"Acciones invisibles..." (2/2)

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Sentir esa brisa recorrerme el rostro era indudablemente reconfortante. No recuerdo la última vez que logré sentirme de esta manera. No tenía un rumbo definido. Quizá una ida al parque, sentarme en una banca y admirar mi alrededor sería una buena opción. Lo haría, no sonaba tan mal después de todo.

Me detuve en la entrada, aún recuerdo cuando Lucy y yo venimos una noche aquí. Ella estaba más deprimida de lo usual, implorando piedad hacia la vida. Su club la había despojado, no me contó con exactitud la causa, pero ella había sido desechada. Fue algo muy cruel a mi parecer. Además, sino mal recuerdo, me dijo haberse topado a una entidad diferente en una de sus invocaciones. Todo el tiempo yo consideraba que hacer tales actos podían llegar a ser demasiado peligrosos, sin embargo, según ella, el ente sólo le habló. Dijo:

—Fue… fue muy claro, Lincoln. Me llenó de terror. Su sola presencia ya era atemorizante… mira, no sé qué me quiso decir exactamente, ¿de acuerdo? Solo mencionó esto: “No hay nada de que temer, por ahora, pequeña. Lo único a lo que debes tener miedo es a perderlo. Será por culpa de ustedes… siempre lo ha sido.”.

Suspiré. No tenía idea de los problemas en los que Lucy se estaba metiendo en ese entonces. Sólo recuerdo haberla acompañado a este lindo parque a la luz de la luna, sosteniéndola delicadamente de la mano mientras me observaba y comentaba con algo de timidez si podría llegar a regresar a su club nuevamente. Negué con la cabeza, no quería recordarlo por ahora, de igual forma, ella ya no se acuerda de ello, sigue yendo a su club de manera normal. En conclusión, ¿por qué debería seguir sintiéndome tan afligido y distraído sobre esto?

Supongo que sólo quería una señal que me indicara que estaban conscientes de lo que hice… no fue tan fácil, ¿saben?

Cerré los ojos algo resignado. Retomando mi vista hacia el frente, unicamente seguí mi caminata. Pasé por fin la entrada de aquel parque y me dirigí hacia una banca. Era larga y cómoda.

El viento pasaba campante. Rebosaba tranquilidad y paz. Nadie caminaba por ahí. Miré hacia un pequeño sendero, cubierto por algunos arbustos. Parecía el lugar ideal para esconder algo. A mi punto de vista, una casa con un balcón abandonado allí sería algo muy especial. Seguro que quien lo encontrase podría llevar a su pareja ahí y tener una perfecta velada sin la interrupción de nadie. Sólo ellos dos, admirando la belleza de los árboles y el cielo.

Me encantaría hablar sobre el amor de una manera tan alegre y feliz, como esas historias románticas donde a pesar de todo, el protagonista y su amada logran quedarse juntos, soportando las adversidades y los problemas. Solos contra el mundo, clásico, ¿no es cierto?

Aunque, tras lo vivido con Christina, tras la ida de Ronnie Anne y después de lo que pasé con… me da escalofríos de tan solo acordarme. Lo hice por verlas felices, ¡nunca fue mi intención! Además, ¡no me consideraría ese tipo de persona! Era algo… inusual. Difícil de comprender. Vivir lo mismo con cada una de ellas era… extraño, pero de cierta forma era… era algo bello. Las conocía desde una perspectiva totalmente diferente. Creo que justo por eso valoraba esas sonrisas, porque demostraban un afecto insuperable. Era simplemente indescrpitible.

Pero, ¡ya basta!

No podía continuar pensando de esta manera, terminaría desquiciándome y quizá estaría en un punto sin retorno al cual no desearía llegar.

Necesitaba relajarme. Estaba tenso. Todo esto me estaba afectando, indiscutiblemente.

Así que el amor, sí, puede a veces llegar a ser algo muy complejo y complicado. Paige sigue sin responder la carta que le envié. Probablemente debí ponerle siquiera una dirección. Mis planes no siempre son perfectos, debo admitirlo. Sin embargo, ella todavía frecuenta el Arcade. Si quisiera verla tan sólo tendría que caminar y entrar a lo que para mí es un paraíso. Y encontrar a una linda chica ahí hacía al paraíso más atractivo que nunca. No todos los días te topas a una chica amante de los juegos. Puede que me haya equivocado y, al final, si pueda tener suerte en esto. Sería cuestión de solamente atreverme a dar el primer paso.

The Loud House: Save them... save him...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora