y brazos erizarse, al pensar en lo que le había pasado o lo que habían llegado hacerle. El repente sabor salado en la boca me dejo saber que en algún momento había comenzado a llorar.
— Gia ¿Donde diablos está mi amiga?
Casi grité aquella pregunta. Pero el conductor continuó el camino como si nada hubiese hecho sonido allá atrás. Intenté abrir la puerta halando el manubrio varias veces, pero obviamente fracasé, tenia seguro. Lo hice un par de veces más hasta que lo rompí.
— ¡Déjame ir! — grité golpeando la ventana con el mismo manubrio que acababa de romper.
— Basta — ordenó con una voz gutural.
Si lo escuché pero decidí hacer caso omiso, no me quedaría de brazos cruzados, sin saber a donde me llevaría o que me herían. Golpeé unas cuantas veces más la ventana y esta se empezó a ver quebrar, pero no se rompió. Al parecer estaban reforzadas.
El auto se detuvo abruptamente haciendo que me resbalara en el asiento trasero. Quien conducía presionó el botón para quitar el seguro y bajar del auto, pero creo que yo fui más hábil y lo quité primero. Salí disparada casi como una liebre, no sabía para donde iba pero si sabía que mis pies me estaban fallando, la visión empezó a tornarse borrosa y mi cuerpo no quería continuar, el golpe en la parte inferior de mi cabeza me estaba latiendo y al mismo tiempo, me estaba traicionando. Caí hincada al piso y a tiempo pude apoyar las manos en el mismo, así, evité que mi cara diera contra el suelo.
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Realidad Inquebrantable ©
Romance《 Entre tantas perlas, el primer diamante en hacerse visible, por mucho es el más diáfano de todos. Como también el más bello y ese era claramente él 》 • Todos los derechos totalmente reservados. • No adaptaciones, no plagios. • Historia completamen...