"El cambio entre ellas" (2/2)

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—Déjenme ver si entendí, ¿dicen que las veces que ustedes se toparon con Lincoln les empezó a hacer una pregunta en específico y esos son justamente los "recuerdos falsos" que él tiene? —preguntó la modista con la cabeza ladeada, mientras tenía el dedo índice en su mentón.

—Por sexta vez, es afirmativo —corroboró la genio algo fastidiada.

—¿Y qué preguntas eran?

Pensando también que ella había sufrido de aquella pregunta incómoda, todas soltaron un suspiro de cansancio.

—Bueno, ¿no se suponía que estábamos haciendo un plan? —replicó Lola molesta.

—El plan sería más fructífero si conociéramos el origen que hizo cambiar a Lincoln. Basándonos en ello, habría una elevación del 35% en el éxito del plan que queremos elaborar. De tal manera que estamos haciendo un chequeo mental para…

—El punto es —irrumpió Lynn fastidiada de las largas explicaciones sin fin de su hermanita—: Lincoln y nosotras hemos tenido esa conversación en común, sabiendo el por qué de las preguntas, podría llevarnos a elaborar un mejor plan. Punto.

—Ohhh… ¿y como qué ya saben por qué?

—Justamente estamos en eso, sis —le dio unas palmadas en la espalda.

—Hummm… yo pensé que ya sabían. Hubiera sido perfecto.

—Perfectamente conveniente, ¿no? —Luan guiñó el ojo, pero nadie le hizo caso—. Vamos, trato de calmar el ambiente.

—No trates, Luan, será inútil por ahora —recomendó Lynn.

—Ya que, tendré que reservar mis líneas para la siguiente parte, ¿entienden?

Todas la miraron de manera seria.

—Bueno, ya… —se cruzó de brazos.

—Bueno, tal vez si reunimos toda la información proveniente de aquellas preguntas falsas, se pueda estar más cerca de la respuesta, ¿qué dicen? —propuso Luna.

—Podría funcionar —dijo Lynn.

—Siempre hay que poder hallar la manera de incrementar las probabilidades, hermanas.

—¿Quién primero? —cuestionó Lana.

Todas se miraron entre sí, algo incómodas. Era como mostrar una escena imposible, siempre pareciendo absurdo.

—Bueno, yo inicio —calmada, Luan tomó una gran bocanada de aire—. La última vez que hablé con él, me dijo que Negocios Graciosos había entrado en decadencia y que un hombre de traje me había dejado en ridículo. Tonto, ¿no? —se burló sin pensar.

¿Hombre de traje? —pensaron todas.

—Yo sigo —Lynn tomó la palabra—. Él dice que llegué a perder uno de mis partidos y que llegaron un grupo de personas a burlarse de mí, haciéndome sentir inferior. No niego que pueda llegar a pasar, pero es poco probable que eso pase.

—No estaría tan segura, un sólo enemigo puede hacer que sufras hallando cualquier debilidad —replicó Lola con una mirada seria. Todas se le quedaron viendo de forma extraña—. ¡¿Qué?! No pensarán que yo hago ese tipo de cosas, ¿o sí?

Seguían viéndola.

—¡De acuerdo! ¡Sólo fueron dos veces! ¿Ya? —estaba algo molesta e incómoda por la situación.

—Mi turno —habló Luna—. Hace dos semanas le pedí ayuda para una canción y se negó al principio. Eso me había desconcertado bastante, le pregunté por qué y me contestó con otra pregunta: “¿Recuerdas aquella vez, cuando te presentaste en una audición?”. Según él, le había dicho que los jueces me habían destrozado, dejándome desilusionada. Yo le dije que no recordaba nada de eso y me sentí ofendida en una parte, ¿qué me quería decir con eso? Le dije que se fuera si quería.

The Loud House: Save them... save him...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora