Capítulo 4

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Capítulo 4

En cuanto Carmen vio al chico entrar a la tienda corrió a sus brazos, refugiándose en el pecho de Noel. El peli-negro sólo pudo abrazarla confundido, y cuando la mujer levantó la cabeza y miró hacia el fondo de la tienda, los ojos de Noel buscaron lo mismo que los de Carmen, al dichoso y supuesto cliente suyo, ese que se había atrevido a amenazar a la andaluza. Pero cuando lo vio allí, tan tranquilo, manoseando y mirando una naranja, algo empezó a removerse en su interior. Y no precisamente algo bueno y cargado de buenas intenciones. El rubio del otro día, sí, del cual ya no se acordaba ni del nombre, le miraba con sorna y un aura de superioridad le rodeaba. ¿Qué se creía? Irrumpir así en su vida… y encima dándole problemas a la persona que había sido su apoyo durante los últimos meses.

-¿Es él?- le preguntó a Carmen en un susurro.

La mujer asintió y Noel hizo el ademán de alejarse de ella, pero la andaluza le cogió del brazo reteniéndolo.

-¿Quién es?- preguntó con voz temblorosa.

Noel lo meditó examinando al sujeto, que ahora se entretenía pelando la naranja.

-Será alguien que quiere mis servicios…- contestó con la cabeza gacha- Pero no te preocupes, me lo llevaré ahora y te llamaré cuando vuelva, ¿vale?

La mujer asintió y Noel se alejó de su lado para caminar hacia el hombre que tenía a menos de cinco metros. Cuando estuvo justo delante de él, Elías lo miró, e indiferente, se puso a comerse la naranja que segundos antes estaba pelando.

-¿Qué quieres?- le preguntó tajante mientras miraba enfurecido las cáscaras de naranja en el suelo.

Al ver el ceño fruncido de Noel y su miraba clavada en el suelo, Elías debió darse cuenta de su fallo, ya que de inmediato se agachó para recogerlas.

-Perdona, que maleducado soy- el peli-negro lo siguió con la mirada mientras tiraba la naranja medio comida y las pieles de la misma en una papelera de la tienda.

-Creo que eres maleducado, pero por venir a buscarme aquí amenazando a gente por el camino- escupió Noel cruzándose de brazos.

Sin esperar un respuesta por parte del rubio, Noel lo cogió del brazo y salieron de la tienda, dejando a Carmen desubicada y preocupada. Una vez fuera, Noel comenzó a caminar sin esperar que el otro lo siguiese, ya que si podía, quería evitar tener que hacer algo con él. Pero, para su mala suerte, cuando se detuvo a un par de calles de distancia de la frutería, se dio la vuelta y Elías seguía detrás de él.

-¿Vas a andar mucho más?- preguntó divertido.

-Tenía la esperanza de darte esquinazo, pero viendo que eres tan persistente no valdría la pena seguir rehuyéndote- respondió Noel hastiado.

-Siento que tu plan haya fracasado - respondió el rubio haciendo que Noel perdiera los estribos.

El peli- negro se abalanzó sobre Elías y le propinó un puñetazo en la mejilla, mientras el otro trataba de detenerlo cogiéndole por las muñecas. No comprendía a esta persona, no podía comprender nada. No sabía nada, sólo que tenía unas ganas insaciables de romperle la cara, porque le había molestado a él, porque había amenazado a Carmen y también por el simple hecho de resultar malditamente irritante.

-¡Eres un gilipollas, ¿Con que derecho vienes e irrumpes en mi vida?!- gritó Noel rojo de la furia.

-¡Con el derecho de ser mejor que tú!- le contestó estirando de él en medio de la calle, dónde la gente los miraba de mala manera.

-¿¡Como que eres mejor que yo!?

-¡Hasta una rata es mejor que alguien como tú viendo cómo te ganas la vida!- escupió Elías con veneno- Estoy muy por encima de un chapero de tres al cuarto…

MUERTE DE UN CHAPERO (homoerótica) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora